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Muchas personas sienten que, por naturaleza, son malas en matemáticas y que no podrán mejorar en ese ámbito. Esto sencillamente no es cierto. Las investigaciones demuestran que, para ser bueno en matemáticas, solo se necesita esfuerzo en igual medida, si no más, que talento innato. [1] No puedes ser bueno en matemáticas con solo dedicación. Tómate un tiempo todos los días para practicar las matemáticas hasta que comiences a comprender los conceptos. Si es necesario, busca ayuda externa. Un tutor, un maestro o incluso alguien que simplemente sea bueno en matemáticas podrá ayudarte a perfeccionar tus habilidades. También debes esforzarte por desarrollar una actitud saludable sobre las matemáticas. Muchas personas tienen una actitud derrotista sobre el tema y se sienten propensas a pensar en “No soy bueno para las matemáticas, así que nunca lo seré”. Ten en cuenta que esto no es verdad, pues la mayoría puede mejorar en este ámbito si se esfuerza.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Practicar las matemáticas

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  1. Si no eres bueno en matemáticas, es necesario asegurarte de estudiar en un entorno que fomente tu concentración. Antes de ponerte a practicar, busca un lugar libre de estímulos externos que puedan distraerte. [2]
    • Busca un lugar donde no haya mucho ruido o conmoción. Una cafetería tranquila sería un buen lugar o incluso un escritorio de tu habitación.
    • Reduce las distracciones en frente de ti. Desconéctate de Internet y aléjate de tu teléfono.
    • Si te gusta escuchar música mientras estudias, toca un instrumento musical. La música con letras, o una a mucho volumen, puede distraerte mientras estudias.
  2. No existe un verdadero secreto para ser bueno en matemáticas. Todo depende de la dedicación. Si quieres mejorar tu calificación en un curso de Matemáticas, es imprescindible que te esfuerces. Deberás practicar todos los días hasta que empieces a comprender los conceptos subyacentes detrás de las matemáticas. [3]
    • Cíñete a un horario. Determina el horario apropiado para estudiar a diario. Quizás sueles tener un poco de tiempo durante las primeras horas de la noche. Puedes elaborar un plan para estudiar matemáticas de 6 a 7 de la noche después de la cena.
    • Procura no estudiar durante varias horas seguidas, pues eso puede generarte estrés. Estudia durante aproximadamente una hora cada noche.
  3. Las matemáticas son secuenciales. Muchas personas sienten que necesitan memorizar los conceptos y fórmulas o elaborar la respuesta mentalmente antes de comenzar. Esta no es una actividad productiva. Por el contrario, procura comprender los conceptos detrás de las matemáticas. Si observas la manera y razón en que funciona una ecuación, podrás recordarla con mucha más facilidad en un santiamén. [4]
    • La teoría de las matemáticas puede parecer complicada, pero con un poco de esfuerzo podrás comenzar a averiguarla. En las clases de Matemáticas, no dudes en preguntar la razón. ¿Por qué funciona el Teorema de Pitágoras? ¿Cómo funciona la ecuación cuadrática en un nivel lógico?
    • Comprender los conceptos subyacentes es mucho más productivo que la simple memorización. Si entiendes algo a profundidad, te será más fácil trabajar con eso. Si logras entender la razón por la que una ecuación tiene sentido, estarás más preparado para verificar tu respuesta.
  4. En las matemáticas, el objetivo es descubrir la manera de hallar una respuesta. En lugar de planificar previamente la manera en que descubrirás la respuesta, simplemente resuelve la ecuación un paso a la vez. No pienses con anticipación, pues avanzar gradualmente te permitirá ver la manera en que se desarrolla la respuesta. [5]
    • Si primero necesitas dividir, enfócate solo en eso. Si luego debes sumar, mantente enfocado en la suma.
    • Una vez que hayas resuelto el problema, puedes continuar y observar todo el proceso. Procura entender la razón y la manera en que se desarrolló el proceso.
  5. En matemáticas, puedes aprender mucho de tus errores. Si descubres que tienes una respuesta incorrecta, revisa tu proceso. ¿Dónde y cómo cometiste el error? Intenta resolver nuevamente el problema, averiguando la forma de obtener la respuesta correcta. [6]
    • Es esencial que registres tu proceso mientras resuelves los problemas de matemáticas. Utiliza un bolígrafo para anotar los pasos precisos que seguiste para resolver un problema. De esta manera, cuando cometas un error, podrás revisar tu trabajo y determinar con más facilidad en qué te equivocaste.
  6. Revisa el proceso después de resolver una ecuación. De manera meticulosa, asegúrate de haber calculado todo correctamente y de haber utilizado el proceso apropiado. Si verificaste meticulosamente tus respuestas, tendrás más probabilidades de averiguar si lo hiciste bien. Esto también te ayudará a acostumbrarte a verificar tus respuestas, lo que puede mejorar tus calificaciones en los exámenes. [7]
    • Verificar las respuestas también podrá ayudarte a comprender mejor las teorías subyacentes detrás de las matemáticas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Buscar ayuda y consejos

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  1. Si sabes que alguien es bueno en matemáticas, pídele que revise tus respuestas después de terminar. Puedes pedirle ayuda a un padre, un tutor, un amigo o un familiar que sea bueno en matemáticas. [8] [9]
    • Si estás muy confundido, escoge a alguien que tenga mucha paciencia y que sea bueno para explicar cosas. Tu primo puede ser un genio en matemáticas, pero quizás tenga mal carácter y sea prejuicioso. Podría regañarte por no comprender algo. Por otra parte, probablemente tu hermana suela mantener la calma.
    • No te avergüences por pedir ayuda. Puede tomarte mucho tiempo mejorar tus habilidades matemáticas, y todos necesitan un poco de ayuda en el camino.
  2. Si quieres mejorar tus habilidades matemáticas fuera de la escuela, puedes inscribirte en un curso virtual. Algunas universidades brindan una serie de cursos en línea y muchas otras organizan clases virtuales para que los estudiantes puedan asistir de manera remota. [10]
    • Algunas escuelas proporcionan determinados aspectos de un curso, como presentaciones en PowerPoint y conferencias grabadas de manera gratuita en línea.
    • También puedes investigar sobre la posibilidad de asistir a un curso como oyente en una universidad local. Si no cuentas con suficientes recursos económicos, asistir a un curso como oyente puede permitirte adquirir conocimientos sin costo alguno.
  3. Si estás en la escuela, esta puede tener un centro de recursos matemáticos. Muchas universidades cuentan con un centro al que los estudiantes pueden acudir para recibir tutoría individual sobre matemáticas. Averigua si tu escuela tiene alguno y, de tenerlo, aprovéchalo. [11]
    • Si tu escuela no cuenta con un centro de recursos matemáticos, quizás tenga un centro de recursos general donde puedas recibir ayuda sobre una variedad de temas.
    • También puedes averiguar si un maestro lleva a cabo sesiones de revisión. Si un tema te confunde, una sesión de revisión organizada por un maestro puede ayudarte a comprenderlo mejor.
  4. En ocasiones, explicar un concepto a otra persona puede ayudarte a comprenderlo mejor. Si comienzas a entender tu curso de Cálculo y tu amigo tiene problemas, podrías ofrecerle tu ayuda. También puedes organizar un grupo de estudio. Si alguien tiene dificultades con algo que comienzas a comprender, puedes ofrecerte a ayudarle. [12]
    • Al brindar tu ayuda, explicas el tema de la manera más clara como te resulta posible. Además de explicar el proceso, también explica la razón por la que funciona.
    • Si comienzas a sentirte muy a gusto con tus habilidades matemáticas, puedes desempeñarte como tutor particular para las personas cuya comprensión sea menor. Explicarles las matemáticas a oras personas puede ayudarte a mejorar tus propias habilidades matemáticas.
  5. La mayoría de los maestros estarán encantados de alentar a sus estudiantes. Si quieres mejorar en matemáticas, no dudes en pedirle ayuda a tu maestro. Él podrá brindarte atención individual y abordar los problemas después de clase. [13]
    • No te sientas mal por pedir ayuda. Muchas personas tienen dificultades con las matemáticas, y es muy probable que tu maestro haya tenido anteriormente alumnos con el mismo problema. Su objetivo es verte mejorar.
    • Sé directo cuando pidas ayuda y explica el problema con claridad. No digas “No entiendo nada de esto”. Por el contrario, di lo siguiente: “Creo que entiendo todo hasta el capítulo tres, pero los polinomios en verdad me confunden”.
  6. Si sientes que necesitas una gran cantidad de atención personalizada, considera la posibilidad de contratar a un tutor. Esta persona puede reunirse contigo una determinada cantidad de veces por semana y repasar los problemas contigo. Un tutor de calidad podrá ayudarte a comprender las matemáticas, lo que te permitirá entender el tema en general.
    • Si tienes un problema de aprendizaje que afecta tu capacidad para comprender las matemáticas, tal como la dislexia, averigua si puedes encontrar a un tutor que trabaje con estudiantes disléxicos. Las organizaciones nacionales asociadas con tu discapacidad pueden ayudarte a encontrar un tutor local. Un médico también podría derivarte con uno de estos profesionales. [14]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Desarrollar la mentalidad adecuada

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  1. Muchas personas se sabotean a sí mismas al convencerse de que no pueden hacerlo. Si tuviste problemas con las matemáticas en la escuela, universidad o en otra etapa de tu educación, podrías pensar que no eres bueno para ellas y que simplemente no podrás hacerla. Una actitud positiva puede ayudarte a mantenerte motivado y sentirte estimulado para tratar de perfeccionar tus habilidades matemáticas. [15]
    • Si tienes una mala actitud, te frustrarás con facilidad. Si asumes que eres malo para las matemáticas, cuando te salga mal un problema, lo considerarás una confirmación de esta suposición. Pensarás en lo siguiente: “Sabía que no era bueno para esto. ¿Qué caso tiene?”.
    • Aborda los problemas matemáticos con la actitud correcta. Si actualmente tienes problemas con las matemáticas, no pienses en “Soy malo para las matemáticas”. Por el contrario, piensa en lo siguiente: “No he dedicado el tiempo suficiente para practicar las matemáticas, así que todavía estoy aprendiendo. Con un poco más de esfuerzo, sé que puedo mejorar mis habilidades”.
  2. Muchas personas se convencen de que son malas para las matemáticas por naturaleza. Ten en cuenta que es un mito que las personas tengan una tendencia natural hacia las matemáticas. Las investigaciones demuestran que todos pueden aprenderla si se esfuerzan un poco. [16] [17]
    • Algunas personas poseen un talento innato para las matemáticas. Esto puede ayudarlas a obtener una ventaja desde el principio y podrían aprender con mayor rapidez durante los primeros años de escuela. No obstante, la mayoría de las investigaciones indican que el trabajo duro puede mejorar tus habilidades matemáticas tanto como una inclinación natural. De hecho, el trabajo duro puede ser más beneficioso a largo plazo que el talento innato.
    • Existen trastornos de aprendizaje, tales como la discalculia, que pueden afectar tu capacidad para las matemáticas. No obstante, aun cuando tengas un problema de aprendizaje, puedes mejorar tus habilidades matemáticas con la práctica y el tratamiento adecuado. No te desanimes. No se trata de que simplemente eres malo para las matemáticas; lo único que necesitas es practicar.
  3. Otra razón por la que las personas tienen dificultades con las matemáticas es que no las toman en serio. Sienten que es correcto ser malo en matemáticas o se ríen de ello. Si bien no debes sentirte mal por este inconveniente, tómalo en serio. [18]
    • La capacidad para resolver problemas matemáticos puede ayudarte con las habilidades de razonamiento mientras que los cálculos mentales pueden hacer que tu vida cotidiana sea menos estresante.
    • Acepta las matemáticas en lugar de descartarlas. Ser bueno en matemáticas puede resultarte beneficioso.
  4. La práctica es realmente la única forma de mejorar tus habilidades matemáticas a largo plazo. En realidad, no existe ningún truco de magia que mejore tus habilidades de la noche a la mañana. Lo único que tienes que hacer es mantener tu motivación. Mantente al día con tus estudios y pide ayuda siempre que sea necesario. Con un poco de tiempo y dedicación, podrás convertirte en un genio de las matemáticas.
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Consejos

  • No te avergüences por hacer preguntas cuando estés confundido. Todos hacen preguntas.
  • Si tienes un examen, no esperes estudiar hasta el último minuto. Estudia un poco cada día.
  • Tómate tu tiempo. Puede tomarte un tiempo resolver un problema difícil.
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