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Todos tenemos que hacer colas para entrar al cine, para el supermercado, para los resultados de los exámenes y para muchas otras cosas. Impacientarse es una respuesta totalmente normal a una situación de la vida diaria, pero no debes dejar que la impaciencia se convierta en ansiedad y estrés. Aprender a esperar con paciencia te ayudará a afrontar el día a día y a tomar con calma las esperas largas e imprevistas.

Método 1
Método 1 de 3:

Hacer que el tiempo pase más rápido

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  1. Una de las mejores formas de evitar ponerte ansioso durante una larga espera es mantenerte ocupado haciendo algo al mismo tiempo. Uno de los aspectos más frustrantes de esperar es el hecho de sentir que estás perdiendo tiempo valioso, así que lo mejor es ocuparlo con otra actividad para hacer que el tiempo pase más rápido. [1] Aunque esto no siempre será factible (depende de la situación), a continuación te mostramos algunos ejemplos que debes tener en cuenta:
    • Si te hacen esperar por teléfono, aprovecha para responder algunos correos electrónicos.
    • Si estás esperando tu turno en el consultorio médico, lee un libro o periódico o juega algo en tu celular.
    • Si estás atorado en medio del tráfico, no te sientes a renegar, escucha música o pon una cinta para aprender idiomas e intenta sacarle el máximo provecho. [2]
  2. Buscar formas de distraerse es un método comprobado para alejar la impaciencia y ayudar a que pase el tiempo. Sin embargo, las investigaciones sugieren que este método puede resultar contraproducente si haces mucho esfuerzo para distraer tu mente de la espera. Obligarte a no estar ansioso puede aumentar mucho más tu ansiedad. [3]
    • Acepta que tienes que esperar y que no puedes hacer nada al respecto.
    • Dedica un minuto a relajarte antes de buscar algo en qué ocupar tu tiempo.
  3. Está demostrado que la espera se hace más ligera en compañía de otras personas porque así sientes que el tiempo pasa más rápido. Pero para que esto dé resultado, es necesario que las personas estén involucradas activamente, conversando sobre el propósito de su espera y compartiendo su entusiasmo de forma positiva. Por ejemplo, un grupo de fans que esperan para comprar un videojuego recién lanzado al mercado podrían pasar un momento divertido en la cola. [4]
    • En cambio, estar estancado en una larga cola silenciosa no servirá de nada.
    • Del mismo modo, estar en una sala de espera con personas enojadas e impacientes no hará que el tiempo avance más rápido.
    • Busca involucrarte con los demás de una forma más positiva.
  4. Si debes esperar un plazo muy largo para recibir una respuesta o cierta información, te será útil dividirlo en periodos más cortos. Identifica objetivos a corto plazo y céntrate en alcanzarlos, en vez de enfocarte en el objetivo final, de modo que evites ponerte impaciente. Trazarte objetivos pequeños y realizables te permitirá sentir que tienes el control de tu vida, a la vez que te distraes de la larga espera que no puedes acortar. [5]
    • Por ejemplo, si te estás poniendo cada vez más impaciente porque quieres saber si te han aceptado o no en la universidad, fíjate objetivos pequeños para cumplirlos cada semana mientras tanto.
    • Podría tratarse de cualquier cosa, desde aprender 20 palabras nuevas en otro idioma hasta dominar un nuevo truco de cartas.
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Método 2
Método 2 de 3:

Aprender a ser paciente

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  1. Es normal sentirnos impacientes, estresados y ansiosos esperando que ocurra algo. El primer paso para aprender a esperar con paciencia es comprender en qué momento surge la impaciencia y de dónde proviene este sentimiento. Aunque podrías estar esperando que llegue o pase algo, es tu reacción a dicha situación lo que da lugar al estrés de esperar.
    • Por ejemplo, si estuvieras atorado en el tráfico, probablemente te molestarías con la situación o con los demás autos por hacerte demorar.
    • Sin embargo, es tu reacción a la situación lo que determina si esperas con paciencia o impaciencia.
    • Las personas suelen impacientarse cuando perciben que el ambiente no cumple con sus expectativas.
    • Reconocer que las expectativas son solo eso, esperanzas o posibilidades de conseguir algo, y que muchas veces no son del todo realistas te permitirá identificar tu impaciencia. [6]
  2. Esperar resulta frustrante porque sientes que no tienes el control de la situación. La realidad es que no puedes controlar tu ambiente y que es inevitable tener momentos de espera prolongados. Aceptarlo ayudará a sentirte más libre y calmado.
    • Reconocer que no puedes despejar un accidente que ha provocado un embotellamiento es mucho mejor que enojarte y frustrarte por algo en lo que no tienes influencia. [7]
  3. Con frecuencia la ansiedad a causa de la espera se relaciona con la sensación de que tras ella vendrán malas noticias o resultados negativos, lo que hace que sea más difícil esperar con paciencia. Las investigaciones indican que a las personas con una perspectiva más positiva y que en general son más optimistas respecto al resultado que esperan, les resulta más fácil esperar con paciencia.
    • Promueve una actitud más optimista y aprende a sentirte más cómodo con la incertidumbre.
    • Si anticipas malas noticias, trata de encontrar su lado positivo de antemano. Esto podría ser prepararte para fracasar y pensar en una forma alternativa de seguir adelante.
    • Por ejemplo, si esperas el resultado de un examen, pensar en positivo respecto a lo que podrías hacer si no sacas buenas calificaciones te ayudará a esperar con más paciencia. [8]
  4. Si estás atrapado en una larga espera y has aceptado que no hay nada que puedas hacer al respecto, practicar algunas técnicas de relajación te ayudará a evitar que termines estresado e impaciente. Una de ellas es la respiración profunda; es tan sencilla que puedes realizarla en cualquier lugar y en cualquier momento.
    • Respira profundo de forma deliberada, inhalando por 3 o 4 segundos.
    • Llena tus pulmones y contén el aire por unos cuantos segundos antes de exhalar lentamente por 3 o 4 segundos más.
    • También podrías combinar la respiración profunda con un mantra, por ejemplo, “Estoy exhalando el estrés e inhalando la relajación”. [9]
  5. Ponerte impaciente por una situación de la vida es totalmente normal y nos pasa a todos. El estrés que provoca la impaciencia se siente tanto en la mente como en el cuerpo. Reconoce que si te pones muy ansioso y molesto mientras esperas algo, dicha impaciencia es una respuesta de estrés a la situación. Aprender a ser más paciente es una manera de ser más compasivo contigo mismo.
    • Si eres paciente y limitas la respuesta de estrés, estás cuidando de ti mismo de forma más activa.
    • Dado que sufres cuando estás impaciente, aprender a estar más relajado te permitirá sentirte mejor contigo mismo y con la situación. [10]
    • Aprender a ser paciente también te ayudará a ser más compasivo con las personas que se frustran si las cosas no satisfacen sus expectativas. [11]
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Método 3
Método 3 de 3:

Reconocer lo que te pone impaciente

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  1. Para aprender verdaderamente a esperar con paciencia y evitar sentir ansiedad cuando esperas algo, es de gran ayuda pensar en los distintos momentos de espera que experimentas. Por lo general, se cree que una espera incierta produce más ansiedad que una espera con un plazo previsto.
    • Las esperas inciertas se sienten más largas que cuando sabes cuánto tiempo debes esperar.
    • Por ejemplo, si te dicen que te atenderán en 30 minutos, te resulta más fácil que si solo te dijeran que te atenderán pronto. [12]
    • Si te encuentras ante una espera incierta, trata de conseguir mayor información respecto a ella, de modo que tengas una mejor idea de cuánto debes esperar.
    • Si no puedes obtener más información, intenta relajarte o entretenerte con algo y acepta que solo te queda esperar.
  2. En ocasiones, esperas ver a tu doctor en un horario establecido, pero al llegar descubres que ha surgido un inconveniente y que tendrás una larga espera. Dicha situación empeora tu impaciencia porque no la esperabas y contradice lo que entendiste que iba a ocurrir.
    • Si estás en una situación similar, reconócela, intenta relajarte e ignórala.
    • Trata de averiguar la razón de tu espera imprevista, por ejemplo, tal vez la persona que te ha citado se ha enfermado de forma repentina o está atorada en el tráfico.
    • Esto te ayudará a comprender que no hay nada que puedas hacer para cambiarlo y por ende, solo te queda ser más paciente. [13]
  3. Todos nos ponemos impacientes en algún momento, pero es importante comprender que frustrarse y preocuparse solo aumentará la impaciencia. Intenta relajarte lo más que puedas y toma las cosas con calma. Si estás haciendo cola en el supermercado y te pones ansioso porque tu fila avanza a paso de tortuga mientras que todas las demás avanzan con rapidez, tu espera obviamente se sentirá más larga de lo que es en realidad. [14]
    • Trata este tipo de situaciones con mayor ligereza e intenta mantener un buen sentido del humor frente al largo tiempo de espera. Esto te ayudará a esperar con más paciencia y mejor ánimo. [15]
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