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Los perros y los gatos tienen la mala reputación de no llevarse muy bien, pero esto no significa que no puedan volverse amigos íntimos. La verdad es que algunos perros nunca podrán vivir felices al lado de los gatos. No obstante, con una planificación adecuada y mucha paciencia, definitivamente se les podrá enseñar a algunos perros a tolerar a los gatos o incluso entablar una amistad con ellos.

Método 1
Método 1 de 5:

Planificar con anticipación

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  1. Algunos animales nunca se llevarán bien. Si ya tienes un perro, piensa con cuidado antes de llevar un gato a tu casa. Sin importar lo mucho que puedas querer a un nuevo amigo peludo, será injusto para ambos animales que lleves a cabo un cambio tan importante sin conocer la forma en la que esto podría afectar su calidad de vida. La Humane Society indica que si un perro se vuelve muy agresivo en presencia de un gato que está quieto y tranquilo, o si pierde por completo la capacidad de concentrarse en otra cosa, es probable que nunca pueda vivir en paz con un gato.
  2. Este es un comportamiento difícil (y a veces imposible) de enseñar. Además, si tienes poca experiencia, podrías estar en una situación muy difícil de superar. Hay muchos entrenadores caninos profesionales que pueden ayudarte a evaluar los límites de tu perro y colaborar contigo para desarrollar una estrategia más detallada. [1]
  3. Es probable que este sea un proceso lento. No esperes lograr mucho en una etapa muy temprana y no te sorprendas si tus animales muestran hostilidad o miedo. [2]
  4. Si los cachorros y los gatitos crecen juntos, tendrán la mejor probabilidad de llevarse bien en la adultez. Si tu perro ya es adulto, puedes conseguir un gatito en lugar de uno adulto. Es menos probable que un gatito le tema a un perro o que despierte los instintos de caza de tu perro al correr deprisa. [3]
  5. Si conoces a alguien que tenga un gato muy tranquilo o que ya esté acostumbrado a los perros, pregúntale si puedes llevar a tu perro para realizar una prueba controlada. Esto te dará una noción de lo difícil que será que tu perro se acostumbre a vivir con un gato.
  6. Si estás seguro de que deseas llevar un gato a tu casa, primero lleva cosas que tengan su olor (como artículos para asearlo, ropa de cama, etc.). Antes de llevar al gato a tu casa, lleva objetos como puertas de seguridad para bebés, cajas de arena, tazones de comida y rascadores; así tu perro tendrá un tiempo para acostumbrarse a estos objetos.
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Método 2
Método 2 de 5:

Entrenar a tu perro con anticipación

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  1. Aprender a llevarse bien con los gatos es un objetivo muy difícil para muchos perros, ya que su instinto es perseguir a los animales pequeños y peludos. Si tu perro no ha recibido un buen entrenamiento, este proceso será una catástrofe desde el principio. Como mínimo, tu perro deberá obedecer en todo momento las órdenes para que se siente, se quede quieto, se eche, se quede a tu lado y vaya hacia ti cuando lo llames. Si no lo hace, es muy recomendable que le enseñes las órdenes básicas antes de proseguir.
  2. Si alguna vez has observado a un entrenador canino profesional en acción, es probable que hayas notado que usa un clicker. [4] El sonido del clicker señalará el buen comportamiento. Este le indicará al perro que ha hecho algo muy bueno y que recibirá una golosina por ello. Esto garantizará que el animal comprenda con exactitud cuál es el comportamiento por el cual lo han premiado. Si gustas, podrás emplear la palabra “sí” (u otra que prefieras), pero el clicker será la herramienta más eficaz, ya que emitirá un sonido que quizás tu perro no oiga en algún otro contexto. Es relativamente sencillo enseñárselo y, si sigues las instrucciones del artículo “ Cómo adiestrar a un perro con un clicker ”, el animal lo aprenderá con mucha rapidez.
  3. A diferencia de los comportamientos anteriores, este es más difícil de enseñar, y muchos dueños de perros no le prestan atención. No obstante, esta es una de las herramientas más útiles del entrenamiento de obediencia. Este te ayudará a lograr que tu perro deje de realizar comportamientos peligrosos, destructivos o generalmente indeseados; y será una herramienta valiosa para enseñarle a interactuar con un gato de forma segura. Al igual que cualquier otro comportamiento, tendrás que empezar con algo sencillo y luego incluir elementos de dificultad poco a poco, conforme tu perro domine el concepto básico. [5]
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Método 3
Método 3 de 5:

Hacer que tu perro se acostumbre a estar cerca de tu gato

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  1. Tu perro considerará a tu hogar como su territorio y podría sentirse amenazado y ponerse a la defensiva si llega un nuevo animal de forma súbita. Puede ser de utilidad que empieces fuera de casa colocando al gato en un corral y teniendo a tu perro con una correa puesta. [6]
    • Empieza a una distancia y acércate al corral poco a poco con tu perro. Detente cuando se acerquen lo suficiente como para que vea al gato.
    • Deja que tu perro mire al gato por unos segundos, luego di el nombre de tu perro. Usa el clicker y dale una golosina cuando te mire. Repite este proceso de dejar que mire al gato, decir su nombre y premiarlo cuando te mire. El objetivo es que asocie el premio con el hecho de estar tranquilo al ver al gato.
    • Si tu perro se distrae al ver al gato tanto como para no poder concentrarse, aléjense del gato hasta que tu perro te mire siempre que digas su nombre.
    • Acérquense poco a poco al corral y mantén este proceso conforme lo hagas. Deberás darle muchas golosinas, ya que será importante que hagas que el buen comportamiento sea más gratificante que el malo.
    • Sigan practicando hasta que tu perro pueda hacerlo mientras se pare junto al corral del gato. Ten paciencia; el tiempo que debas dedicarle variará según el perro.
  2. Esta será una buena opción si no puedes hacer que se conozcan en un área neutral o si tu gato se siente angustiado por estar en un corral al aire libre.
    • Aloja al gato en una habitación designada de la casa a la que el perro no pueda entrar. Coloca su cama, agua, tazones de comida, un rascador, una caja de arena y juguetes en esta habitación. El objetivo es crear un espacio que considere seguro. Dale al menos unos días para que se adapte antes de presentarle al perro.
    • Colócale una correa a tu perro y llena tus bolsillos con sus golosinas favoritas y también unas golosinas para tu gato. La puerta de la habitación del gato deberá estar abierta, pero bloqueada con una puerta de protección para bebés. En los primeros días, tan solo pasa por la puerta con tu perro. Haz sonar el clicker y dale una golosina si se comporta de forma tranquila, y también dale una golosina a tu gato para ayudarlo a asociar la presencia del perro con algo bueno.
    • Practica el entrenamiento de obediencia básico con tu perro cerca del gato. Tu perro tendrá que acostumbrarse a mantenerse concentrado en ti (incluso en presencia del gato) y tu gato deberá dejar de considerar al perro como una amenaza. Si tu perro se distrae demasiado como para concentrarse en ti, aléjense del gato hasta que tengas su atención. Acércate poco a poco conforme se acostumbre a esta actividad.
  3. Solo emplea esta opción si has entrenado a tu perro para que use su jaula. Si no entabla asociaciones positivas con el uso de su jaula, es probable que se ponga muy nervioso como para aprender con eficacia.
    • Haz que tu perro entre a su jaula y cierra la puerta. Lleva tu gato a la habitación. Quizás tu perro empiece a llorar, dar ladridos, golpear la puerta con la pata o incluso gruñir. Deja que reaccione de la manera que considere natural. Nuevamente, deja que el gato fije el ritmo de esta interacción. Si no quiere acercarse a la jaula, no lo obligues. Haz sonar el clicker y dale una golosina a tu perro en los momentos en los que guarde silencio o esté tranquilo.
    • Deja que hagan lo que quieran por 10 o 15 minutos, y luego sepáralos. Prosigue con estas sesiones de entrenamiento hasta que tu perro guarde la calma en presencia del gato. En este punto, continúa siguiendo los pasos descritos anteriormente.
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Método 4
Método 4 de 5:

Seguir adelante

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  1. Si se siente lo suficientemente cómodo como para mostrarse curioso, se acercará a la puerta para bebés cuando pases con tu perro. Si ambos animales lucen tranquilos y curiosos al interactuar por la puerta, estarán listos para encontrarse en la misma habitación.
  2. Este será un momento adecuado en el que podrás usar la orden para que se aleje. Si tu perro empieza a llorar o a agitarse y emocionarse, retíralo de su habitación y practica un entrenamiento de obediencia básico con él hasta que se tranquilice.
  3. No dejes que tu perro interactúe con tu gato sin su correa puesta hasta que estés totalmente seguro de que no actuará de forma agresiva ni lo perseguirá. Esto arruinaría gran parte del progreso que hayan logrado.
  4. Sigue vigilando de cerca a ambos animales. Deberás hacer sonar el clicker y premiar a tu perro por todo comportamiento positivo que muestre.
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Método 5
Método 5 de 5:

Ayudar a los perros y gatos que vivan juntos a llevarse bien

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  1. Sin importar lo mucho que quieras que tu perro y tu gato se adoren el uno al otro, quizás lo único que puedan lograr es tolerarse. Si ya tienen conflictos el uno con el otro, es probable que ni siquiera puedan tolerarse. Las primeras impresiones serán vitales para ayudar a un perro y un gato a vivir juntos en armonía, y una vez que sientan desagrado por el otro, será muy difícil remediar la relación. Algunos de los métodos indicados podrían emplearse en los animales que ya vivan en la misma casa. Sin embargo, será importante que recuerdes que no podrás cambiar la naturaleza de un animal y que obligar a dos animales a que sean amigos será igual de difícil que obligar a dos personas. [7]
  2. Esta es una de las etapas más importantes para mantener la paz entre los perros y los gatos. Si dejas que tu perro descubra lo divertido que es perseguir a los gatos, esto reforzará de forma positiva el comportamiento que deseas evitar y hará que sea mucho más difícil entrenarlo. [8] Asimismo, esto hará que tu gato considere a tu perro como algo a lo que debe temerle. Sé firme y constante, y cerciórate de que tu perro te obedezca sin dudar cuando le ordenes que se aleje.
  3. Nunca dejes a un gato y un perro juntos si no estás totalmente seguro de que puedas confiar en ellos. Si ocurre una pelea entre ellos mientras estabas lejos, esto podría arruinar todo el progreso que hayas logrado. Siempre sé precavido si no estás totalmente seguro de que se llevarán bien.
  4. Si las obligas a interactuar entre sí, esto solo hará que asocien el hecho de estar juntos con las sensaciones desagradables y que sea más probable que se ataquen.
  5. Si estás tenso y nervioso, tus animales lo percibirán y esto hará que ellos también se pongan nerviosos. Mantente tranquilo y, si tu perro, tu gato o tú se enfurecen, separa a los animales y vuelvan a entrenar cuando todos estén tranquilos.
  6. Los gatos no entienden el concepto de una correa y no siempre estarán más tranquilos al contener al perro. Los animales se desesperan cuando se sienten atrapados, y si tu gato siente que no puede escapar a un área sin perros, podría atacar o tratar de huir.
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Consejos

  • Realiza sesiones de entrenamiento cortas. Los perros tienen periodos de atención cortos y es probable que no aprendan con mucha eficacia al entrenarlos por más de 15 o 20 minutos. Este proceso podría tomar varias sesiones. Ten paciencia con tu perro, ya que las cosas solo se complicarán más si te enfureces.
  • Ve con lentitud. No todos los perros aprenden con rapidez. Tendrás que avanzar poco a poco, basándote en los conceptos con los que tu perro ya se sienta cómodo.
  • Presta mucha atención. Mantente alerta para detectar los cambios en el comportamiento de tus animales, como desarrollar nuevos miedos, sufrir cambios en el apetito u ocultarse con frecuencia. Estos son signos de que el proceso está afectando su salud mental, y podrías tener que volver a evaluar lo realistas que sean estas condiciones de vida.
  • Cuida bien a tus animales. Los perros y los gatos se llevarán mejor si cubres todas sus necesidades. Si un perro está confundido sobre lo que representa un buen comportamiento o no se ejercita lo suficiente, será mucho más probable que se comporte mal. Asimismo, si el gato está aburrido o siente que no tiene una zona segura sin perros en casa, será mucho más probable que se comporte de forma agresiva o temerosa.
  • Siempre emplea el refuerzo positivo. Los regaños no son un método eficaz para enseñarles a los animales. Lo más importante de entrenar a tu perro es aprender a comunicar lo que deseas con exactitud y hacer que considere que será más beneficioso que se porte bien. Será vital que ambos animales asocien la compañía del otro con algo bueno.
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Referencias

  1. www.aspca.org/pet-care/virtual-pet-behaviorist/finding-professional-help
  2. www.aspca.org/pet-care/virtual-pet-behaviorist/cat-behavior/introducing-your-cat-new-dog
  3. http://www.canismajor.com/dog/dogscats.html
  4. http://www.aspca.org/pet-care/virtual-pet-behaviorist/clicker-training-your-pet
  5. http://www.aspca.org/pet-care/virtual-pet-behaviorist/dog-behavior/teaching-your-dog-leave-it
  6. http://www.whole-dog-journal.com/issues/16_7/features/get-along-in-multi-species-house_20783-1.html?pg=1
  7. www.petsit.com/dogs-and-cats-learning-to-get-along
  8. www.petfinder.com/dogs/dog-problems/dog-chases-cat

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