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La miel a menudo se describe como el alimento perfecto de la naturaleza. En su estado natural, contiene muchas enzimas beneficiosas y ofrece una golosina dulce para aquellos que desconfían de los alimentos y dulces procesados en exceso. Con el pasar del tiempo, la miel se pone dura y forma cristales. Aunque este proceso es natural y no debe afectar el sabor de la miel, hay varias maneras de devolver la miel a su estado líquido suave y pegajoso.

Método 1
Método 1 de 3:

Licuar la miel en el microondas

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  1. Si todavía deseas que la miel se mantenga en su estado "crudo", utiliza el microondas con cierto cuidado. Aunque calentar en el microondas es rápido y eficiente, puede fácilmente destruir las enzimas beneficiosas debido al sobrecalentamiento. [1]
  2. Además de constituir un posible peligro para la salud [2] , los envases de plástico no transfieren el calor a sus contenidos tan bien como los de vidrio. En pocas palabras, harás el trabajo de un modo más rápido y más seguro si transfieres tu miel a un frasco de vidrio, en lugar de utilizar un envase de plástico.
  3. Los tiempos de cocción varían en función de la cantidad de miel que vas a licuar, además de la fuerza relativa (en watts) de tu horno de microondas. Pero ve poco a poco. Usar el modo para descongelar puede tomar un minuto o dos, pero no perderás muchas de las enzimas buenas.
    • Experimenta para encontrar lo que funciona en tu entorno, pero hazlo con cuidado. Por encima de 38 °C (100 °F), el sabor de la miel se altera; por encima de 49 °C (120 °F), las enzimas beneficiosas en la miel dejan de ser eficaces.
  4. Si los trozos de miel se han empezado a licuar, revuélvela para ayudar a que el calor se transfiera. Si la miel no ha empezado a licuarse, continúa calentándola en el microondas aumentando el tiempo de 30 en 30 segundos hasta algunos cristales comiencen a regresar a su estado líquido.
  5. Si la mayor parte de la miel se ha licuado pero algunos cristales aún siguen ahí, es posible que tengas que terminar el trabajo de forma manual agitando la miel con fuerza en lugar de seguir calentándola.
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Método 2
Método 2 de 3:

Licúar la miel con agua caliente

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  1. Muchas personas usan la miel en sus dietas porque contiene enzimas que ayudan a la digestión y promueven la salud en general. Si eres una de ellas y te encuentras con una masa cristalizada de miel dura, usa un baño de agua caliente para obtener mejores resultados.
    • Como se mencionó anteriormente, el horno microondas puede no solo afectar el sabor de la miel, sino también cocinarla más allá del punto en el que sus enzimas pueden sobrevivir. Debido a que puedes controlar la temperatura de un baño de agua con mayor facilidad, es menos probable que pierda sus aspectos beneficiosos por medio de este método.
  2. Evita los envases de plástico si fuese posible; no solo son menos profundos (pudiendo volcarse en cualquier momento), sino que también son malos conductores de calor. [3]
  3. Después de que el agua haya alcanzado alrededor de 40 °C (105 °F), retira la olla de la fuente de calor. El agua continuará calentándose incluso después de que se haya retirado de la fuente de calor.
    • Si no tienes un termómetro para determinar con precisión la temperatura del agua, espera a que se formen burbujas en la superficie de la cacerola. Las burbujas pequeñas empiezan a formarse a 40 °C (105 °F). [4] Todavía debes ser capaz de sumergir un dedo en el agua cómodamente a esta temperatura.
    • No excedas los 46 °C (115 °F) al calentar. Si tienes alguna duda sobre la temperatura del agua, deja que se enfríe y vuelve a empezar. La miel que se calienta por encima de los 46 °C (115 °F) ya no se considera cruda. [5]
  4. Abre el frasco y coloca cuidadosamente la miel en el baño de agua. Espera a que el agua se caliente para empezar a romper los cristales de glucosa a los lados del frasco de miel.
  5. La miel cristalizada es un mal conductor del calor; revolverla ayudará a transferir el calor de manera más uniforme desde las paredes del frasco hasta el centro de la miel.
  6. Debido a que el baño de agua (una vez retirado de su fuente de calor) solo se enfriará, no estás en peligro de sobre calentar la miel simplemente si la dejas allí. Revuelve de vez en cuando para obtener mejores resultados; de lo contrario, déjala allí y olvídate de ella.
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Método 3
Método 3 de 3:

Evitar la cristalización

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  1. Revolver la miel con una cuchara resistente causará fricción. [6] Cualquier persona que haya sufrido una mordedura de serpiente (o quemadura por fricción) sabrá de primera mano que frotar dos superficies juntas muy rápidamente produce calor. Este calor ayuda a licuar la miel. Así que si te encuentras con un grumo de miel cristalizada y no tienes un horno de microondas o una cocina, o simplemente quieres probar algo nuevo, agita vigorosamente durante 30 segundos o un minuto y ve si el problema no se ha solucionado.
    • Si quieres evitar la cristalización en primer lugar, el tipo de miel determinará la rapidez con la que se cristaliza. La miel con alto contenido de glucosa se cristalizará mucho más rápido que la miel con un bajo contenido de glucosa. De este modo, la miel de alfalfa, de algodón y de diente de león se cristalizarán mucho más rápido que la de salvia, de Dimocarpus longan y de tupelo. [7] Revolver estos tipos de miel es solo una táctica dilatoria.
  2. Las partículas pequeñas como granos de polen, salpicaduras de cera y burbujas de aire, se convierten en "semillas" de cristalización si se dejan en la miel. Retíralas con un microfiltro de poliéster y prolonga la vida de tu miel líquida.
    • Si no tienes un microfiltro, considera usar un paño de nylon fino o incluso una gasa en la parte superior de un tamiz como filtro.
  3. La temperatura ideal de almacenamiento de la miel varía entre 21 °C y 27 °C (70 °F a 80 °F). Trata de guardar la miel a una temperatura bastante regulada.
  4. Tan pronto notes que se forman cristales, licúalos. Los cristales aceleran la formación de más cristales, así que mantente atento y no tendrás que licuar la miel con tanta frecuencia.
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Consejos

  • No calientes la miel a más de 60 grados Celsius (140 grados Fahrenheit); el calor extremo destruirá las bondades naturales de la miel y alterará el sabor.
  • Guarda la miel a temperatura ambiente para retardar su cristalización (el almacenamiento en un lugar frío acelera este proceso).
  • No agregues agua a la miel cristalizada. Solo se necesita calor para devolverla a su estado líquido.
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Advertencias

  • Si añades agua por error, es probable que la miel se fermente y se forme una especie de aguamiel.
  • Ten cuidado con la cantidad de miel que utilizas, nunca exageres con las cosas dulces.
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