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El acné es una enfermedad en la que se producen folículos inflamados e infectados que por lo general aparecen sobre el rostro, el pecho, la espalda y el cuello. Una vez que el acné se trata y comienza a sanar, la piel forma pequeñas costras sobre los folículos para que puedan curarse desde adentro. Por desgracia, aunque el enrojecimiento y la inflamación se desvanezcan, es probable que las costras descoloridas y levantadas luzcan tan antiestéticas como el acné. Entre los remedios naturales y los medicamentos tradicionales, existen muchos productos que pueden ayudarte a acelerar el proceso de curación para que recuperes una piel perfecta. Entre los más populares se encuentran los lavados de venta libre, las cremas para el acné, el aceite de árbol de té, las compresas tibias, la miel y el gel de aloe vera.

Método 1
Método 1 de 6:

Adoptar un régimen de limpieza

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  1. Puedes utilizar un jabón medicinal de venta libre, uno antibacteriano, uno para el acné o un lavado que contenga peróxido de benzoilo. Debes realizar movimientos circulares suaves con las manos hacia arriba y hacia afuera. [1]
    • Siempre debes utilizar una toallita limpia para evitar la transmisión de bacterias que estimulan la producción de nuevos brotes de acné.
  2. Debes utilizar una toalla limpia y seca. Sécate la piel por completo y evita frotarte el área afectada, ya que podrías lastimarte la piel y arriesgarte a sufrir una infección. [2]
  3. Puedes escoger una crema de venta libre u otro medicamento que te recete el dermatólogo. Coloca una pequeña cantidad sobre la punta de tu dedo índice. Aplica el medicamento sobre tu piel realizando movimientos ascendentes suaves. Debes aplicártelo encima y alrededor de las costras. [3]
    • Siempre debes lavarte bien las manos antes de tocarte el rostro para evitar la transmisión de suciedad y bacterias.
  4. En función de la medicación tópica que utilices, es probable que tengas que lavarte después de un cierto período. Otras pueden permanecer debajo del maquillaje o hasta la próxima vez que te laves la piel. Debes ceñirte al uso recomendado para evitar que tu piel se seque de manera excesiva o se irrite. [4]
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Método 2
Método 2 de 6:

Utilizar aceite de árbol de té

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  1. Puedes conseguir estos elementos en tamaños grandes y pequeños en todos los supermercados o farmacias. Puedes buscar motas del tamaño adecuado para costras pequeñas y grandes. [5]
  2. Si cuentas con un gotero, debes aplicar de dos a tres gotas. Si no, puedes colocar la mota sobre la boca de la botella. Coloca la botella boca abajo por un segundo para humedecer la mota. Vuelve a cerrar la botella con la tapa para evitar que el aceite se derrame. [6]
  3. Debes llevar a cabo este procedimiento luego de haber limpiado el área afectada. Toca ligeramente las costras con la mota húmeda. Para evitar que la costra se rompa, no debes ejercer mucha presión. Deja que el aceite se seque sobre tu rostro. Debes realizar este procedimiento dos veces al día. [7]
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Método 3
Método 3 de 6:

Aplicarte compresas tibias

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  1. El material de la tela no importa. Puedes emplear cualquier cosa que normalmente utilizas en tu rutina de lavado. Si vas a darle tratamiento a una gran área de piel, puedes utilizar una toalla de mano. [8]
  2. El tamaño del recipiente depende de la cantidad de costras que vas a tratar. Asegúrate de que el agua se encuentre tibia y no caliente. El agua caliente puede irritar las costras y romper los capilares debajo de la piel. Esto podría hacer que tus costras luzcan aún peor. [9]
  3. Debes sumergirla en agua y asegurarte de que quede completamente empapada. Exprime el exceso para que evites hacer un desastre. [10]
  4. Debes colocarla suavemente. Evita ejercer presión para mantener la costra intacta. Deja reposar la compresa durante 10 minutos. Seca el área dando toques suaves con la toalla o deja que se seque con el aire. Debes llevar a cabo este procedimiento dos veces al día. [11]
    • La humedad y el calor ayudan a suavizar y aflojar las costras. Además, hacen circular la sangre en las áreas afectadas, lo que contribuye a su curación.
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Método 4
Método 4 de 6:

Utilizar miel

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  1. Durante siglos, la miel ha sido muy valorada por sus propiedades antibacterianas. Sin embargo, la mayor parte de las mieles que encuentras en el supermercado están cargadas de aditivos. La miel sin refinar no está procesada, por lo que contribuye a curar las costras de manera más efectiva. Puedes encontrar este tipo de miel en las tiendas de alimentos naturales y los mercados de agricultores y apicultores de tu localidad. [12]
  2. Debes llevar a cabo este procedimiento luego de limpiar el área afectada. Coloca la miel sobre tus costras realizando ligeros toques. Mantén la miel sobre las costras durante al menos dos horas o toda la noche. [13]
  3. Estos apósitos sirven para cubrir heridas con filtraciones en ambientes húmedos. Incluso si tus costras no presentan esta característica, el apósito sellará la miel y evitará que se quede sobre tu ropa o cabello. Por lo general, puedes encontrar estos elementos en la farmacia. [14]
    • Si no puedes encontrar apósitos hidropoliméricos, puedes utilizar vendajes adhesivos regulares. Sin embargo, el adhesivo podría perder su agarre luego de unas horas. [15]
  4. A la mañana siguiente (o después de que hayan transcurrido dos horas), debes lavarte la piel utilizando tu limpiador habitual y agua tibia. Realiza movimientos circulares hacia arriba y hacia afuera. Una vez que hayas terminado, debes secarte la piel con una toalla limpia. [16]
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Método 5
Método 5 de 6:

Aplicarte gel de aloe vera

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  1. Por lo general, puedes encontrar este producto en la farmacia o en una tienda de alimentos naturales. Revisa la etiqueta del envase. Debes escoger la marca con el menor número de ingredientes. De esta manera, evitarás los aditivos que pueden agravar el estado de tu piel. [17]
    • Como alternativa, si cuentas con una planta de aloe, puedes partir sus hojas y extraer el gel. [18]
  2. Debes llevar a cabo este procedimiento después de haberte lavado el área afectada. Extrae una cantidad generosa de gel del envase o la hoja de aloe y aplícatelo ligeramente sobre las costras. Debes evitar frotarte para mantener la costra intacta. Deja el gel sobre tu piel durante al menos dos horas. [19]
    • También puedes mantener el gel sobre tu piel durante toda la noche. Si escoges hacer esto, debes aplicarte vendajes adhesivos o apósitos hidropoliméricos para evitar que el gel se quede sobre la ropa o el cabello.
  3. Humedece tu piel con agua tibia y aplícale tu limpiador regular. Realiza movimientos circulares suaves hacia arriba y hacia afuera. [20]
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Método 6
Método 6 de 6:

Aplicarte crema antibiótica

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    Escoge una crema antibiótica. Puedes conseguir una de estas cremas tópicas en tu farmacia local. Existen muchas opciones disponibles (por ejemplo, las de la marca Neosporin o Duac).
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    Aplica la crema sobre tus costras. Con las manos limpias o un hisopo, aplícate una capa delgada de crema antibiótica en cada costra. La crema ayuda a curar el acné y evita que se produzcan nuevos brotes. [21]
    • Puedes aplicarte la crema dos veces al día.
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    Deja que tu piel absorba la crema. No necesitas enjuagarla; simplemente deja que tu piel la absorba. La crema antibiótica suaviza las costras, lo que contribuye a que se curen más rápido.
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Consejos

  • No te saques las costras. Si tocas el área afectada con las manos descubiertas, vas a transferir bacterias que pueden infectar la piel herida y hacer que luzca peor.
  • Consulta con tu médico o dermatólogo si experimentas un caso grave de acné.
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Advertencias

  • Debes evitar que los medicamentos, el limpiador, el aceite de árbol de té o la miel te entren en los ojos, la nariz o la boca. Es probable que el limpiador y los medicamentos contengan ingredientes que resultan dañinos si se ingieren. Tanto los productos tradicionales como los naturales pueden irritar las membranas mucosas sensibles.
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Cosas que necesitarás

  • motas de algodón (que también se conocen como algodón hidrófilo en el Reino Unido)
  • una espátula de plástico
  • una toallita
  • apósitos hidropoliméricos o vendajes adhesivos
  • aceite de árbol de té
  • miel sin refinar
  • gel de aloe vera
  • una crema antibiótica

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