Descargar el PDF Descargar el PDF

Si tienes ganas de probar una receta, pero no quieres comer las sobras por el resto de la semana, puedes simplemente dividir los ingredientes por la mitad. Es decir, puedes seguir las instrucciones de preparación, pero usar solo la mitad de la cantidad indicada por cada ingrediente. Si vas a hornear algo, considera que el tiempo de cocción podría ser menor al indicado. Además, es posible que tengas que hacer algunos ajustes para que la textura de los alimentos sea perfecta.

Método 1
Método 1 de 2:

Seguir las reglas para preparar media receta

Descargar el PDF
  1. Si bien esto se puede hacer con la mayoría de las recetas, es mejor no dividir aquellas que requieren levadura. Por otro lado, si la división de ingredientes es muy difícil, podrías preparar la receta completa y congelar la mitad o compartirla con alguien. Pero como ya se mencionó, la mayoría de las recetas son fáciles de modificar. [1]
    • Por ejemplo, si usas la mitad de los ingredientes para preparar un suflé, es posible que no leude correctamente. Por otro lado, es fácil usar la mitad de los ingredientes de una receta de galletas.
  2. Para esto, es importante que trabajes con la mitad de la cantidad indicada para cada ingrediente. De esta manera, te asegurarás de mantener las proporciones iguales a la receta original. [2]
    • Por ejemplo, si una receta pide 1 litro (4 tazas) de caldo, 250 g (2 tazas) de pollo, 1 zanahoria y 15 g (1/2 taza) de perejil fresco, tendrás que emplear 500 ml (2 tazas) de caldo, alrededor de 125 g (1 taza) de pollo, 1/2 zanahoria y alrededor de 5 g (1/4 de taza) de perejil fresco.

    Consejo: Si tienes dificultad para dividir los ingredientes por la mitad, busca tablas con conversiones comunes de cocina e imprímelas.

  3. Si vas a ajustar las cantidades de solo 2 o 3 ingredientes, tal vez esto no sea necesario. Sin embargo, si tienes una lista larga de ingredientes, tómate un tiempo para escribir toda la receta con las cantidades nuevas. [3]
    • De esta manera, si te olvidas de los cambios, no añadirás una cantidad mayor por error.
  4. Una vez que hayas dividido los ingredientes por la mitad, puedes empezar a preparar la receta. No es necesario hacer cambios en el método de mezclado, pero tal vez tengas que cambiar el tamaño de las bandejas o recipientes para hornear.
    • Por ejemplo, si vas a marinar una carne para preparar un guiso y ya marinaste la mitad de la carne en la mitad del líquido, sigue las instrucciones que se indican para sellar la carne. Luego, añade el resto de los ingredientes y hierve el guiso a fuego lento.
  5. Si bien vas a emplear la mitad de los ingredientes, no es necesario cambiar la temperatura de cocción. Por el contrario, si la reduces, es posible que los alimentos no se cocinen lo suficientemente rápido, lo que puede causar enfermedades producidas por la ingesta de comida en mal estado. Asimismo, si incrementas la temperatura, los alimentos podrían dorarse muy rápido o hasta quemarse. [4]
    • Por ejemplo, si tienes que saltear cebolla picada a fuego medio de 8 a 10 minutos, tendrás que mantener la temperatura indicada.
    • El único caso en que tendrías que ajustar la temperatura sería si vas a usar un recipiente de vidrio en vez de uno de metal para hornear. En este caso, tendrás que reducir la temperatura del horno alrededor de 15 °C (25 °F).
  6. Si vas a preparar media receta en un plato o recipiente de la mitad del tamaño del que emplearías para preparar la receta entera, tal vez tengas que reducir el tiempo de cocción también. Primero, espera a que pase la mitad del tiempo de cocción indicado y revisa el progreso de la comida. Es probable que todavía no esté lista, pero lo más recomendable es que sigas revisando cada cierto tiempo después de este punto. [5]
    • Ten en cuenta que, si vas a reducir la cantidad de porciones, como en el caso de las galletas o los pastelillos, igual tendrás que hornearlos por el tiempo recomendado.
    • Por ejemplo, si vas a preparar brownies, empieza a revisar su progreso luego de 20 minutos en lugar de esperar 40 minutos, sobre todo si no has cambiado el tamaño de la bandeja o recipiente.
    Anuncio
Método 2
Método 2 de 2:

Reducir cantidades para recetas horneadas

Descargar el PDF
  1. Si tienes una receta que requiere 1 huevo, evita usar solo la clara o la yema. En vez de eso, vierte el huevo en un tazón y bátelo hasta que ambas partes se combinen. Luego, mide la mitad del líquido para usarlo en tu receta. [6]
    • Si no quieres desperdiciar la otra mitad del huevo, podrías usar un ingrediente de reemplazo que no se mide en unidades sino en mililitros.

    Consejo: si bien la cantidad de huevo que tienes depende del tamaño del huevo, la mitad de un huevo batido equivale a aproximadamente 2 cucharadas.

  2. A veces, dividir ingredientes por la mitad da como resultado una medida complicada, como 5/6 de taza. Si esto sucede, considera usar unidades de medida del sistema métrico y pesar los ingredientes. De esta manera, será más sencillo calcular la mitad. [7]
    • Por ejemplo, si vas a preparar pan y la receta pide 3 2/3 de taza de harina, pesa dicha cantidad para hallar la medida dentro del sistema métrico, que sería alrededor de 460 g. Luego, divide esta cantidad entre 2, para obtener 230 g.
    • Es importante pesar los ingredientes si no sabes cuánto viene en un empaque. Por ejemplo, si la receta pide 1 paquete de pudín en polvo, no calcules la mitad a la vista. Es mejor pesar la cantidad para obtener un resultado más preciso.
  3. Si vas a preparar media receta de un guisado, un pastel, brownies o algo que debe llenar un recipiente entero, usa una bandeja o un recipiente más pequeño. Calcula el tamaño del recipiente recomendado para la receta original y utiliza uno donde quepa la mitad del volumen. Usar el recipiente correcto te ayudará a conseguir una cocción adecuada. [8]
    • Por ejemplo, si quieres preparar media receta de brownies, donde la receta original pide una bandeja de 25 x 35 cm (9 x 13 pulgadas), será mejor que uses una de 20 x 20 cm (8 x 8 pulgadas). De esta manera, evitarás que los brownies queden muy delgados, lo que haría que salgan muy crujientes o resecos.
    Anuncio

Consejos

  • Si la receta señala que debes cocinar un alimento hasta que alcance una temperatura interna determinada, tendrás que cocinar la cantidad reducida a la misma temperatura. Por ejemplo, si tienes que cocinar el pollo hasta 75 °C (165 °F), inserta un termómetro de carne para asegurarte de que esté listo.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 39 160 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio