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La economía es el estudio de cómo los humanos actúan y toman decisiones respecto al uso de los recursos. Para pensar como un economista, debes aprender sobre los principios importantes de la interacción y acción humana. Si bien esto puede parecer abrumador, hay varias cosas que puedes hacer para pensar mejor como un economista. Al aprender los postulados básicos del pensamiento económico, al criticar teniendo en cuenta la interacción y acción humana y al enfocarte en determinados problemas económicos, estarás mejor equipado para pensar como economista.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Implementar la teoría económica en tu vida

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  1. Cuando simplemente actúes por algo, la gente buscará su propio beneficio. Como resultado, no te debes avergonzar de utilizar el interés propio para motivar a otras personas o para actuar en beneficio propio.
    • Las personas rechazarán o se resistirán a hacer cosas si no ven un beneficio al completar una acción. Por ejemplo, tus empleados no trabajarán más tiempo ni se esforzarán más, a menos que sean compensados (o que reciban otro tipo de beneficio).
    • Los incentivos funcionan. Por ejemplo, dale a un empleado un bono por lograr una meta antes de tiempo. [1]
  2. Si bien es posible que las personas solo puedan actuar si ven que se benefician a sí mismas, es importante darse cuenta de que la forma en que valoras las cosas puede ser diferente a la forma en que los demás las valoran.
    • Es imposible establecer un sistema de valores objetivo para todas las personas. Por ejemplo, no puedes simplemente decir que una silla vale objetivamente $5. Si bien para ti la silla podría valer $5, podría valer más o menos para otra persona.
    • Las personas de distintas culturas en todo el mundo podrían ver el interés propio de forma diferente. Pueden ver y actuar por el bien de la comunidad como algo que los beneficia directamente.
    • Esta idea se conoce como la teoría subjetiva del valor. En la actualidad la mayoría de los economistas la aceptan. [2]
  3. Los economistas entienden que de forma constante las personas consideran compensaciones y alternativas a diferentes acciones. En otras palabras, las personas de forma constante consideran qué podrían ganar si hicieran algo más.
    • Siempre considera las oportunidades que podrías perder al optar por un curso de acción. Por ejemplo, si optas por seguir una carrera profesional bien remunerada, considera la pérdida de tiempo con la familia y el estrés adicional en el que podrías incurrir.
    • Muchos economistas articulan esta idea como el “beneficio marginal” de una acción sobre otra. Un ejemplo sería si le ofrecieras a un niño 1 dólar por limpiar su habitación o 50 centavos por pasear al perro. El niño sopesará estas dos opciones entre sí a fin de determinar cuál le beneficia más. Podría decidir que prefiere pasear al perro por menos dinero ya que tendría más tiempo para ver televisión o podría decidir que vale la pena sacrificar más tiempo por más dinero y perder su tiempo para ver televisión. [3]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Permitir que la economía influya en tus interacciones con los demás

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  1. La competencia es un factor constante en la interacción humana. No solo compiten las empresas, sino que las personas también compiten por los recursos todo el tiempo.
    • Utiliza la competencia como una forma de conducir a los demás y a ti mismo. Por ejemplo, al completar un proyecto en el trabajo, considera juzgarte frente a otros trabajadores que completan proyectos similares. Esto puede llevarte a trabajar más duro.
    • La competencia con frecuencia resulta en una “destrucción creativa”. Durante el proceso competitivo, determinadas personas o empresas declinan y dejan espacio para que nuevas entidades innovadoras dominen el mercado. [4]
  2. Las interacciones entre personas introducen de forma constante factores nuevos y no planificados en el proceso de toma de decisiones. Como resultado, debes reflexionar sobre los posibles resultados antes de tomar una decisión económica.
    • Considera cómo tus hábitos de gasto impactan en tu comunidad. Por ejemplo, si compras en una ferretería local en vez de hacerlo en una gran tienda minorista, es probable que beneficies a las personas que viven cerca de ti en vez de beneficiar a personas muy ricas a cientos de kilómetros de distancia. [5]
  3. En última instancia, el intercambio que es mutuamente agradable tiende a fomentar las amistades entre las personas. Como resultado, al hacer negocios, trata a los demás de manera justa con el objetivo de formar relaciones a largo plazo.
    • Busca tu propio interés, pero considera que hacer feliz a otra persona y tratarla con respeto podría ser beneficioso a largo plazo.
    • Al comprar o vender algo, considera ofrecer o pedir menos dinero si piensas que en el futuro podrías hacer muchos negocios con esa persona. [6]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evitar problemas

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  1. Date cuenta de que todas las cosas en un sistema económico tienen un costo. Estos costos se pueden manifestar en términos sustanciales reales o en términos de compensaciones.
    • Nada es gratis. Todos los beneficios tienen algún tipo de costo para alguien. Por ejemplo, si los residentes de una comunidad pagan por mantener un parque, otras personas que viven fuera de la comunidad pero que usan el parque son “pasajeros gratuitos” ya que no se dan cuenta de los costos asociados con el mantenimiento del parque. [7]
  2. Muchos economistas están dedicados a la idea de que la correlación no es causalidad, lo cual significa que solo porque dos cosas parecen similares o parecen estar conectadas, no significa que sea así.
    • Dos cosas que parecen relacionadas podrían no estar relacionadas en absoluto. Por ejemplo, el hecho de que la cantidad de radios propiedad de estadounidenses a principios del siglo XX aumentara junto con la cantidad de ardillas que viven en Central Park en la ciudad de Nueva York no dicta una conexión o relación causal entre los dos hechos. [8]
  3. Antes de realizar cualquier acción, entiende que podría tener repercusiones que no puedes anticipar.
    • Esto significa que los economistas, o cualquier otra persona, no pueden predecir un resultado porque a menudo ocurren interacciones imprevistas. Por ejemplo, si un gobierno reduce los impuestos con la intención de estimular la economía, podría en realidad dañarla ya que los ingresos fiscales junto con los gastos del gobierno disminuirían y así perjudicarían a las industrias que dependen de los contratos del gobierno. [9]
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