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Pedir disculpas es algo que a veces debemos hacer y a menudo resulta una experiencia dolorosa. Saber cómo hacerlo respetuosa y sinceramente es una habilidad beneficiosa que nos sirve en nuestra vida personal y profesional. No obstante, muchos viven sin saber realmente cómo hacerlo. Afortunadamente, es un proceso simple, aunque no siempre resulte sencillo.
Pasos
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Define exactamente cuál es el motivo de tus sentimientos negativos. Cuando pidas disculpas, es importante saber con exactitud por qué lo estás haciendo. Si no lo sabes, en el mejor de los casos te arriesgarás a pasar por un momento algo vergonzoso y en el peor de los casos, empeorarás la situación. Nuestras emociones a menudo pueden distorsionar nuestra percepción sobre discusiones u otras interacciones estresantes, por ese motivo, pregúntales a los demás (terceros) una opinión objetiva sobre lo que exactamente ocasionó la discusión. Después de calmarte, reflexiona sobre tus actos; cuestiónate si actuaste lógica y respetuosamente o si fuiste grosero(a). En caso de haberte dejado llevar por la ira, ¿tienes justificación o no?
- Si aún te comunicas con la persona a la que le hiciste daño, puedes preguntarle su versión de los hechos luego de pedirle disculpas. Es posible que te sorprendas al saber que tu versión de los hechos y la suya son completamente distintas.
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Dedícale tiempo y atención. Pedir disculpas nunca debe dejarse para después. Una disculpa impersonal y mediocre es una falta de respeto y puede ocasionar más enemistad. Aunque estés demasiado ocupado(a) y creas que la “ofensa” es relativamente pequeña, es importante que te des tiempo para pedir disculpas personalmente. Reúnete con la persona que ofendiste en un lugar tranquilo y privado para disculparte sinceramente sin interrupciones ni distracciones.
- Si por algún motivo no puedes disculparte personalmente, hazlo por teléfono. En este caso, aplican las mismas reglas; organízate, pon tus demás llamadas en espera, etc. Es posible que también quieras enviar una carta o correo electrónico escrito sincera y cuidadosamente. Los mensajes de texto son el último recurso y solo debes recurrir a ellos cuando la única alternativa sea no pedir disculpas.
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Discúlpate clara y directamente. Cuando quieras pedir disculpas, no seas ambiguo(a) o des muchos rodeos para hacerlo. No utilices frases como “Pensé que las cosas serían diferentes” o “Creo que hay un malentendido” para evitar admitir la culpa. En vez de eso, empieza a pedir disculpas correctamente desde un inicio, diciendo frases como “Lo siento” o “Por favor, perdóname”. Esto demostrará que eres sincero y que tus disculpas son reales, así no las acepten.
- Puede resultar inesperadamente difícil. Siempre es difícil admitir que hemos sido imprudentes o mezquinos, pues esto confirmaría que somos imperfectos, una verdad que frecuentemente eludimos. No obstante, es la única manera de saber si tus disculpas son sinceras.
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Utiliza un lenguaje corporal respetuoso y conciliador. Demuestra que has cambiado de actitud. Todos demostramos nuestras emociones de distintas maneras, muchos muestran su ansiedad o preocupación en su rostro, mientras que otros lo hacen de una manera más difícil de descifrar. Así pertenezcas al segundo grupo, utiliza en lo posible tu cuerpo y rostro para expresar que tus disculpas son sinceras. No luzcas petulante, desinteresado o enojado cuando estés disculpándote. Mantén contacto visual y habla en un tono claro y respetuoso. Dirígete directamente a la persona a quien le pides disculpas, no lo hagas desde una posición más alta, sino estando a su misma altura. Nunca intimides a alguien utilizando un lenguaje corporal hostil (como erguir el pecho o aproximarte de manera amenazante).
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Escucha. Pedir disculpas no debe ser un monólogo; así seas tú quien haya cometido la falta, debe haber un diálogo. Permite que la persona que has lastimado mencione algún punto que no hayas considerado; le debes respeto y atención.
- Asegúrate de prestarle atención, manteniendo contacto visual, asintiendo con la cabeza y respondiendo respetuosamente sus preguntas o acusaciones. Además, trata de mantenerte tranquilo(a) y atento(a) hasta que la persona que hayas lastimado termine de hablar. Nunca la interrumpas ya que podría agravar la situación y generar más enemistad.
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Demuestra tu intensión de cambiar. Lo más importante de una disculpa es comprometerte a actuar diferente en el futuro; por ejemplo, evitar actitudes que provoquen discrepancias, deshacerse de los malos hábitos o cambiar tu punto de vista. Si por lo menos no haces el intento de cambiar, tus disculpas no serán del todo sinceras, demostrando que puedes estar arrepentido(a), pero no lo suficiente como para hacer algo al respecto. Comprométete a actuar diferente en el futuro y cúmplelo; si verdaderamente te interesa la persona a la que le estás pidiendo disculpas, obviamente evitarás herirla de nuevo.
- Los viejos hábitos difícilmente desaparecen. La promesa de cambiar y el hecho de cambiar verdaderamente son cosas completamente distintas. Todos hemos jurado que hemos cambiado, pero después terminamos cometiendo los mismos errores otra vez. Si ese es el caso, necesitarás disculparte nuevamente. Ten cuidado, pues pedir disculpas en vano puede dañar e incluso terminar una relación.
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Da muestras de sinceridad (opcional). Si deseas regalar algo pequeño o escribir una nota sincera, el gesto podría ayudar a aliviar cualquier resentimiento. Ningún regalo, por más caro que sea, podrá sustituir unas disculpas sinceras, así que lo mejor es optar por un detalle pequeño y sincero, en vez de algo extravagante. Nunca des un regalo con la intensión de evitar pedir disculpas. Recuerda que si puedes comprar el perdón de alguien, entonces la relación que mantenían nunca fue tan estrecha.
- No des regalos de broma o subidos de tono. En lugar de ello, regala algo pequeño y personal que vaya con lo que conoces de la persona que heriste. Un ramo de flores pequeño y modesto (no rosas, a menos que estés interesado sentimentalmente) acompañado de una nota siempre es una buena idea. Nunca regales dinero, eso es lo que los dones de la mafia hacen para resolver sus diferencias.
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Di tu versión de la historia. Una vez que hayan aceptado tus disculpas (solo en ese caso) puedes empezar a explicar tranquilamente las razones que te llevaron a cometer el error. No intentes librarte de la culpa, pues llegaste a lastimar a alguien con tu error. En vez de eso, trata de explicar por qué lo hiciste. En este caso, podrías disculparte por otras cosas, ya sea por haber tenido suposiciones tontas, por juzgar equivocadamente o por dejar que tus emociones te dominen. Cuando lo hagas, permite que la otra persona intervenga con comentarios o con sus propios argumentos.
- No te excuses por tu error. Una buena regla es dar explicaciones en vez de excusas .
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Reconstruye tus lazos gradualmente. La mayoría de las amistades y relaciones se pueden reconstruir con disculpas sinceras y teniendo un verdadero deseo de cambiar. Probablemente no suceda inmediatamente después de pedir disculpas, a menos que tu falta haya sido relativamente menor. Cuando pase el tiempo suficiente para que la persona que heriste vuelva a confiar en ti, recupera poco a poco la relación que tenías con ella. Continúa haciendo lo que solían hacer en base a su confianza o intimidad.
- Dale su espacio. A pesar de que tus disculpas hayan sido aceptadas, es posible que la situación entre ustedes dos continúe siendo tensa e incómoda. Para que alguien vuelva a confiar completamente en uno es normal que tome algo de tiempo. Durante este lapso, es probable que tengas menos contacto con esa persona o que compartan menos intimidad. Espera una semana, un mes o un poco más de tiempo para que las cosas "se enfríen" completamente.
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Reconoce cuando no disculparte. Vale la pena mencionar que, en ocasiones, las personas pueden exigirte disculpas que no debes dar. Si, por ejemplo, exigen que te disculpes por algo que no cometiste, obviamente debes sostener tu inocencia. Si has reflexionado sobre lo que ocurrió y crees que en realidad la otra parte es la culpable, tú y esa persona probablemente aún necesiten discutir sobre el tema. Finalmente, si tienes alguna razón para creer que la parte agraviada está abusando emocionalmente de ti, no solo no deberías disculparte, sino que deberías pedirle ayuda a un amigo de confianza o a un consejero.
- La mayoría de las veces sabrás muy en el fondo si fuiste culpable o no de alguna situación. Cuando te hayas tranquilizado, reflexiona sinceramente sobre tus actos. Si aún piensas que no eres culpable pero buscas excusar tu comportamiento con explicaciones que no son tan evidentes (no haber tenido la intención de hacerlo, la persona que exige una disculpa es muy sensible, etc.), entonces deberías reconsiderar tu postura.
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Consejos
- No cometas el mismo error.
- Tómate el tiempo suficiente antes de dar alguno de estos pasos. Recuerda que la amistad primero se trabaja y luego se disfruta.
- Asegúrate de evitar comidas, bebidas o flores que puedan causarle alergias a tu amigo; eso ocasionaría más problemas.
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Advertencias
- Si pides disculpas muy rápidamente, lo más probable es que la persona que ofendiste aún esté disgustada.
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