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Las flores de cuatro en punto (también llamadas flores de “dondiego de noche”) florecen al final de la tarde, generalmente entre las 4 y las 6 en punto, cuando las temperaturas empiezan a enfriarse. Estas flores en forma de trompeta están disponibles en los colores amarillo, rojo, blanco, rosado o variantes rayadas. La planta debe seguir floreciendo de primavera a verano, hasta la primera helada de otoño. Si la plantas al exterior, puede llegar a alcanzar entre 46 y 91 cm (18 y 36 pulgadas) de altura, pero puede ser un poco más pequeña cuando la cultivas en un recipiente.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Plantar en un jardín al aire libre

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  1. Planea plantar las semillas durante principios de la primavera, una vez que haya pasado el peligro de la helada para la temporada. [1]
    • Dependiendo de donde vivas, esto puede ser entre principios de abril y mediados de mayo.
    • Ya que las flores de cuatro en punto crecen rápido, no es necesario germinarlas con anticipación al interior. Es recomendable esperar a que el clima se caliente para que puedas sembrarlas directamente al exterior.
  2. Una noche antes de plantarlas, coloca las semillas en un plato pequeño y cúbrelas con agua. Déjalas remojar en agua durante toda la noche. [2]
    • Las cáscaras de estas semillas son muy gruesas, por lo tanto, es posible que no germinen bien si no están bien remojadas.
    • Cuando estén listas, las semillas deben estar algo hinchadas, pero firmes aún.
    • Ten en cuenta que si plantas las semillas durante una temporada lluviosa (cuando el suelo está completamente empapado), puedes omitir este paso y plantar las semillas secas directamente en el suelo.
  3. Las flores de cuatro en punto se desarrollan mejor si las plantas bajo la luz solar directa o en la sombra ligera a parcial. [3]
    • Para un crecimiento óptimo, elige un lugar que reciba de 4 a 6 horas de luz solar diariamente.
    • Mucha sombra puede hacer que las plantas crezcan larguiruchas y dificultar la producción de flores.
  4. Usa una pala pequeña de jardinería o una pala de dientes para desenterrar el suelo del área de plantación. Afloja el suelo hasta aproximadamente 30 a 60 cm (1 a 2 pies) de profundidad.
    • No es necesario alterar el suelo. Aunque estas flores se desarrollan mejor en un suelo rico y bien drenado, usualmente se desenvuelven bien en todas las condiciones de suelos, incluso en los suelos más pobres.
  5. Presiona cada semilla en el suelo con tus dedos, colocándola a no más de 1,2 cm (1/2 pulgada) de profundidad. [4]
    • Asegúrate de que una capa suelta de tierra cubra la semilla para protegerla del clima y los animales, en especial las aves. Esta tierra no debe pasar de 1,2 cm (1/2 pulgada) de profundidad.
  6. Por lo general, solo debes plantar una semilla por cada 30 cm (1 pie) de distancia.
    • Con el tiempo, necesitarás entresacar los plantones de modo que se encuentren a 60 cm (2 pies) de distancia. Debido a ello, también podrías optar sembrar las semillas a 60 cm (2 pies) de distancia, lo cual te ahorrará el esfuerzo adicional posteriormente.
  7. Riega suavemente las semillas con una regadera o la opción de rociado de una manguera de jardín. Asegúrate de que el suelo esté bien húmedo, pero no empapado.
    • Ten en cuenta que las semillas normalmente brotan dentro de 7 a 14 días, dependiendo de lo caliente que sean las temperaturas. Las temperaturas más calientes significan una germinación más rápida.
    • Es esencial que el suelo permanezca moderadamente húmedo mientras germinan las semillas. Sin embargo, nunca inundes el suelo ya que ello puede sacar las semillas.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Plantar en recipientes

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  1. Coloca las semillas de cáscara gruesa en un platillo o una taza. Llénalo con suficiente agua para cubrir las semillas y déjalas remojar durante toda la noche.
    • Debido a que las cáscaras de dichas semillas son muy gruesas, estas germinan mucho mejor cuando las ablandas con abundante agua.
    • Las semillas deben permanecer firmes después de haberlas remojado, pero las sentirás un poco más suaves y se verán más hinchadas.
  2. Debes usar una maceta u otro recipiente para plantar de 4 a 20 litros (1 a 5 galones).
    • Lo ideal es que el recipiente tenga cuatro o cinco agujeros de drenaje. Si vas a mantener el recipiente al interior, ponlo sobre un platillo para evitar que el exceso de agua provoque un desorden mientras se drena.
  3. En vez de usar tierra de tu jardín, llena el recipiente de plantación con tierra para macetas de calidad media a alta.
    • Bastará con cualquier tierra para macetas estándar, puesto que estas flores no requieren tierra especial.
  4. Riega la tierra antes de plantar las semillas. La tierra debe estar bien húmeda, pero no empapada.
    • Deja que el exceso de agua se drene antes de sembrar las semillas.
    • Debes asegurarte de que la tierra esté moderadamente húmeda durante todo el proceso de germinación. Esta etapa generalmente tardará de 1 a 2 semanas.
  5. Presiona con cuidado cada semilla para introducirlas de 0,6 a 1,2 cm (1/4 a 1/2 pulgada) dentro de la tierra. Sepáralas a intervalos uniformes.
    • 4 semillas deben entrar cómodamente en un recipiente de 4 litros (1 galón). Si usas un recipiente de 20 litros (5 galones), puedes sembrar una docena de semillas sin amontonarlas demasiado.
  6. Colócalo en un lugar soleado donde pueda recibir cerca de 6 horas de luz solar al día.
    • Si el clima es lo suficientemente cálido, puedes poner el recipiente al exterior en un porche, balcón o patio.
    • Si las plantas no reciben suficiente luz solar, podrían verse larguiruchas, además de afectar la floración.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Cuidados diarios

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  1. Una vez que los plantones se hayan establecido por sí mismos, entresaca las plantas de modo que haya una distancia de 60 cm (2 pies) entre ellas. [5]
    • Si las cultivas en recipientes o si quieres que permanezcan cortas y poco desarrolladas, puedes dejar solo 20 a 30 cm (8 a 12 pulgadas) entre cada plantón.
    • Espera a que los tallos de los plantones hayan desarrollado dos grupos de semillas antes de entresacarlos. Conserva las plantas que lucen más saludables y fuertes y quita las más débiles.
  2. Las flores de cuatro en punto son en cierta medida resistentes a las sequías, pero no debes dejar que permanezcan secas durante más de uno o dos días.
    • Trata de darles a las plantas al menos 2,5 cm (1 pulgada) de agua por semana, ya sea a través de la lluvia o regando a mano con una manguera o regadera.
    • Ten en cuenta que las flores cultivadas en recipientes requerirán que las riegues con más frecuencia que las cultivadas al aire libre.
  3. Elige un fertilizante para flores soluble en agua y de uso general. Aplícalo antes que llueva o al momento de regar las plantas.
    • Elige un fertilizante equilibrado 10-10-10, el cual contenga partes iguales de nitrógeno, fósforo y potasio. Este tipo de fertilizante promoverá un estado saludable general para la planta.
  4. Las flores de cuatro en punto raras veces presentan problemas con insectos y enfermedades, así que es altamente desaconsejable tratarlas para prevenir dichas condiciones.
    • Pero si surgen problemas, trátalas con un pesticida o fungicida adecuado. Puede ser orgánico o químico.
  5. Cada arbusto producirá un tubérculo grande por debajo del suelo. Si vives en climas templados, puedes dejar dicho tubérculo en el suelo sin que dañe la planta. Sin embargo, si vives en climas especialmente fríos, debes desenterrarlo a finales de otoño.
    • Almacena los tubérculos entre varias capas de papel periódico dentro de cajas de cartón o de madera. También puedes almacenarlos en turba o arena. No uses recipientes de plástico u otras cajas cerradas, ya que estos pueden hacer que los tubérculos se pudran.
    • Colócalos en un garaje, cobertizo o ambiente similar. Deben permanecer secos y en oscuridad durante todo el invierno.
    • Replanta los tubérculos en primavera. Cava un agujero lo suficiente grande para el tubérculo en el mismo lugar donde una vez creció. Vuelve a colocarlo en el suelo, cúbrelo con tierra y cuida la planta como antes.
  6. Si no quieres desenterrar el tubérculo, puedes protegerlo durante el invierno cubriendo el área de plantación con 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de mantillo orgánico.
    • El mantillo orgánico puede incluir: hojas, recortes de césped, virutas de madera y papel periódico.
    • El mantillo proporciona aislamiento y mantiene el suelo un poco más caliente.
    • Ten en cuenta que en los climas especialmente fríos, el mantillo podría no ser suficiente para protegerlo durante el verano.
    • Si cultivas las plantas en recipientes, también es recomendable esparcir mantillo por encima del recipiente durante la primavera o el verano para ayudar a disminuir la cantidad de evaporación de agua. Esto a su vez contribuye a evitar que la tierra se seque de forma muy severa.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Cosechar las semillas

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  1. Las semillas se forman cuando una flor del arbusto se seca y se cae del tallo.
    • Después de la caída de la flor, debes ver semillas negras del tamaño de una arveja en su lugar.
    • Cada planta debe producir una gran cantidad de semillas.
  2. Arráncalas a mano o espera a que caigan del tallo por sí solas. Si caen al suelo, recógelas apenas las veas.
    • Si no las recoges una vez que hayan caído, crecerán más plantas de cuatro en punto en dicho lugar.
    • Otra forma de recolectarlas es sacudir suavemente los tallos con las semillas para hacer que estas se quiebren y caigan al suelo todas a la vez.
  3. Extiende las semillas en una toalla de papel limpia y seca y déjalas en un lugar seco durante 5 días.
    • Las semillas pueden pudrirse si las almacenas húmedas, así que este paso es muy importante.
    • Sécalas al interior para evitar que las aves y otros animales se las lleven.
  4. Coloca las semillas secas en sobres de papel. Marca los sobres, luego séllalos cuidadosamente y almacena las semillas en un lugar seco.
    • También puedes usar bolsas de papel. El papel permite que el aire circule.
    • No uses un recipiente hermético, como un recipiente de plástico. Guardar las semillas en este tipo de recipiente puede producir la formación de moho o la pudrición de las semillas.
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Advertencias

  • Las raíces y las semillas de esta planta son ligeramente tóxicas. [6] La ingesta de cualquiera de dichos elementos puede provocar dolor estomacal, náuseas, vómitos y diarrea. Manipular las raíces puede causar irritación en la piel que dura varios días. Para minimizar el riesgo de irritación, usa guantes al momento de manipular las semillas y los tubérculos.
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Cosas que necesitarás

  • Una paleta de albañil, una pala de jardinería o una pala de dientes
  • Una regadera o una manguera de jardín
  • Un platillo de agua
  • Un recipiente de 4 a 20 litros (1 a 5 galones) (opcional)
  • Tierra para macetas (opcional)
  • Un fertilizante soluble en agua suave
  • Pesticidas (solo si es necesario)
  • Fungicidas (solo si es necesario)
  • Mantillo
  • Toallas de papel
  • Sobres de papel

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