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Decidir dejar una huella en el mundo de manera positiva es un objetivo noble. Una de las mejores maneras de encontrar la felicidad, la satisfacción, el sentido de propósito y el sentido de pertenencia es tratar de ayudar a mejorar la vida de los demás. Sin embargo, esto puede ser un objetivo abrumador: ¿cómo puedes tú, siendo una sola persona, cambiar la vida de los demás para mejor? Pensar en esa pregunta puede hacerte sentir insignificante e impotente, pero aquí tenemos consejos concretos sobre cómo puedes empezar a afectar a los demás positivamente.

Método 1
Método 1 de 3:

Empezar contigo mismo

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  1. Si deseas intentar hacer felices a los demás, entonces tendrás que empezar por t u cuenta. ¿Qué te hace feliz? ¿Qué te da gozo? Pensar en estas preguntas te ayudará a empezar a averiguar cómo puedes esparcir felicidad entre los demás. [1]
    • Haz una lista de las veces que hayas sido más feliz en tu vida. Es posible que te resulte útil revisar un libro de fotos para esto. Préstales atención a las fotos en las que luces más feliz o en paz: ¿Qué hacías entonces? ¿Con quién estabas?
    • ¿Aún te las arreglas para encontrar tiempo para participar en estas actividades? Si no es así, intenta que sea una prioridad reservar tiempo para hacer cosas que realmente te hagan sentir feliz.
    • Por ejemplo, incluso si no tienes tiempo para recorrer trayectos largos fuera del camino cada fin de semana tal como solías hacer, tal vez puedas arreglártelas para trotar por el parque local una o dos veces a la semana. Es posible que te sorprenda lo rápido que empieces a animarte después de volver a la actividad que alguna vez te gustó tanto.
  2. Es difícil ayudar a los demás de manera efectiva si tu propia vida es un desastre. Si realmente deseas tener un impacto positivo en el mundo, lo harás mejor si no te distraes demasiado con tus propios problemas. [2]
    • Tal vez te gustaría ayudar a las personas que están desempleadas a encontrar un trabajo significativo que les proporcione un ingreso estable. Sin embargo, si tienes problemas para conservar un trabajo, no podrás ofrecer mucho en forma de consejos, y ciertamente no se te tomará en serio.
    • Sin embargo, no debes renunciar a este objetivo simplemente porque (¡aún!) no has conservado un trabajo bien pagado durante un largo periodo de tiempo. De hecho, una vez que consigas resolver las cosas, estarás en una excelente posición para ayudar a otros que estén en posiciones como la tuya.
    • Realmente serás capaz de entender su situación y podrás ofrecer consejos sólidos y probados una vez que consigas superar tus propios obstáculos.
  3. Aunque uno de los primeros pasos para ayudar a los demás es ayudarte a ti mismo, ten cuidado de no posponer el comienzo de tu nuevo plan por mucho tiempo. Nunca estarás perfectamente feliz, perfectamente satisfecho, perfectamente empleado, etc. [3]
    • Si esperas a que el momento sea perfecto (y a que tú seas perfecto) antes de empezar a intentar dejar tu huella en el mundo, nunca empezarás.
    • Tal vez no estés todavía en posición de ser un consejero de carrera, pero tal vez puedas trabajar para proporcionarle atuendos de entrevista a las personas sin hogar.
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Método 2
Método 2 de 3:

Realizar una autoevaluación

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  1. [4] Si intentas averiguar cómo puedes tener un impacto positivo en el mundo, debes saber tanto de ti mismo como sea posible. ¿Cómo responderías a la pregunta "¿En qué eres realmente bueno?"?
    • Por ejemplo, ¿eres un organizador meticuloso? ¿Tienes talento para hablar en público? ¿Eres un lector y escritor experto? ¿Sabes programar computadoras? ¿Eres una estrella del fútbol?
    • Piensa ampliamente al responder estas preguntas, y no descartes nada que suene tonto o frívolo.
    • Por ejemplo, tal vez seas muy bueno elaborando arte de uñas complejo y creas que se trata de un pasatiempo inútil. Sin embargo, los asilos de ancianos y las comunidades de retiro a menudo buscan voluntarios para hacerles la manicura a los residentes.
  2. Así como debes saber en qué eres bueno, debes pensar en el tipo de ambiente en el que trabajas mejor. [5] Responder a las siguientes preguntas prácticas puede ayudarte a descubrir dónde y cómo ayudar a los demás.
    • ¿Te gusta el ambiente exterior? ¿Evitas los elementos del clima a toda costa, y por lo tanto prefieres un ambiente de oficina? ¿Eres tal vez un poco recluso, y por lo tanto prefieres trabajar a distancia?
  3. Más allá de saber en lo que eres bueno, también debes pensar en si disfrutas o no haciendo lo que se te da bien. Para ser capaz de ayudar a los demás de forma consistente, necesitas evitar el aburrimiento y el agotamiento. Hacer lo que se te da bien y disfrutas puede ayudar a protegerte contra esto.
    • Por ejemplo, es posible que seas un gran escritor, y si es así, esto podría servirte en tu búsqueda por ayudar a los demás. Sin embargo, si odias escribir, entonces hay pocas posibilidades de que seas capaz de mantener un compromiso para enseñarles a otros a escribir. Seguramente hay otras cosas en las que también eres bueno y que disfrutas un poco más.
  4. [6] A medida que tu plan comience a tomar forma, deberás pensar en cuáles son tus pasiones.
    • ¿Qué causas te motivan? ¿Eres un amante de los animales que prefiere interactuar con criaturas no humanas que con personas? ¿Eres un fuerte defensor de los derechos de la mujer? ¿Te apasiona la reforma escolar?
    • Trata de identificar las causas que te conmueven el corazón o te hacen hervir la sangre. De cualquier manera, sabrás que has elegido comprometerte con algo que te importa.
  5. Describe todos tus compromisos de tiempo actuales (trabajo, escuela, familia, etc.) para identificar las ventanas de tiempo abiertas que puedes dedicarle al voluntariado o a hacer buenas acciones.
    • Ten cuidado de no hacer promesas demasiado ambiciosas sobre la cantidad de tiempo que puedes dedicarle al voluntariado o a trabajar para otros.
    • Por ejemplo, si les prometes a los encargados del refugio local que puedes ayudarles quince horas a la semana, dependerán de que estés allí, pero después de unas semanas podrías sentirte abrumado. Necesitas permitirte un tiempo de descanso.
    • Sin embargo, debes hacer de la ayuda a los demás una prioridad real que quede escrita en tu agenda y que te tomes tan en serio como cualquier otro compromiso, tal como el trabajo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cambiar el mundo para bien

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  1. En esta noble búsqueda de impactar positivamente al mundo, es fácil mirar siempre muy lejos en el camino y pasar por alto las oportunidades que tienes de ayudar a los demás en este momento. Piensa en cómo puedes mejorar la vida de alguien hoy en día.
    • Es posible que estés muy ocupado y pienses que no tienes mucho tiempo libre, pero incluso así puedes encontrar formas pequeñas de ayudar a los demás.
    • Por ejemplo, puedes poner la alarma unos minutos antes de lo normal y raspar el hielo del coche de tu vecino antes de ir a trabajar.
    • Si estás en la escuela, puedes ofrecerte a organizar un grupo de estudio antes de un examen importante u ofrecerte a compartir notas con tu compañero de clase que haya estado con la gripe durante dos semanas.
  2. Toma la resolución de realizar buenas acciones todos los días. La mejor manera de hacerlo es buscar formas pequeñas de esparcir la felicidad o ayudar a los demás. Por ejemplo: [7]
    • Sujeta las puertas abiertas para las personas, asegurándose de hacerlo con una sonrisa de bienvenida.
    • Deja que alguien que parece tener prisa se mueva delante de ti mientras esperas en el supermercado.
    • Compra un paquete de pañales para los nuevos padres al frente de tu casa (aunque no los conozcas).
    • Gasta unos minutos cortando cupones del periódico para que puedas recoger algunos comestibles adicionales, y luego donarlos a la despensa de alimentos de tu localidad.
    • Pregúntales de manera sincera cómo les va a las personas que te atienden (camareros y camareras, cajeros, asistentes de la gasolinera, etc.).
    • Aunque se trate de gestos bastante pequeños, pueden tener un gran impacto en los demás.
  3. Podrás seguir encontrando formas de hacer cambios positivos en la vida de los demás a diario, no importa lo pequeños que sean. Sin embargo, no te olvides de pensar en grande y a largo plazo también.
    • Por ejemplo, ¿deseas ser un filántropo o trabajar para una organización sin fines de lucro algún día? ¿Te gustaría trabajar para Médicos Sin Fronteras? ¿Deseas asegurarte de que todos los niños tengan (más allá de) los materiales de aprendizaje adecuados en la escuela?
    • Dependiendo de tus objetivos a largo plazo, es posible que tengas que dedicar parte de tu tiempo a desarrollar y perfeccionar tus habilidades y adquirir los conocimientos necesarios.
    • Esto podría significar que tendrás que inscribirte en un curso de estudio en particular, hacer una pasantía o incluso cambiar de carrera.
    • Como resultado, parte del tiempo que tengas libre para ser voluntario ahora se reducirá, pero te convertirás en un mejor instrumento para el mundo a largo plazo.
  4. Piensa en aquello por lo que estás agradecido en la vida, y luego piensa en las formas en las que puedes compartir esas cosas buenas con los demás.
    • Por ejemplo, ¿estás en una carrera satisfactoria por las ventajas educativas que has tenido de niño? Si es así, entonces tal vez una buena manera de expresar tu gratitud y ayudar a los demás sería centrarte en ayudar a los escolares a conseguir los libros que necesitan.
    • Alternativamente, podrías ofrecerte como voluntario para dar clases particulares un par de veces a la semana en un distrito escolar económicamente desfavorecido.
    • La idea básica es identificar las formas en las que has recibido ayuda o bendiciones y a su vez encontrar maneras de extender la ayuda a otros.
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