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La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en el cuello y es la que se encarga de producir las hormonas tiroideas. Los trastornos que afectan a esta glándula ocasionan que produzca muy poco o demasiado de estas hormonas, lo cual puede llegar a afectar a varias de las funciones corporales, como el ritmo cardiaco o el metabolismo. [1] Para diagnosticar el exceso o la falta de actividad de la glándula tiroides, los médicos suelen realizar exámenes cuyos resultados pueden ser relativamente complicados de interpretar. Sin embargo, puedes identificar fácilmente la presencia de un problema y su naturaleza precisa empleando un enfoque sistemático que te permita comprender lo que significa cada uno de estos exámenes. Además, ten en cuenta que la única persona que puede diagnosticar con certeza un problema de la tiroides es tu médico, por lo que debes discutir con él los resultados de los exámenes de forma que puedas empezar el tratamiento lo más pronto posible de ser necesario.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Comprender los resultados de la TSH

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  1. [2] Esta es la primera hormona que se suele examinar en relación con la tiroides. TSH son las siglas en inglés de "hormona estimulante de la tiroides". Esta hormona se secreta en la glándula pituitaria y, como su nombre lo indica, es la que estimula a la glándula tiroides a secretar las hormonas T4 y T3.
    • Una forma de interpretar a la TSH es como si fuera el "motor" de la glándula tiroides en el sentido de que la TSH es la que se encarga de determinar cuánto de las hormonas tiroideas se sintetizará y liberará.
    • El nivel de la TSH debe encontrarse entre el rango de 0,4 a 4,0 mIU/l para considerarse normal. [3]
    • Si tu nivel de esta hormona se encuentra dentro de este rango, esto es una buena señal, aunque de todas formas no significa que no podrías tener algún problema de la tiroides de otro tipo. Por ejemplo, si el resultado se encuentra muy cerca del extremo alto del rango de valores normales, esto podría ser un indicio de que tienes un problema de la tiroides que aún se encuentra en desarrollo.
    • Para diagnosticar la mayoría de los problemas de la tiroides, es necesario realizar por lo menos dos exámenes. Esto se debe a que la función tiroidea comprende la interacción compleja entre varias hormonas.
    • Por tanto, incluso si tus resultados para la TSH se encuentran dentro del rango normal, es posible que tu médico de todas formas opte por realizarte más exámenes si sospecha que podría haber un problema subyacente.
  2. [4] Como se mencionó anteriormente, la TSH es quien le indica a la glándula tiroides que debe secretar más o menos de las hormonas T4 y T3, cuyo efecto luego se propaga a través de todo el cuerpo. Sin embargo, en los casos en los que la glándula tiroides no está lo suficientemente activa como para secretar una cantidad suficiente de estas hormonas, la glándula pituitaria lo compensa produciendo una mayor cantidad de TSH.
    • Por esta razón, si obtienes un nivel alto de TSH en tus resultados, esto podría indicar que padeces hipotiroidismo, un trastorno que ocasiona que la glándula tiroides no produzca una cantidad suficiente de hormonas.
    • Sin embargo, este diagnóstico deberá confirmarse por medio de otros exámenes.
  3. [5] Como ya se ha mencionado, un primer síntoma puede ser un nivel alto de la hormona TSH en los resultados de los exámenes, pero también puedes prestar atención a determinados síntomas clínicos. Si experimentas cualquiera de los siguientes, debes consultarlo inmediatamente con tu doctor:
    • sensibilidad exacerbada al frío
    • fatiga
    • aumento de peso sin explicación
    • piel inusualmente seca
    • estreñimiento
    • dolor y rigidez en los músculos
    • dolor e inflamación en las articulaciones
    • depresión u otros cambios de humor
    • ritmo cardiaco más lento de lo normal
    • cabello ralo
    • cambios en el ciclo menstrual
    • mayor lentitud en el habla o el pensamiento
  4. [6] Un nivel bajo de la TSH en tus resultados podría ser una señal de que la glándula pituitaria ha recibido la indicación de que produzca una menor cantidad de TSH debido a que hay un exceso de las hormonas tiroideas T3 y T4 en el cuerpo. En este caso, un nivel bajo de la TSH podría indicar que padeces hipertiroidismo, un trastorno que ocasiona que la glándula tiroides produzca un exceso de hormonas.
    • Sin embargo, nuevamente, este diagnóstico deberá confirmarse por medio de otros exámenes.
    • Si bien el resultado que obtengas en cuanto al nivel de la TSH puede indicarle a tu médico hacia dónde proceder para identificar el problema, de todas formas no constituye un diagnóstico por sí solo.
  5. [7] Este trastorno también presenta síntomas clínicos aparte de un nivel bajo de la TSH en los resultados, por lo que debes consultar inmediatamente con tu médico si presentas cualquiera de los siguientes:
    • ritmo cardiaco acelerado de forma anormal
    • pérdida de peso sin explicación
    • incremento en el apetito
    • sudoración
    • temblores, sobre todo en las manos
    • ansiedad, irritabilidad o cambios de humor de otro tipo
    • fatiga
    • movimientos intestinales con mayor frecuencia
    • hipertrofia en la glándula tiroides (conocida como "bocio" e identificable al tacto en el cuello)
    • problemas para dormir
    • ojos más saltones de lo normal (conocido como "oftalmopatía de Graves" y propio de la enfermedad de Graves-Basedow, un tipo de hipertiroidismo)
  6. [8] Después de diagnosticarte un problema de la tiroides y determinar el tratamiento que seguirás, lo más probable es que tu médico te pida que te sometas a exámenes regulares de la TSH para poder monitorear si el tratamiento surte efecto. De esta forma, también podrás asegurarte de que el nivel de la TSH se mantenga dentro del rango de valores normales.
    • Ten en cuenta que los tratamientos para el hipotiroidismo y el hipertiroidismo son ampliamente diferentes.
    • Asimismo, siempre ten en mente el rango de valores normales para el nivel de la TSH al cual debes apuntar durante tu tratamiento, de 0,4 a 4,0 mIU/l, aunque de todas formas estos niveles podrían diferir según el problema específico que padezcas.
    • Cuando apenas empieces el tratamiento, lo más probable es que los exámenes para monitorear el nivel de la TSH sean más frecuentes hasta que esta alcance un nivel más constante, luego de lo cual la frecuencia del monitoreo debería reducirse a una vez al año, aproximadamente.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Interpretar los resultados de las hormonas T4 libre y T3

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  1. [9] La hormona T4 es una de las hormonas que la misma glándula tiroides produce para luego hacerla circular a través de todo el cuerpo. Asimismo, de las hormonas que produce la tiroides, la T4 es la que suele examinarse con mayor frecuencia. Su rango de valores normales se encuentra entre 0,8 y 2,8 ng/dl.
    • Sin embargo, ten en cuenta que este rango puede variar dependiendo del laboratorio en el que te realices los exámenes y del tipo de examen en sí.
    • En cualquier caso, cuando recibas tus resultados, casi siempre verás el rango de valores normales junto a ellos de forma que puedas ver la ubicación relativa de tus niveles hormonales.
  2. [10] Por ejemplo, si los resultados que obtuviste para la TSH fueron más altos de lo normal (es decir, podrías padecer hipotiroidismo), obtener un resultado bajo para la T4 sería una forma de confirmar que el hipotiroidismo es un posible diagnóstico. Por otra parte, si los resultados que obtuviste para la TSH fueron más bajos de lo normal (es decir, podrías padecer hipertiroidismo), obtener un resultado alto para la T4 sería una forma de confirmar que el hipertiroidismo es un posible diagnóstico.
    • Sin embargo, lo mejor para interpretar los resultados de la T4 es tener a la mano tu nivel de la TSH y hacerlo sobre todo junto con tu médico.
  3. [11] Otra de las hormonas que produce la misma glándula tiroides es la T3, aunque por lo general esto ocurre a una menor escala que aquella a la que se produce la T4. Sin embargo, si bien esta última es la hormona que suele usarse para diagnosticar problemas de la tiroides, la T3 suele elevarse en determinados casos de hipertiroidismo mientras la T4 se mantiene a un nivel normal (dependiendo de la etapa de la enfermedad), por lo que también resulta importante conocer el rango normal de valores de la T3.
    • Por ejemplo, en los casos en los que los resultados para la TSH hayan sido bajos pero el nivel de la T4 se haya mantenido normal, obtener un nivel alto de la T3 en los resultados confirmaría el hipertiroidismo.
    • Sin embargo, el mismo método no puede aplicarse para el hipotiroidismo, aunque la T3 de todas formas puede contribuir a su diagnóstico.
    • El rango normal de valores para la T3 (en las personas mayores de 18 años) es entre 2,3 y 4,2 pg/ml.
    • Nuevamente, ten en cuenta que este rango puede variar dependiendo del laboratorio en el que te realices los exámenes y del tipo de examen en sí. En cualquier caso, cuando recibas tus resultados, casi siempre verás el rango de valores normales junto a ellos de forma que puedas ver la ubicación relativa de tus niveles hormonales.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Interpretar otros resultados relacionados con la tiroides

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  1. No te preocupes; este tipo de exámenes está diseñado para que no tengas que interpretar los resultados tú mismo sino que tu médico, al ser quien los solicita, pueda hacerlo por ti. De esta forma, podrá brindarte un diagnóstico más preciso y determinar el tratamiento que deberás iniciar (por lo general, este abarcará no solo medicamentos sino también cambios a tu estilo de vida). Por tanto, puede serte útil comprender mejor el significado de cada uno de los resultados de forma que puedas estar más informado sobre el trastorno que padezcas y el tratamiento más apropiado.
    • Ten en cuenta que nunca debes solicitar exámenes por tu cuenta sin la recomendación de un médico, ya que esto podría ocasionar que sigas un tratamiento equivocado (de la misma forma como no te lanzarías a reparar el motor de tu auto sin consultarlo con un mecánico).
  2. Aprende a distinguir entre los diferentes trastornos de la tiroides interpretando los resultados de los anticuerpos tiroideos. [12] Después de diagnosticarte cualquier trastorno de la tiroides, lo más probable es que tu médico busque confirmar el diagnóstico e investigar el trastorno más a fondo por medio de otros exámenes relacionados con la tiroides. Entre ellos, uno de los más comunes es el examen de anticuerpos tiroideos, el cual suele ser muy útil para obtener mayor información sobre el trastorno específico.
    • Por ejemplo, los anticuerpos tiroideos pueden ayudar a distinguir entre los tipos de tiroiditis y los trastornos autoinmunes.
    • Si padeces un trastorno autoinmune de la tiroides, como la enfermedad de Graves-Basedow o la tiroiditis de Hashimoto, el anticuerpo contra la peroxidasa tiroidea (TPO, por sus siglas en inglés) podría estar elevado.
    • Estos mismos trastornos también podrían dar como resultado niveles elevados del anticuerpo antitiroglobulina (TG).
    • Asimismo, la enfermedad de Graves-Basedow podría ocasionar que se eleven los niveles de los anticuerpos antirreceptores de la TSH (TRAb).
  3. [13] Este también es un examen que se realiza para investigar más a fondo los problemas de la tiroides. Por ejemplo, un nivel elevado de calcitonina podría indicar cáncer a la tiroides (el cual, a su vez, podría ser la causa subyacente de diversos trastornos a esta glándula) o hiperplasia de las células parafoliculares (otro tipo de crecimiento anormal de las células en la glándula tiroides).
  4. [14] Estas pruebas pueden diagnosticar una gran variedad de trastornos relacionados con la tiroides, ya que, a veces, los exámenes de sangre no son suficientes para detectar la naturaleza específica del problema (aunque de todas formas proporcionan información útil). Por tanto, habla con tu médico en caso de que considere prudente que te realices este tipo de pruebas.
    • Las ecografías sirven para detectar nódulos en la tiroides y determinar si son sólidos o quísticos (es decir, si contienen líquido), ya que el tratamiento diferirá según sea el caso. Asimismo, también le permiten a tu médico monitorear los nódulos a lo largo del tiempo para determinar si crecen o si sufren cambios de cualquier tipo.
    • Si se encuentran nódulos mediante una ecografía, tu médico también podría tomarles una muestra y realizarles una biopsia para determinar si son cancerosos o descartar esta posibilidad.
    • Por último, las pruebas de captación de yodo ayudan a determinar cuáles partes de la glándula tiroides funcionan correctamente y cuáles no o cuáles funcionan en exceso.
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Advertencias

  • Ten en cuenta que la información brindada en este artículo solo tiene el propósito de educar, ya que cada problema de la tiroides variará según cada persona, por lo que no deberías tratar de interpretarlo ni diagnosticarlo sin consultar con un médico.
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