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No hay nada más satisfactorio que comer un pollo frito dorado, crocante y perfecto. Desafortunadamente, colocarlo en el refrigerador unos cuantos minutos es suficiente para “deshacer” todas las cosas que hacen que el pollo frito sea genial y lo único que queda es una pieza de carne suave y pastosa. Afortunadamente, existen maneras de recalentar el pollo frito sin arruinarlo. Aunque no hay forma de que quede “tan bien” como cuando estaba caliente y recién salido de la freidora, con estos trucos sencillos podrás obtener un pollo delicioso días después de cocinarlo.

Método 1
Método 1 de 3:

Recalentar el pollo frito en el horno

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  1. Retíralo del refrigerador y del recipiente en el que se encuentre. Coloca las piezas de pollo, separadas uniformemente, sobre un plato o una bandeja hasta que adquieran la temperatura del ambiente, aproximadamente durante media hora.
    • Usa ese tiempo de forma efectiva haciendo cualquier otro trabajo de preparación que debas realizar. Es necesario que precalientes el horno, aunque también puedes preparar guarniciones, colocar la mesa, etc., durante ese tiempo.
  2. Coloca las piezas de pollo sobre una bandeja para hornear. Primero debes forrar la bandeja con papel aluminio para limpiarla con mayor facilidad. No es necesario que la engrases, aunque hacerlo no afectará el producto final.
    • Evita colocar las piezas de pollo en el horno antes de que adquieran la temperatura del ambiente. Si la carne está fría por dentro, posiblemente evite que la parte externa del pollo fríto se vuelva “crocante”, lo cual es necesario para que sea delicioso.
  3. Coloca la bandeja con las piezas de pollo en el horno sobre una rejilla central. Luego, configura una alarma para que se active dentro de 10 minutos.
    • Algunas fuentes en Internet recomiendan que rocíes las piezas de pollo con un poco de agua para evitar que se sequen, mientras que otras omiten este paso.
    • Planea un tiempo de cocción de al menos 10 minutos hasta media hora. Como verás en el próximo paso, los tiempos de cocción pueden variar.
  4. La única parte difícil de este método de recalentado es que las piezas de pollo diferentes se calientan a diferentes velocidades. Como regla general, cuanto más grandes y gruesas sean las piezas de pollo (como en el caso de las pechugas y las piernas), más se tardarán en calentarse en comparación con las más pequeñas (como las alas y los muslos). Debido a que no debes dejar que las piezas más pequeñas se sequen, verifícalas cada uno o dos minutos después de que hayan pasado aproximadamente 10 minutos. Las piezas de pollo estarán listas cuando luzcan crocantes en la parte exterior y estén completamente calientes.
    • Una fuente en Internet sostiene que las piernas y las alas se demoran entre 15 y 20 minutos en recalentarse perfectamente, mientras que el pecho y las alas tardan aproximadamente entre 20 y 25 minutos. [1]
  5. Las piezas de pollo estarán listas para comer cuando la parte externa esté un poco crocante y el interior esté completamente caliente hasta el hueso. Retíralas del horno y trasládalas cuidadosamente a una bandeja de enfriamiento para que se enfríen durante aproximadamente cinco a diez minutos antes de comerlas. ¡Disfrútalas!
    • Por lo general, no es necesario que condimentes el pollo nuevamente, ya que todos los condimentos de la masa se conservarán.
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Método 2
Método 2 de 3:

Freír el pollo nuevamente

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  1. Una forma excelente de hacer que el pollo frito vuelva a tener una consistencia crocante, deliciosa, y dorada es simplemente “freírlo nuevamente”. Al igual que con el método del horno mencionado anteriormente, debes retirar el pollo del refrigerador y dejar que repose en un área segura durante media hora antes de comenzar a cocinarlo. Haz cualquier preparativo (como colocar la mesa, preparar guarniciones, etc.) mientras esperes.
    • Si no dejas que el pollo se caliente nuevamente, podrías afectar el proceso de freído. Colocar el pollo congelado en el aceite caliente reducirá significativamente la temperatura del aceite durante uno o dos minutos, lo cual evitará que la parte exterior se vuelva crocante. [2]
  2. Cuando el pollo esté casi a temperatura ambiente, coloca una sartén sobre la estufa y configura el quemador a fuego alto. Las sartenes más pesadas, como las de hierro fundido, y los hornos holandeses son la mejor alternativa para este propósito, ya que tienden a retener bien el calor. Añade suficiente aceite a la sartén y deja que se caliente. La cantidad de aceite debe ser suficiente como para que la parte inferior de las piezas de pollo queden sumergidas.
    • No uses aceite de oliva u otro tipo de aceite con un punto de humeo similar, ya que el humo puede hacer que el pollo adquiera un sabor amargo y quemado. En lugar de eso, usa un aceite con un punto de humeo alto y un sabor neutral, como el aceite de canola, maní o vegetal. [3]
    • Si tienes una freidora, probablemente puedas usarla para este método, aunque este equipo no es necesario.
  3. Agrega las piezas de pollo cuidadosamente al aceite caliente (unas pinzas pueden ayudarte a protegerte de las salpicaduras). Fríelas durante aproximadamente dos a tres minutos volteándolas regularmente.
    • Siéntete libre de ajustar el tiempo de cocción preciso como lo desees. Los tiempos de cocción más prolongados harán que la piel del pollo sea más seca y crocante. Sin embargo, si lo cocinas por demasiado tiempo, harás que la carne se seque. [4] No temas verificar la textura del pollo a medida que se cocine.
  4. Estará listo cuando su piel luzca seca y crocante. Transfiere las piezas de pollo, una por una, a una rejilla de metal colocada sobre una bandeja y deja que el aceite escurra. Este paso es crucial, ya que dejar que el aceite gotee permitirá que la piel del pollo se vuelva más crocante. Tardará en escurrirse por completo dentro de aproximadamente tres a cinco minutos. [5]
  5. Deshazte cuidadosamente del exceso de aceite o reutilízalo después de dejar que se enfríe. Disfruta tu pollo tan pronto como esté lo suficientemente frío para comerlo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Tener en cuenta lo que debes evitar

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  1. Usar un horno microondas es una forma rápida y conveniente de calentar muchos alimentos, aunque no es adecuada para calentar el pollo frito. Lo único que este aparato consigue es secar la piel pastosa del pollo frito congelado a medida que se cocina. Eso significa que aunque calentará el pollo, por lo general la parte exterior tendrá una apariencia suave y poco atractiva que no se compara con la piel crocante del pollo recalentado apropiadamente.
  2. Solo usa un horno tostador para recalentar piezas de pollo frito cuando sea necesario (cuando no puedas usar las otras opciones). Sin embargo, ten en cuenta que por lo general las calentará de una manera poco uniforme, las dejará calientes en la parte externa y frías en el interior. [6] Además, muchos hornos tostadores no cuentan con la potencia de calentamiento necesaria para hacer que la parte externa de la carne obtenga la consistencia crocante necesaria.
  3. No es recomendable que cocines el pollo frito en una sartén que no esté llena de aceite para freír. Es más difícil calentar las piezas de pollo irregulares de manera uniforme de este modo. Sin embargo, incluso si tratas de hacerlo, correrás el riesgo de secar la carne a medida que la grasa se filtre a la sartén.
  4. Es recomendable que lo hagas sobre una pila de toallas de papel porque pueden absorber más exceso de grasa. Sin embargo, hacerlo también evitará que algunas piezas de pollo entren en contacto directo con la mezcla caliente de aceite y líquido que sale de ellas. Si esta humedad se conserva, rehidratará la piel deliciosa del pollo que trabajaste tan duro en conservar seca y crujiente, lo cual hará que tu esfuerzo sea en vano.
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Consejos

  • Según se dice, el método para freír el pollo nuevamente también funciona para el pollo frito de los restaurantes de comida rápida, lo cual es una buena excusa para no arrojar las sobras del pollo que compres en Popeye's. [7]
  • Al igual que con cualquier método en el que se use aceite caliente, sé cuidadoso cuando frías nuevamente el pollo para evitar posibles accidentes. Ser descuidado al momento de manipular aceite de cocina puede causar incendios, quemaduras y daños más graves.
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