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Con las distracciones constantes a tu alrededor, puede ser difícil retener lo que lees de forma significativa. Tal vez te cueste retener un texto para una clase o leer un libro por placer. Para retener lo que lees, empieza creando un ambiente de lectura tranquilo. Luego, esfuérzate en leer el texto despacio y atentamente. También puedes tomar notas que te ayuden a retener el contenido y comprenderlo mejor.

Método 1
Método 1 de 3:

Crear un ambiente de lectura tranquilo

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  1. Escoge un lugar de lectura que sepas que estará tranquilo y con pocas distracciones. En casa, este lugar podría ser tu cuarto o un espacio en el segundo piso, lejos de las áreas compartidas como la cocina o la sala. En la escuela, podrías leer en el área tranquila de la biblioteca o en una esquina tranquila de la sala de estudios. [1]
    • Escoge un área con paredes gruesas y una puerta o una división. Esto ayudará a bloquear el ruido y otros sonidos que podrían distraerte mientras lees.
  2. Si sabes que va a haber ruido donde vayas a leer, usa audífonos que bloqueen los ruidos o tapones para los oídos. Cierra todas las puertas para que el ruido no entre. Esto te ayudará a mantenerte concentrado en el texto.
    • También debes apagar tu celular y desconectar el wifi. De esta manera, no te distraerás con las redes sociales o los mensajes de texto.
  3. Hazles saber a los demás que estás tratando de concentrarte en lo que lees. Coloca una señal de “No interrumpir” en la puerta. Pídeles a los demás que se mantengan alejados de tu cuarto o área de estudio para que puedas retener el texto en paz.
    • Podrías decirles a los demás que no te interrumpan por un periodo de tiempo establecido, como 30 minutos o 1 hora. De esta manera, te asegurarás de estar tranquilo y en silencio por un periodo de tiempo establecido para que puedas concentrarte en el texto.
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Método 2
Método 2 de 3:

Leer despacio y atentamente

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  1. Leer un texto impreso en una página, en vez de uno en una computadora, hará que te sea más fácil concentrarte en él. Imprime los textos que estén en línea o en una computadora para que tengas una copia física. De esta manera, tus ojos no se cansarán para leer el texto en la pantalla de una computadora. [2]
    • Si te preocupa usar demasiado papel, imprime en ambos lados de la hoja. Escoge la opción a doble cara cuando imprimas el texto. Además, puedes usar papel reciclado para imprimirlo.
    • Como alternativa, puedes leerlo en un eReader o en una pantalla diseñada para leer letras pequeñas. Haz que las letras sean más grandes y fáciles de leer en un eReader para que tus ojos no se cansen mientras lees.
  2. Busca palabras repetidas varias veces. Identifica las ideas que parezcan importantes para el resto del texto. Presta atención a los temas que aparezcan en varias páginas. Si hojeas el texto para encontrar estos elementos, te será más fácil comprender el resto cuando lo leas por completo. [3]
    • Ten en mente estas palabras clave, ideas y temas cuando leas el texto detalladamente. Úsalos como una guía para tu lectura.
  3. Esto puede ayudarte a leer el texto más despacio y más atentamente. Escucha cada oración a medida que la leas en voz alta. Presta atención a cómo las palabras suenan en la página. Presta atención a la repetición, los cambios en las frases y el lenguaje empleado en el texto. [4]
    • Para mantenerte concentrado en la lectura, podrías leer el texto en voz alta con un compañero o amigo. Tómense turnos para leerlo en voz alta. Esto te permitirá escuchar el texto mientras otra persona lo lee.
  4. Si tienes problemas para entender ciertas oraciones o secciones en el texto, vuelve a leerlas. Vuelve a leer cada palabra despacio y considera el significado de cada oración en la sección. Pasa un poco de tiempo dividiendo el fragmento. Esto te ayudará a comprenderlo mejor. [5]
    • Una vez que hayas vuelto a leer el fragmento, considéralo dentro del contexto del resto del texto. Pregúntate “¿Cómo se relaciona este fragmento con el texto como un todo?”, “¿Qué dice este fragmento sobre los temas o las ideas principales del texto?”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Tomar notas en el texto

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  1. Usa un resaltador o un bolígrafo para subrayar las oraciones que te parezcan importantes. Busca oraciones que consideres llamativas o interesantes. No dudes en marcar el texto subrayándolo o resaltándolo, pues esto te obligará a leerlo más atentamente. [6]
    • Solo resalta o subraya las oraciones que creas muy importantes. Si resaltas o subrayas demasiado, puede serte difícil identificar las oraciones importantes y terminarás con páginas de muchas frases subrayadas o resaltadas.
    • Solo resalta o subraya el libro si es tuyo y si está bien que lo hagas. Es probable que los libros de la biblioteca, los textos prestados y los textos antiguos no sean adecuados para resaltarlos ni subrayarlos.
  2. Reflexiona sobre el texto a medida que lo leas tomando notas en los márgenes. Escribe pensamientos breves sobre el texto. Coloca un signo de interrogación al costado de las oraciones que no comprendas. Coloca una o dos palabras al costado de las líneas que te despierten una idea. [7]
    • Por ejemplo, podrías escribir en los márgenes “detalle clave” o “analiza el tema principal”.
    • Solo toma notas en los márgenes si el libro es tuyo y si tienes permitido hacerlo. No escribas directamente en los libros de la biblioteca y los textos antiguos que no sean tuyos.
  3. También puedes tomar notas sobre el texto en un cuaderno o en una hoja de papel. Extrae citas del texto que te parezcan interesantes o importantes y anótalas en el cuaderno. Luego, agrega anotaciones al costado del texto. También puedes escribir la página del texto al costado de la anotación.
    • Por ejemplo, podrías anotar algo sobre un fragmento en particular, como “análisis importante del título” o “momento importante”.
    • Podrías diseñar un cuaderno para un texto en particular a fin de que puedas revisarlo como referencia más adelante. Podría ser buena idea tener anotaciones separadas en un cuaderno, aun cuando puedas escribir en el libro.
  4. Formular preguntas sobre el texto te ayudará a leer mejor. Imagina que conversas con el texto directamente. Pregunta sobre los fragmentos que te confunden o intrigan. Incrementa la lista de preguntas a medida que leas. [8]
    • Por ejemplo, podrías formular preguntas como “¿Cómo esta oración analiza los temas importantes del texto?”, “¿Por qué el autor incluye este ejemplo?”, “¿Cómo este fragmento me hace sentir como lector?”.
    • Ten la lista de preguntas en un cuaderno pueda para que puedas revisarla más adelante.
  5. Identifica el vocabulario con el que no te sientas familiarizado o cuyo significado no conozcas. Ten una lista de términos. Usa un diccionario para buscarlos y luego considera su definición según el contexto de la oración. Esto te ayudará a comprender mejor el texto y a leerlo más atentamente. [9]
    • Podrías tener un diccionario a la mano mientras lees el texto para que puedas buscar las palabras más rápido y con más facilidad.
    • Guarda la lista del vocabulario en un cuaderno aparte para que puedas revisarla más adelante.
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