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Puede ser muy fácil ceder a la tentación de hacer lo que todos hacen y pensar en lo que creen los demás. Algunas veces, con tantos grupos, subculturas, partidos políticos y movimientos, es fácil renunciar a la propia identidad para adoptar la de un colectivo. Sin embargo, esto no es necesario y uno todavía puede conservar la individualidad.

  1. Con frecuencia, no compartirás con exactitud las posiciones de otro grupo de personas. Mira con cautela cuando te vuelvas miembro de algún grupo que te anime a vestirte, actuar o creer en ciertas cosas. Este a menudo es el primer paso para perder la individualidad.
  2. El entorno de noticias actual es una caja ocupada que combina sin fisuras comentarios políticos, entretenimiento sin valor y periodismo real. Algunas veces parece que casi todas las redes tienen un problema con los sesgos (ya sean de izquierda y derecha) o con los comentarios parcializados. Por estas razones, resulta mucho mejor recibir cualquier información que desees a partir de libros imparciales (los que no fueron escritos por los eruditos). Si necesitas saber algo sobre un tema, investiga en línea (pero no en blogs). Si puedes, podría ser mejor dejar de ver la televisión por completo y empezar a conseguir el entretenimiento que deseas de fuentes en línea.
  3. ¿Eres alguien que “le da el gusto a las personas”? No hay nada malo en tratar de ser sociable; sin embargo, no tienes que hacer algo que viole tu mejor interés o código moral simplemente por los demás. Si te vistes, actúas o tomas decisiones de una determinada manera solo por el deseo de “agradar a los demás”, es posible que desees reevaluarte.
  4. No aceptes sin pensar lo que otros te digan que es verdad y, por el contrario, investiga por tu cuenta. Recuerda siempre que un credo que obliga a odiar a otra persona por defecto es tonto y deseará destruir un espíritu que en realidad es librepensador. El primer paso que utilizan los propagandistas, políticos y otras personas influyentes es distribuir información cuestionable o sesgada. Asumen que tomarás lo que dicen sin que hagas alguna investigación. Ser una persona que cuestiona no significa que no puedas ser religioso. Está bien siempre y cuando realmente creas en lo que reclamas y que los demás no influyan en ti para aceptar tus creencias.
  5. Las ideas del autoritarismo con frecuencia favorecen al poder sobre la razón. La autoridad legal y moralmente instituida debe ser reconocida; sin embargo, algunas personas quieren abusar del poder que tienen y usan su posición como autoridad para justificar sus acciones. Esto no es bueno ya que los que son muy autoritarios tratarán de decirte qué creer o infringirán tus derechos. Hay algunas cosas que nadie, ni siquiera la autoridad, tiene el derecho de hacer contigo.
  6. Muchas de las falacias lógicas comunes son útiles de aprender para que puedas reconocer cuándo se usan en un intento de influenciar en ti. Por ejemplo, mira el comentario “El senador A tiene que estar equivocado con respecto a este plan económico. Escuché que hace 20 años era alcohólico”. Como puedes ver, la discusión misteriosamente pasó de hablar sobre economía a hablar del pasado del senador A. Esta falacia lógica se conoce como Ad Hominem abusivo . El orador anterior no criticó el plan del senador A, sino que planteó un antiguo problema que el senador tenía con el alcohol, en un intento de dañar su reputación. ¿Cómo sabemos que el senador A no se ha reformado? Hay muchas otras falacias como esta y debes aprender una buena parte para protegerte de los que las utilizan.
  7. No “enseñes” a otros que ves que no son como tú ya que muchas personas no son librepensadoras. Edúcalas cuando sea posible, pero hazlo respecto a cuán bueno es tener individualidad.
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Consejos

  • No está mal tener creencias definidas. Puedes ser una persona librepensadora y tener convicciones políticas, morales, sociales o religiosas, como ya se dijo anteriormente. Solo asegúrate de que no las adoptaste debido a la influencia o presión de los demás y que, por el contrario, fueron producto de tu propio proceso de pensamiento individual.
  • Todas las personas librepensadoras no “piensan” de la misma manera ni creen en lo mismo. Eso es lo que en buena parte es ser un librepensador. Nunca tendrás que preocuparte de pertenecer a un grupo de personas que piensen igual.
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Advertencias

  • Nunca dejes de asociarte con los demás. ¡Ser librepensador significa decidir las cosas por ti mismo, no protegerte de alguna influencia externa por ser un ermitaño!
  • Si bien puede ser una “opción” en algún nivel “mantener la individualidad”, sé realista y considera los obstáculos o los costos de no conformarte dado tu conjunto específico de variables. “No ceder a la presión social” suena fácil; sin embargo, en realidad puedes arriesgarte a convertirte en blanco de actos de intimidación, agresión social, ostracismo de parte de la familia o grupos sociales, pérdida de empleo, amenazas a la propia seguridad y de la familia, así como de diversas otras formas de “sanciones” hasta el encarcelamiento, tortura y muerte.

Se dice que “la semejanza atrae y la diferencia repele”; no obstante, esto podría ser una regla de la naturaleza que el ser humano puede pasar por alto más o menos a través de la conciencia. Ello debido a que para la mayoría de nosotros, la incapacidad de reconocer el fanatismo, prejuicio, racismo, conformidad, etc. y, de hecho, en nuestro propio comportamiento la intolerancia, etnocentrismo y egocentrismo hará que sea difícil diferir, si no peligroso.

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