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Las papas y las cebollas se conservan bien en ambientes similares. Entonces no debería haber problema en guardarlas juntas, ¿verdad? A pesar de sus semejanzas, ambas verduras generan una interacción química mutua que acorta su vida útil. Por suerte, con cierta distancia y las condiciones adecuadas, es fácil guardarlas durante varios meses. Para ayudarte, te explicamos por qué no pueden mantenerse juntas, además de ofrecerte una guía útil para hacer que duren. Si quieres guardar y disfrutar de deliciosas papas y cebollas sin temor a que se echen a perder, ¡sigue leyendo!

Método 1
Método 1 de 4:

¿Se puede guardar papas y cebollas juntas?

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  1. Las cebollas emiten gas etileno, una hormona vegetal que promueve la maduración de las frutas y verduras. Cuando las papas están expuestas al etileno durante su almacenamiento, son más propensas a pudrirse o a brotar antes de utilizarlas. Por otro lado, su alto contenido de humedad puede dejar las cebollas más líquidas y hacer que goteen. Mantén ambas verduras en gabinetes separados o en zonas opuestas del sótano o la cocina. [1]
    • Las papas deben mantenerse lejos de cualquier alimento con alto contenido de etileno, como las manzanas, los aguacates, los albaricoques, las peras, los plátanos, los pimientos y los tomates. [2]
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Método 2
Método 2 de 4:

Guardar las papas

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  1. Estas condiciones prolongan la vida útil de las papas. El exceso de luz solar provoca su brote o las deja verdes. Por eso, se conservan mejor a temperaturas entre 7 y 16 °C (45 y 60 °F). [3] Las despensas, los armarios y los sótanos son excelentes lugares para guardar las papas a largo plazo. La encimera funciona para almacenarlas a corto plazo si las papas se mantienen lejos de la luz solar y la temperatura ambiente no es muy elevada.
    • Mantén las papas lejos de las estufas y los electrodomésticos que experimenten cambios drásticos de temperatura, además de los fregaderos y las habitaciones y sótanos demasiado húmedos.
    • Mantén las papas enteras crudas lejos del refrigerador. La refrigeración convierte el almidón de las papas en azúcares que alteran su sabor. También puede dar lugar a la formación de acrilamida, una sustancia química que puede provocar cáncer.
    • Guarda las papas crudas y cortadas en agua. Durarán en el refrigerador unas 24 horas. Las papas cocidas refrigeradas duran 3 o 4 días.
  2. Algunas buenas opciones son las cestas, los cajones, las bolsas de papel o las cajas de cartón con la parte superior abierta o las bolsas de malla. Evita almacenar las papas en un recipiente sellado sin respiración (como las bolsas de plástico), ya que esto produce acumulación de humedad y acorta su vida útil.
    • Si tienes que dejar las papas en un espacio abierto, coloca una cubierta suelta sobre el recipiente para bloquear la luz que provoca la aparición de brotes.
  3. Si detectas imperfecciones o puntos negros, un mal olor o están blandas al tacto, se han echado a perder y debes tirarlas. No hay problema en comer papas con brotes, solo quítales los brotes antes de cocinarlas. Cuando se guardan de forma correcta, las papas pueden durar al menos 3 meses. Las que están en la encimera (con más exposición a la luz) pueden durar solo una o dos semanas.
    • Retira por completo los brotes antes de cocinar las papas, ya que pueden ser tóxicos. Si tienes dudas de si una papa con brotes es buena para comer, mejor tírala.
    • Las papas rojas no duran tanto como las amarillas o las blancas, y las de cáscara gruesa como las Russet duran más que las de cáscara fina. [4]
    • Revisa las papas cada dos o tres semanas y retira las que estén en mal estado. Si es necesario, trasládalas a un espacio más frío, seco y oscuro.
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Método 3
Método 3 de 4:

Guardar las cebollas

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  1. El sótano, el garaje, la despensa o un gabinete son los lugares ideales. Las cebollas duran más en temperaturas entre 7 y 13 °C (45 y 55 °C), sin luz solar ni humedad, ya que así son menos propensas a brotar o enmohecerse. La encimera también funciona siempre y cuando las cebollas se mantengan lejos de la luz solar directa y la temperatura ambiente no sea muy elevada. [5]
    • Mantén las cebollas enteras sin pelar fuera del refrigerador. La falta de circulación de aire y la temperatura fría provocarán la acumulación de humedad y moho en las cebollas.
    • Coloca las cebollas lejos de las ventanas con mucha luz, las estufas u otras zonas que experimenten cambios drásticos de temperatura.
  2. Puede tratarse de una cesta, un frutero, una bolsa de malla o una bolsa de papel o una caja de cartón con la parte superior abierta. Esto permite que circule mucho aire alrededor de las cebollas y las mantiene frescas por más tiempo. Verifica que estén apiladas sin apretar para lograr la máxima circulación de aire. [6]
    • Las cebollas son muy buenas para absorber la humedad. Mantén el recipiente lejos de los fregaderos, los sótanos húmedos o cualquier otra fuente de humedad excesiva.
  3. Las cebollas enteras sin cáscara duran hasta 2 semanas en el refrigerador. Asegúrate de retirar toda la cáscara (la capa exterior seca) y de mantener la cebolla en un recipiente hermético. La cebolla picada dura hasta una semana y también debe refrigerarse en un recipiente sellado. [7]
  4. Las cebollas enteras sin pelar pueden durar de 2 a 6 meses (según la variedad) si se guardan en las condiciones adecuadas. Por lo general, las más fuertes o picantes (como las que te hacen llorar) duran más que las dulces. Busca la presencia de moho, decoloración, brotes, partes blandas, pulpa seca o mal olor. [8]
    • Revisa las cebollas cada dos o tres semanas y elimina las que presentan signos de deterioro. Si es necesario, trasládalas a un espacio más frío y seco. [9]
    • En casos graves de pudrición, toda la cebolla se sentirá blanda (por estar expuesta a demasiada humedad).
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Método 4
Método 4 de 4:

Curar las verduras para un almacenamiento más prolongado

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  1. El curado es el proceso de engrosar y secar la cáscara de estas verduras para que duren más. Las papas y las cebollas comerciales ya vienen curadas, pero es fácil hacerlo por tu cuenta. Después de curarlas, guárdalas como de costumbre.
    • Para curar las papas , quítales la suciedad con un cepillo (no utilices agua) y déjalas reposar por 10 días en un lugar oscuro y bien ventilado con una temperatura moderada y un nivel alto de humedad. [10]
    • Para curar las cebollas, déjalas en el sol por una semana. Si sabes que habrá mal tiempo, colócalas en un lugar cubierto con buena circulación de aire por 10 a 14 días.

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