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Estudiar para un examen siempre es difícil, en especial si sientes que no entiendes con claridad el material sobre el cual te van a evaluar. Al igual que con cualquier estudio, es importante que seas metódico y organizado. Planifica lo que necesitas cubrir y revisa el material un tema a la vez. Si no entiendes lo que tienes que estudiar, conversa con el profesor y pídele ayuda adicional para planificar tu estudio y entender mejor.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Identificar lo que necesitas estudiar

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  1. Si pronto tendrás un examen sobre un tema que no entiendes o que te causa muchos problemas, lo mejor que puedes hacer es conversar con el profesor sobre las dificultades que tienes. Él conocerá el sílabo del curso y estará más preparado para recordarte lo que has cubierto en clase y cómo debes estudiar.
    • Siempre sé amable y no culpes al profesor por tu falta de comprensión. Di algo como “No entiendo el tema, ¿puede recomendarme alguna lectura que me pueda ayudar?”.
    • Muéstrale que no buscas métodos rápidos, sino que estás interesado en estudiar y aprender.
    • Podrías decirle “Sé que pronto tendremos un examen y esperaba que me ayudará a identificar qué áreas necesito mejorar?”.
  2. Una buena manera de identificar el material del curso que entiendas y el que no es volver a revisar todos tus apuntes y libros sobre el tema. Lee y reflexiona sobre lo que sabes y lo que no. Si has tomado buenos apuntes en clase, serán uno de los mejores recursos para revisar lo que han cubierto. [1]
    • Marca toda área que te cause problemas y trata de clasificarlas según su dificultad.
    • Cuando revises los apuntes y los libros, hazlo como si fuera un ejercicio activo. Subraya, resalta y anota los extractos importantes para revisar los apuntes de manera activa.
    • Esto te ayudará a evitar que revises el material de forma pasiva y sin prestarle atención. Si no abordas un enfoque activo, existe el peligro de que no asimiles lo que lees. [2]
  3. Una de las mejores maneras de identificar lo que entiendes y lo que no es enseñarle el material a otra persona. Esta táctica te obliga a expresar las ideas con tus propias palabras, así sabrás con claridad qué dominas y qué no. [3]
    • Por ejemplo, si estás en una clase de Historia y el examen cubrirá “las causas de la Revolución de Estados Unidos”, pregúntale a un familiar o amigo si puedes explicárselas. Dale el libro de texto o los apuntes de la clase. Cuando encuentres un punto que te parezca difícil de explicar o “enseñar”, pídele que lo apunte. Así sabrás qué tienes que estudiar para el examen.
    • También puede ser de mucha utilidad que converses con otra persona sobre los problemas que tienes al estudiar. Una perspectiva fresca puede ser lo que necesitas para aclarar estos últimos puntos.
  4. Una manera excelente de averiguar qué tipo de preguntas te harán en un próximo examen es conseguir exámenes pasados mediante el profesor. Si te da uno, puedes usarlo como una manera de poner a prueba tu conocimiento y realizar pruebas de práctica. Si entiendes los tipos de preguntas y el formato del examen, esto será útil para estudiar. [4] Este es el caso, en especial cuando sientes que no entiendes el material.
    • Ver preguntas escritas en un examen pasado te ayudará a entender el tipo de conocimiento que el examen evalúa.
    • Las preguntas serán diferentes, pero el examen pasado podrá ayudarte a determinar qué tipo de preguntas te harán.
    • Podrían hacerte preguntas generales que requieren un entendimiento más amplio (pero menos detallado), preguntas más específicas que requieran un entendimiento más completo de un tema más limitado, o ambas.
  5. Si asistes a una clase y tienes problemas con el material, no esperes hasta poco antes del examen para adoptar medidas a fin de entender mejor y mejorar tu trabajo. Es importante que seas un estudiante activo en lugar de uno pasivo. Esto significa que debes revisar tus apuntes de la clase de forma activa y solicitar ayuda adicional o una explicación en el momento que lo necesites, en lugar de postergarlo.
    • Si eres activo, usarás la información y el material que estudias con más frecuencia.
    • El uso más frecuente de la información te permitirá acceder a tu memoria con más facilidad cuando tengas que rendir el examen.
    • Dedica 10 minutos a revisar los apuntes de cada clase en las 24 horas posteriores a ellas.
  6. Esto podría no serte útil la noche anterior a un examen importante, pero participar en clase hará que entiendas el material cubierto con mucha más facilidad. Puedes hacer preguntas, participar en la discusión en clase y ser activo en las actividades grupales.
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Parte 2
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Estudiar con esmero

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  1. una vez que tengas una idea más clara del material que debes estudiar, es importante que lo revises y no pierdas el tiempo. No debes tratar de estudiar todo a último minuto, si puedes evitarlo. Lo ideal es que empieces a estudiar con seriedad por lo menos una o dos semanas antes del examen. Evidentemente, esto variará según lo mucho que tengas que estudiar, pero es mejor tener tiempo adicional que un plazo insuficiente.
    • Podrías tener que experimentar un poco para encontrar el horario adecuado para ti. Algunas personas notan que pueden mantener la concentración por más tiempo que otras.
    • Trata de estudiar entre 40 y 90 minutos seguidos, antes de tomar un descanso breve de 10 o 15 minutos. Ten un descanso relativamente corto, para que no abandones la mentalidad de estudio por completo.
    • Si tienes un horario claro y visual escrito, esto te ayudará a llevar un control del trabajo y visualizar tu progreso, ya que podrás tachar lo que termines.
  2. Crea un buen ambiente de estudio . Es vital que busques un lugar para trabajar y en donde puedas concentrarte y estar alejado de las distracciones y las interrupciones. No hay reglas fijas para ello, y lo que funcione para ti podría no funcionar para otra persona. Asegúrate de que el área esté libre de dispositivos electrónicos y otras distracciones evidentes. Puedes clasificar el ambiente de estudio por sonidos, vistas, olores y comodidad.
    • Busca el nivel de silencio adecuado para ti. Algunas personas trabajan bien con un poco de ruido de fondo, mientras que otras prefieren el silencio total. Determina qué te funciona.
    • Necesitas una buena iluminación para evitar el cansancio en los ojos y el agotamiento. No estudies en un lugar cuyas vistas y luces puedan distraerte.
    • Tienes que buscar un lugar y una manera de estudiar que te parezcan cómodos, pero no tanto como para perder la concentración y relajarte por completo. Por ejemplo, elige una silla de escritorio en lugar de una reclinable.
    • Quizás esto no se te ocurra de inmediato, pero los olores pueden distraerte, por lo que debes evitar las áreas con olores fuertes, sin importar si son buenos o malos. [5]
    • Muchas personas creen que son buenas para hacer varias tareas a la vez, pero estudiar con éxito y hacer otra cosa al mismo tiempo es un mito. Busca un espacio de estudio que no tenga una televisión a todo volumen o música fuerte, y evita los mensajes instantáneos y Facebook. Si tratas de hacer varias tareas al mismo tiempo, solo perjudicarás tu concentración y te causará incluso más dificultades para entender el material. [6]
  3. Un motivo por el que las personas podrían no entender la información es que esta les parezca totalmente desconocida y sin relación con lo que ya saben. Esto causa mucha más dificultad para conectarla con el material. [7]
    • Puede ser de utilidad que les pidas a tus compañeros o al profesor su opinión sobre el material. Esto puede ayudarte a relacionar la información que ya conoces.
    • Busca en internet. Podrías conseguir un ejemplo o una explicación que te haga entender mejor que los del libro de texto.
    • Analiza el contexto de la información. Si tienes dificultades para entender lo que lees, busca pistas en el contexto. En ocasiones, esto puede ayudarte a descifrar lo que el texto explica. Por ejemplo, si te confunde un capítulo que menciona de forma constante la palabra “semiótica”, revisa los ejemplos brindados. Podrías notar muchas referencias a los signos, los símbolos o los significados, lo que te dará una pista de que se trata del estudio de las relaciones entre los signos y los símbolos (como el lenguaje), y lo que comunican. [8]
  4. Una vez que estés totalmente preparado, será importante que sigas el horario de estudio que has establecido. No hay una alternativa al trabajo duro, pero si dedicas tiempo a estudiar con eficiencia y eficacia, podrás lograr los resultados que buscas. Fija recordatorios en tu teléfono para no olvidar ninguna sesión de estudio. Si te pierdes una, no será un desastre, tan solo asegúrate de recuperar este tiempo en otro momento.
    • Puedes tener dificultades para ceñirte a un horario, así que considera pedirle a alguien que te ayude si tienes problemas.
    • Un recordatorio amable de que debes estudiar por parte de tus padres o hermanos puede ser de utilidad.
    • Si tienes un horario claro y lo colocas en la cocina, esta es una manera de indicarles a todos en qué momento debes estudiar.
  5. Es importante que no te abrumes por completo con el estudio y que no dejes que abarque cada minuto de tu vida. Puedes encerrarte por 5 horas para estudiar, pero es poco probable que el trabajo que realices en ese tiempo sea igual de eficaz y eficiente que el de un horario de estudio equilibrado. Divide el trabajo y prémiate por seguir el horario. [9]
    • Recuerda divertirte con amigos y realizar actividades físicas para volver a fomentar la circulación de la sangre después de estudiar.
    • Puedes dar caminatas cortas luego de una sesión de repaso, o relajarte con un baño agradable o mirando una buena película. [10]
  6. Las personas suelen desanimarse cuando sienten que no entienden un tema. Esto puede hacer que sientas que estudiar no vale la pena porque simplemente eres un “mal” estudiante. Recuerda que lo que no sepas no te refleja como estudiante. Todos tenemos áreas que consideramos desafiantes. [11]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Recibir ayuda

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  1. Si has tratado de elaborar un horario y estudiar, pero no entiendes el material, debes conversar con el profesor sobre ello. Pregúntale si tiene unos minutos al final de la clase o coordina con él para verlo al final del día. Sé puntual y pídele que te indique en qué te has equivocado. Lleva tus libros y toma apuntes sobre aquello en lo que diga que debes concentrarte.
    • Debes llevar tus materiales de estudio para mostrarle que lo estás intentando y que no buscas una solución rápida.
    • Si le muestras que estás comprometido y que te esfuerzas mucho, esto lo animará a dedicarte un tiempo adicional para ayudarte.
    • Sé sincero con él cuando le hables. Si estás muy estresado y ansioso, díselo y te ayudará. [12]
  2. Estudiar con amigos puede ser una manera fantástica de prepararte para un examen, ya que podrán usar el conocimiento que cada uno ha conseguido y ayudarse entre sí a entender el material que consideren difícil. Cada uno aportará sus ideas, y esto puede ampliar su comprensión del tema. Si vas a probar con un grupo de estudio, debes planificar lo que van a cubrir de antemano, para que todos estén preparados y no pierdan el tiempo. [13]
    • Recuerda que tu amigo podría ser muy seguro, pero esto no siempre significa que tenga la razón.
    • Sigue consultando los textos y materiales del curso en las sesiones de estudio.
    • Si notas que al final solo has conversado con tus amigos, debes reconsiderar si el grupo de estudio te está ayudando a aprender y prepararte para el examen.
  3. Tus padres y hermanos mayores pueden ser un buen recurso de estudio al cual recurrir, sobre todo si tienes un hermano mayor que ya haya tenido la misma clase. Él podría tener apuntes que puedes tomar prestados o podría explicarte un tema complicado con más claridad. Asimismo, tus padres pueden conversar contigo y ayudarte a seguir tu horario.
    • Las fichas son una manera muy eficaz de estudiar, y puedes pedirles que las usen para evaluarte sobre lo que has estudiado.
    • En ocasiones, tratar de explicarle algo a alguien te ayudará a entenderlo mejor o resaltará las áreas que no dominas.
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