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El betabel (beta vulgaris) también conocido como “remolacha”, es un vegetal dulce y saludable lleno de antioxidantes. Estos antioxidantes, los cuales están dentro de los pigmentos rojos del betabel, contienen propiedades que previenen el cáncer y protegen contra enfermedades del corazón. El betabel es muy fácil de cultivar y constantemente está en la lista de los 10 vegetales que más se cultivan en los jardines caseros. [1]

Parte 1
Parte 1 de 3:

Planta las semillas

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  1. Estas las puedes conseguir en un vivero o en un a tienda de jardinería. No te asustes de las semillas, los betabeles son fáciles de cuidar. [2]
    • La variedad “boltardy” es la mejor si vas a sembrarlos temprano. Las variedades blancas y doradas tardan más en crecer y no sangran en ensaladas (lo malo es que no tienen ese hermoso color carmín). Aparte de estas cosas, la variedad que escojas dependerá mucho del color y la apariencia que quieras. [3]
  2. A los betabeles les gusta la tierra neutra, húmeda y fértil sin mucha acidez (un pH de 6,5 a 7,0). La tierra debe estar floja y no tener mucha arcilla o arena; sin embargo, ya que la raíz se desarrolla en la superficie, se puede tolerar un suelo de arcilla si aflojas la parte superior y le agregas mucha materia orgánica bien descompuesta (no añadas mucha a menos que el suelo tenga mucha arcilla). El área debe ser soleada y abierta, pero también puede tolerar área sombreadas.
    • Si planeas plantarla a finales de otoño o a principios de primavera, es una buena idea usar un fertilizante en grano un par de semanas antes de la sembrarla y de arar la tierra con un rastrillo para que absorba los nutrientes.
  3. Si estás lidiando con los betabeles redondos (lo cual es más probable ya que los largos y en forma de cilindro no son muy comunes), puedes usar una maceta, siempre y cuando mida al menos 20 cm (8 pulgadas) en diámetro y al menos 20 cm (8 pulgadas) de profundidad.
    • Llena la maceta con abono. Después siembra las semillas ligeramente por toda la superficie y cúbrelas con 2 cm (0,75 pulgadas) de abono. Ahora, cuando las plántulas alcancen los 2 cm (cerca de una pulgada) de alto, saca las plántulas más débiles para darle espacio a las más fuertes; debe haber al menos un espacio de 12 cm (5 pulgadas) entre cada semilla.
  4. Quita toda la hierba y demás residuos, así como las piedras que puedan impedir el crecimiento. El suelo necesita labrarse a hasta la profundidad de una pala de mano. Nivela el área y usa un rastrillo para aflojar la tierra.
    • Si tienes suelo pesado, es mejor prepararlo a finales de otoño. Si es ligero, hazlo a principios de primavera. [4] Si vas a sembrar tus betabeles en otoño, deja la parte superior del suelo dura para que no le haga daño en el invierno.
    • En el hemisferio del norte, siembra las semillas después de la última nevada. En el hemisferio sur, sembra las semillas de septiembre hasta febrero.
  5. Siempra tus semillas de betabel a 2 cm(3/4 - 1 pulgada) de profundidad. Mantén las semillas o plántulas a una distancia de al menos 5 o 10 cm (2 o 4 pulgadas). Será mucho más sencillo si las plantas en filas.
    • Si vas a plantar en sucesión, planta el betabel cada 14 días para una cosecha continua.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Cuida de tus semillas

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  1. Riégala de diario hasta que empiecen a formar hojas en los brotes . Al principio, tus semillas necesitan mucha agua para empezar el proceso de germinación. Las raíces absorberán toda la humedad del suelo una vez que se establezcan.
    • Habiendo dicho eso, evita regarlas demasiado. El riego excesivo causa que los betabeles produzcan más hojas y menos raíz, y la falta de riego genera raíces leñosas.
    • Una vez que tengas brotes, solo riégalos cada 10 o 14 días cuando no llueva. [5] A menos que el clima sea muy seco, con una lluvia normal tienes.
  2. Una vez que los betabeles tengan al brotes de al menos 2 cm (1 pulgada), espárcelos para que tengan al menos 10 cm (4 pulgadas) de separación. Haz esto extrayendo a los brotes más débiles, dejando solo los más fuertes. [6]
    • Algunas personas recomiendan un poco que 10 cm de espacio. Si tienes espacio, puedes ser un poco más generoso. [7]
    • Algunas personas también recomiendan hacer esto dos veces; una ahorita y otra cuando estén un poco más grandes. Esto ya depende de ti. [8]
  3. Añades de 4 a 6 litros de fertilizante orgánico por cada 10 metros cuadrados. Añade una capa delgada de abano. También puedes usar 30 g de fertilizante alto en nitrógone por cada metro cuadrado si tus plantas no están creciendo bien.
  4. Dependiendo de tú área, puedes idear algún tipo de cubierta para tus plantas para mantenerlas lejos de los animales. En cuanto a las hierbas, puedes quitarlas con las manos. Tan pronto veas una, quítala. Sin embargo, ten cuidado al hacer esto. Evita usar azadas u objetos filosos. Es mejor hacerlo con las manos.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cosecha y almacena tus plantas

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  1. Cuando empieces a ver la raíz, tendrás una buena idea de su tamaño. Los betabeles están listos para la cosecha cuando están del tamaño aproximadamente de una naranja ; si están demasiado grandes no tendrán tanto sabor. Haz esto sosteniendo la parte superior y mueve la raíz con una herramienta tipo tenedor o pala.
    • Generalmente están listos cuando cumplen las 8 semanas después de plantarse, o cuando el vegetal alcanza los 2,5 cm (1 pulgada) en diámetro. Muchas personas los cosechan alternando entre unos y otros, cosechan unos en un momento y dejan otros hasta que alcancen la madurez. Esto le permite a los otros crecer más de manera más rápida. Aquellos con diámetros de 7,5 cm (3 pulgadas) usualmente tienen el mejor sabor.
  2. Deja algunos en el suelo para la temporada. Si lo deseas, puedes dejar unos betabeles en el suelo para la siguiente primavera, pero necesitarás protegerlos. Cúbrelos con heno o paja. Siempre y cuando no bajen las temperaturas a menos de -18 ºC (0 ºF) esto te debe permitir quitar la capa protectora de paja y cavar más raíces durante el invierno. [9]
    • Ten cuidado ya que esto puede causar que los betabeles desarrollen una textura leñosa.
  3. No le cortes las hojas; en lugar de eso quíteselas torciéndolas a unos 5 cm (2 pulgadas) por encima de la coronilla. Esto evitará que sangren, lo que le quita el sabor y el color a los betabeles.
    • Esto no significa que debas tirar las hojas. Estas pueden guardarse, cocinarse y comerse como si fueran espinacas. Créelo o no, usualmente tienen mucho sabor. [10]
  4. Los vegetales con raíz se almacenan bien, así que son ideales si quieres guardarlos para el invierno. Los betabeles pueden almacenarse en cajas de madera con arena en un ambiente seco y donde no hiele .
    • Para hacer esto, toma un contenedor y cubre el fondo con 5 cm (2 pulgadas) de arena. Coloca en una capa todos tus betabeles. Repite hasta que el contenedor este lleno. La arena evita el germinado y mantiene el sabor fresco.
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Consejos

  • Los betabeles son resistentes a las heladas.
  • El mejor crecimiento se obtiene en climas moderados y suelos cálidos.
  • Cada semilla de betabel produce entre tres y cuatro raíces. No todas ellas se desarrollan al mismo ritmo, por lo que es recomendable que elijas primero la dominante, a fin de darles a las otras una mejor oportunidad de crecimiento.
  • Sumerge las semillas antes de sembrarlas para ayudar con la germinación.
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Advertencias

  • Un golpe de frío o calor puede producir anillos de calor blanco en los betabeles (a lo cual se le llama “zonificación”). Sin embargo, el sabor no se afecta.
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Cosas que necesitarás

  • Semillas o plántulas de betabel
  • Fertilizante
  • Tierra neutra y fértil
  • Herramientas de jardinería

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