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Puedes frustrarte al discutir con alguien que siempre crea tener la razón. Sin embargo, lo mejor será reflexionar sobre lo que quieras obtener de la discusión antes de empezar a conversar con la persona. Asimismo, deberás redirigir la conversación para buscar maneras de ayudarla a entender tu postura, y tendrás que adoptar medidas para mantener la situación lo más tranquila posible.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepararte para la discusión

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  1. Las personas que creen saberlo todo suelen clasificarse en dos categorías (o una combinación de ambas). Algunas tienen una profunda sensación de inseguridad e intentan ocultarla aprendiendo lo más que puedan. Otras están convencidas de que lo saben todo y se sienten obligadas a compartir su conocimiento con los demás. Si conoces el origen de su tendencia a refutar todo, esto puede ser de mucha utilidad para lidiar mejor con la situación. [1]
    • Si a una de estas personas inseguras le dicen que está equivocada en algo, esto contribuirá con su inseguridad y se pondrá a la defensiva. En lugar de ello, puedes hacerle preguntas tendenciosas, ya que estas funcionan con este tipo de personas.
    • Con el segundo tipo de personas que creen saberlo todo, por lo general, lo mejor es dejar que expresen su opinión y luego tratar de brindar otro punto de vista.
  2. Antes de iniciar una discusión con este tipo de personas, será vital que reflexiones sobre lo que estés dispuesto a perder. Es decir, determina lo importante que consideres la relación y lo mucho que te importe el punto de vista que quieras defender. Sin importar lo cuidadoso que seas, las discusiones pueden ser perjudiciales para una relación. [2]
    • Por ejemplo, si tu jefe cree saberlo todo, quizás lo mejor sea dejar que piense tal como lo haría la mayor parte del tiempo, así no pondrás en riesgo tu empleo.
    • Si se trata de una persona cercana a ti (como una pareja o un amigo cercano), determina si en verdad valdrá la pena que se lastimen por esta discusión.
  3. Deberás abordar toda discusión con un objetivo final. Quizás solo quieras conocer la postura de la persona o que reconozca que ha lastimado tus sentimientos. En cualquier caso, tendrás que saber qué buscas antes de iniciar la discusión. [3]
  4. Si la discusión es sobre un punto basado en hechos, siempre deberás verificarlos antes de empezar a discutir. Si es posible, lleva evidencia a la conversación para así respaldar tu postura. No obstante, al investigar, solo deberás usar fuentes imparciales, y no las que solo te digan lo que desees oír. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Ayudarla a entender la postura contraria a la suya

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  1. Incluso si la persona siempre cree tener la razón, aun así tendrá derecho a que la escuchen, tal como tú lo mereces. Primero escucha su opinión dedicando un tiempo a escucharla de forma sincera. [5]
    • Puedes demostrarle que la escuchas asintiendo con la cabeza mientras conversan y resumiendo brevemente lo que diga (p. ej., “Lo que dices es que...”).
  2. Es probable que la persona no exprese con claridad los aspectos más profundos de su postura. Además, si haces preguntas, esto podrá ayudarte a entender con más exactitud lo que diga en torno al tema y lo que opine sobre él. [6]
    • Incluso las preguntas sencillas (como “¿Por qué?” o “¿Qué te ha hecho pensar así?) pueden ayudarte a conocer los aspectos más profundos.
  3. Una manera de discutir con alguien que cree saberlo todo es estar de acuerdo con él (o al menos admitir que comprendes su postura) y luego presentar un contraargumento. [7]
    • Por ejemplo, podrías decirle algo como “Entiendo lo que dices. Es una opinión interesante, pero esto es lo que pienso...”.
    • También podrías decirle algo como “Gracias por ayudarme a entender tu postura. Ahora entiendo lo que piensas. Mi punto de vista es un poco diferente...”.
  4. Si expresas tus puntos de una forma amenazante, es probable que la otra persona se rehúse a escucharte. Por otro lado, si brindas tu opinión con un lenguaje menos amenazante, será más probable que te escuche. [8]
    • Por ejemplo, en lugar de decir algo como “Definitivamente tengo la razón”, podrías decirle “Bueno, he leído que...”.
    • En lugar de decir “Este es el punto de vista correcto...”, podrías decirle “Quizás haya otra versión de la historia...”.
  5. En algunas discusiones, al confrontar a una persona con consejos directos, es posible que se rehúse a escuchar tal como lo haría si expresarás tu opinión de manera amenazante. En este caso, podrías ofrecerle consejos o una solución, pero no querrá escucharte. [9]
    • Podrías notar que, en comparación con una confrontación directa, el uso de preguntas tendenciosas es una manera más eficaz de hacer que la persona piense de forma diferente.
    • Por ejemplo, podrías preguntarle algo como “Oh, ¿Por qué piensas de esa forma?”, en lugar de decirle “Eso me parece incorrecto”.
    • En lugar de decirle “Estás totalmente equivocado”, podrías preguntarle “¿Alguna vez has pensando en...?”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Mantener una conversación tranquila

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  1. En toda discusión, podrías sentir la tentación de intensificar las cosas. Las emociones se interpondrán y ambos se enojarán. Si se dejan llevar por su temperamento, la discusión se reducirá a intercambiar insultos o gritarse el uno al otro. Este problema en particular surge al discutir con una persona que cree saberlo todo, ya que es probable que te haga perder la calma. No obstante, si deseas lograr un objetivo, tendrás que mantenerte tranquilo. [10]
    • Si sientes que te estás alterando, tómate un momento para respirar profundo. Incluso es una buena idea que le pidas que retomen la conversación en otro momento, así podrán continuar cuando ambos estén calmados.
  2. Tu lenguaje corporal expresará lo que sientes en igual medida que las palabras. Si tu lenguaje corporal indica que no estás dispuesto a dialogar, la otra persona se sentirá incómoda al hablarte. [11]
    • No cruces ni los brazos ni las piernas, y apunta con el cuerpo hacia la persona. También deberás hacer contacto visual, así ella sabrá que estás escuchando.
  3. Incluso las personas que creen saberlo todo tienen la razón de vez en cuando. Al discutir, a veces deberás estar dispuesto a admitir que estabas equivocado; de lo contrario, la discusión no los llevará a ningún lado. [12]
  4. En ocasiones, te percatarás de que nadie va a “ganar” la discusión y, en este punto, lo mejor será culminarla. Aun así, no deberás lucir como alguien amenazante, ya que la otra persona podría querer seguir discutiendo. [13]
    • Podrías terminar diciendo “Bueno, puedo ver que no estamos llegando a nada. Supongo que tendremos que aceptar que estamos en desacuerdo”.
    • También podrías decir algo como “Lamento que no podamos llegar a un acuerdo sobre este punto. Quizás podamos volver a hablar en otro momento”.
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Consejos

  • Deberás poder cuestionar la información poco verídica que brinde o las mentiras que diga. Si esta persona cita “hechos” poco fiables o estadísticas sesgadas, deberás contrarrestarlos con fuentes confiables.
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