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La artroscopia de rodilla es el procedimiento ortopédico (articulación) más común en los Estados Unidos. [1] Durante este procedimiento relativamente rápido, el interior de la articulación de la rodilla se limpia y se cura con la ayuda de una cámara del tamaño de un lápiz, la cual permite brindar un diagnóstico más exacto. El tiempo de recuperación después de la artroscopia suele ser menor al de una cirugía de rodilla abierta convencional, debido a la incisión pequeña y el daño reducido en los músculos cercanos, los tendones y los ligamentos. [2] Sin embargo, aun así se debe seguir una rutina de recuperación postoperatoria bastante rigurosa para poder curarse por completo de una artroscopia de rodilla.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Seguir las instrucciones iniciales

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  1. Luego de la artroscopia de rodilla, es importante hacer lo que el doctor considere más apropiado para lograr la mejor recuperación posible. Tu rodilla podría no quedar perfecta, pero seguir los consejos específicos para controlar la inflamación y el dolor, así como estimular la curación, generará el mejor resultado posible para tu lesión en particular.
    • Casi todas las artroscopias de rodilla se realizan de forma ambulatoria y duran solo unas horas como máximo. [3] La artroscopia puede realizarse con anestesia local, regional o general, lo que evitará que sientas dolor.
    • Las afecciones más comunes que requieren una artroscopia de rodilla son las siguientes: desgarro en el menisco, pedazos de cartílago dentro del espacio de la articulación (conocidos en inglés como “joint mice”), desgarros o daños en los ligamentos, inflamación crónica en el revestimiento de la articulación (llamado “sinovia”), rótula desalineada (patela) o la eliminación de quistes detrás de la rodilla. [4]
  2. El doctor te recomendará medicamentos principalmente para controlar el dolor y la inflamación, pero quizás también para evitar las infecciones o los coágulos de sangre, dependiendo de tu diagnóstico, edad y salud general. Ten cuidado de no consumir ningún medicamento con el estómago vacío, ya que puede irritar el revestimiento del estómago y aumentar el riesgo de desarrollar úlceras estomacales. [5]
    • Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno, el naproxeno o la aspirina ayudan a lidiar con la inflamación y el dolor.
    • Los analgésicos como los opiáceos, el diclofenaco y el paracetamol ayudan a aliviar el dolor, pero no la inflamación.
    • Los antibióticos se recetan para prevenir las infecciones; y los anticoagulantes, para prevenir la formación de coágulos de sangre.
  3. Para ayudar a prevenir la inflamación en la rodilla de forma natural, levanta la pierna a una altura mayor a la de tu corazón usando almohadas, cuando descanses. Esto ayudará a que la sangre y el líquido linfático regresen a la circulación, en lugar de acumularse en la parte inferior de tu pierna o en tu rodilla. [6] Es más fácil levantar la pierna recostado en el sofá en lugar de sentado en una silla.
    • El descanso total en cama no es recomendable para ningún tipo de lesión musculoesquelética, ya que se necesita un poco de movimiento (incluso solo caminar cojeando en la casa) para estimular el flujo de sangre y fomentar la curación. Por lo tanto, un poco de descanso es bueno, pero la inactividad total es contraproducente.
  4. Ponerse hielo es un tratamiento eficaz para básicamente todas las lesiones musculoesqueléticas agudas, ya que restringe los vasos sanguíneos (lo que reduce la inflamación) y entumece las fibras nerviosas (lo que reduce el dolor). [7] La terapia con frío debe emplearse encima y alrededor de la cicatriz de la operación por aproximadamente 15 minutos, cada 2 o 3 horas, por un par de días. Luego reduce la frecuencia conforme el dolor y la hinchazón disminuyan.
    • Ajustar el hielo contra tu rodilla con una venda o un soporte elástico también ayudará a controlar la inflamación.
    • Siempre envuelve el hielo o los paquetes de gel congelado con una toalla delgada para prevenir el congelamiento de la piel.
  5. Dejarás el hospital con un vendaje desinfectado cubriendo tu rodilla, el cual absorberá toda sangre que brote de la herida. El cirujano te indicará cuándo podrás ducharte o bañarte, y cuándo deberás cambiarte el vendaje para reducir la probabilidad de sufrir una infección. [8] El principal objetivo es mantener la incisión quirúrgica limpia y seca. Es recomendable aplicar un poco de solución antiséptica en la herida cuando cambies el vendaje.
    • En la mayoría de los casos, podrás lavar por completo tu cuerpo aproximadamente 48 horas después de la cirugía.
    • Las soluciones antisépticas comunes incluyen el yodo, el alcohol isopropílico y el peróxido de hidrógeno agua oxigenada).
    • Infórmate con tu cirujano antes de aplicarte algo en la herida. Por ejemplo, el yodo puede impedir la curación de la herida y ha perdido el respaldo de algunos cirujanos.
  6. Los signos de una infección posterior a una cirugía incluyen los siguientes: aumento del dolor y la hinchazón cerca de la incisión, secreción de pus o vetas rojas que se extienden desde el área afectada, fiebre y letargo. [9] Si aparece alguno de estos signos, acude al doctor de inmediato.
    • El doctor tratará tu infección con antibióticos sistémicos y soluciones antisépticas locales.
    • En los casos más extremos, podría tener que drenarse el pus y el líquido de la rodilla infectada.
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Parte 2
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Descansar la rodilla

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  1. La artroscopia puede aliviar la mayor parte del dolor de rodilla casi de inmediato, pero sé muy cuidadoso y resiste la tentación de querer participar en alguna actividad extenuante aproximadamente durante los primeros días. Todo ejercicio realizado durante los primeros días posteriores a la cirugía deben ser muy leves y enfocados en las contracciones y la movilización del músculo de la pierna sin soportar peso, como levantar la pierna lentamente recostado en la cama o el sofá. [10]
    • Después de unos días, enfócate en recuperar tu equilibrio y coordinación depositando más peso en tu pierna, pero apoyándote en una silla o en la pared, en caso de que pierdas el equilibrio.
    • La inactividad total (como el reposo en cama) no se recomienda para la etapa posterior a la cirugía. Los músculos y las articulaciones necesitan moverse y recibir un abundante suministro de sangre para poder curarse.
  2. Lo más probable es que tengas que ausentarte por un tiempo del trabajo, en especial si este requiere que estés parado, que camines, conduzcas o levantes peso. La recuperación de los procedimientos artroscópicos simples suele ser relativamente rápida (algunas semanas), pero podrías tener que usar muletas durante ese tiempo. [11] Si algunas partes de tu rodilla han sido reparadas o reconstruidas, es probable que no puedas caminar sin usar muletas o un soporte para la rodilla por varias semanas. Asimismo, la recuperación total podría tomar varios meses o hasta 1 año.
    • Asegúrate de conseguir unas muletas apropiadas para tu altura, si no podrías sufrir una lesión en el hombro.
  3. Si tienes un trabajo que requiere actividad física, habla con tu jefe para que te brinde una tarea menos agotadora, si es posible. Por ejemplo, quizás podrías hacer algo más sedentario en la oficina o trabajar desde casa a través de tu computadora. Incluso conducir suele restringirse de 1 a 3 semanas luego de una artroscopia de rodilla, así que tan solo ir al trabajo podría ser muy difícil. [12]
    • El momento en el que puedas volver a conducir dependerá de lo siguiente: la rodilla implicada, si tu auto es manual o automático, el tipo de procedimiento, tu nivel de dolor y si consumes medicamentos narcóticos para el dolor.
    • Si tu rodilla derecha es la implicada (la cual se necesita para presionar el pedal del acelerador y del freno), ten en cuenta que no podrás conducir por un largo tiempo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Rehabilitarte

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  1. Después de unos días, dependiendo de tu nivel de dolor, es probable que sea seguro hacer algunos ejercicios recostado en el piso o la cama. Debes ejercitarte con frecuencia para restaurar la movilidad y fuerza de tu rodilla, y por lo general, esto puede hacerse en casa. [13] El cirujano ortopédico puede recomendarte ejercitar la pierna por aproximadamente 20 a 30 minutos, 2 o 3 veces al día. Empieza con contracciones musculares cerca de la rodilla sin flexionar mucho la articulación de la misma.
    • Contrae tus músculos isquiotibiales: recuéstate o siéntate con las rodillas dobladas a aproximadamente 10 grados. Estira tu talón contra el suelo, tensando los músculos de la parte posterior de tu muslo mientras lo haces. Mantén la postura por 5 segundos y luego relájate; repítelo 10 veces. [14]
    • Contrae tus cuadríceps: recuéstate boca abajo con una toalla enrollada debajo del tobillo de la rodilla en recuperación. Empuja tu tobillo contra la toalla enrollada, tu pierna debe enderezarse lo más que pueda. Mantén la postura por 5 segundos y luego relájate; repítelo 10 veces. [15]
  2. Después de haber ejercitado levemente los músculos que rodean la rodilla con contracciones isométricas, prueba algunos en los que soportes peso mientras estás parado. A medida que aumentes la intensidad de tus ejercicios, podrías experimentar algunos contratiempos temporales. Si tu rodilla se hincha o empieza a doler después de un ejercicio en particular, detén la actividad hasta que tu rodilla mejore.
    • Sentadillas parciales sujetándote de una silla: sujétate del respaldar de una silla resistente o un mostrador con los pies alejados de ellos a una distancia de 15 a 30 cm (6 a 12 pulgadas). No te agaches por completo. Mantén tu espalda derecha y mantén la postura de 5 a 10 segundos. Levántate lentamente, relájate y repítelo 10 veces. [16]
    • Estiramiento de cuadríceps (músculo del muslo) de pie: párate con la rodilla en recuperación doblada, estira tu talón suavemente hacia los glúteos, lo que debe producir un estiramiento en la parte frontal de la pierna (muslo). Mantén la postura por 5 segundos, relájate y repítelo 10 veces. [17]
    • Step-ups hacia adelante: da un paso hacia adelante y hacia arriba en un taburete de 15 cm (6 pulgadas), guiando con tu pierna en recuperación. Da un paso hacia atrás y vuelve a repetirlo 10 veces. Incrementa la altura del taburete o plataforma conforme aumente la fuerza de tu pierna. [18]
  3. La fase final de la rehabilitación de rodilla incluye la resistencia de peso a través de máquinas de pesas o bicicletas estacionarias. Si no estás acostumbrado a ir al gimnasio y realizar un entrenamiento con pesas, considera la posibilidad de recurrir a un entrenador personal o fisioterapeuta. Un fisioterapeuta puede enseñarte estiramientos y ejercicios de fortalecimiento específicos y personalizados para tu rodilla, y si es necesario, tratar los músculos adoloridos con métodos como el ultrasonido terapéutico o la estimulación muscular electrónica. [19]
    • Maneja la bicicleta estacionaria. Empieza pedaleando por 10 minutos al día con la resistencia en el nivel más bajo, luego aumenta el tiempo a 30 minutos con una resistencia considerablemente mayor.
    • Prueba las extensiones de piernas con pesas. Busca la máquina de extensión de piernas en el gimnasio y elige el peso mínimo. Siéntate y coloca tus tobillos en las partes sobresalientes acolchadas y trata de enderezar tus piernas. Mantén la postura por unos segundos y baja lentamente tus piernas. Repítelo 10 veces y aumenta el peso de forma gradual en el transcurso de un par de semanas.
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Consejos

  • Si bien puedes empezar a caminar sin muletas aproximadamente 2 semanas después de la cirugía, debes evitar trotar por 6 a 8 semanas, debido al impacto significativo y las fuerzas de descarga transmitidas de tus pies a las rodillas. [20]
  • Las caminatas y los trotes deben incluirse de forma gradual en tu programa de ejercicios en el transcurso de un par de semanas.
  • Consumir suplementos, como la glucosamina y la condroitina, puede ayudar a rehabilitar la rodilla, pues aumentan la lubricación y la amortiguación de impactos. [21]
  • Salvo que te hayas sometido a una reconstrucción de ligamento, podrás volver a realizar la mayoría de tus actividades físicas después de 6 a 8 semanas; en algunas ocasiones, incluso un poco antes. Podrías tener que evitar las actividades de mayor impacto por más tiempo.
  • Evita fumar, ya que perjudica el flujo sanguíneo, lo que hace que los músculos y otros tejidos no reciban oxígeno y nutrientes.
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