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El pie de atleta, también conocido como tinea pedis , es una infección micótica común, especialmente entre los atletas o las personas que se duchan frecuentemente con los pies descalzos. [1] La exposición directa a los hongos o al moho durante la ducha (especialmente en los lugares de alto riesgo como en las piscinas públicas o los gimnasios) conduce en la mayoría de los casos al pie de atleta, pero el sudor excesivo en el pie combinado con la mala higiene también son factores de riesgo. El pie de atleta afecta inicialmente a la planta del pie o a la comisura de los dedos del pie, pero puede propagarse a varias partes del cuerpo si no se reconoce y se trata debidamente.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Reconocer los síntomas comunes

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  1. Estas son las zonas más susceptibles del pie para la infección micótica debido a tres factores principales: se suele descuidar cuando te secas el pie, las comisuras de los dedos del pie no permiten que el sudor o la humedad se evapore muy bien y esta área es más propensa a la abrasión por el mal ajuste de los zapatos. [2] Si sientes comezón en la parte del pie y notas algún enrojecimiento, entonces es probable que tengas una infección micótica.
    • Los signos y los síntomas principales del pie de atleta incluyen una erupción escamosa y que produce comezón, lo que conduce algunas veces a un dolor punzante o ardoroso.
    • En casos avanzados, la inflamación y la descamación se da entre los dedos de los pies (un proceso llamado maceración).
    • El pie de atleta es contagioso y se difunde fácilmente a través de los pisos contaminados, las toallas, los calcetines o las sandalias.
  2. A medida que el pie de atleta empeora, se va propagando por toda la planta, en donde hace que la piel se seque y se vuelva escamosa. [3] Se sentirá áspera al tacto, probablemente estará un poco irritada y sentirás comezón. Inicialmente el área será pequeña, pero se propagará y formará un margen irregular.
    • Hay tres variedades principales de tinea pedis : el tipo mocasín (que involucra a la planta del pie), el tipo interdigital (que involucra a las hendiduras entre los dedos del pie) y el tipo ulceroso (que implica la formación de ampollas). [4]
    • Al pie de atleta también se le conoce como “la pudrición de la selva” por los miembros de las fuerzas armadas que sirvieron en climas tropicales húmedos.
  3. El malestar en el pie (especialmente los dolores y los calambres) es común y generalmente es el resultado del uso excesivo de calzado mal ajustado, pero el dolor ardoroso acompañado de una comezón imparable y grave deben hacerte considerar el pie de atleta. Los hongos causan ardor y comezón debido a que penetran en el tejido del pie y se alimenta de las capas superficiales. Como resultado, el nervio termina irritándose, lo que provoca la comezón y conduce al dolor ardoroso.
    • A menudo, la comezón es más intensa inmediatamente después de que te saques los zapatos y los calcetines. [5]
    • El pie de atleta lo causa el mismo tipo de hongo que produce la tiña y la tiña inguinal.
  4. Una ampolla del pie puede producirse fácilmente por hecho de caminar o correr excesivamente, especialmente si el calzado no te queda bien; sin embargo, las ampollas causadas por el pie de atleta son diferentes, tienden a supurar pus y otros líquidos, y se ponen costrosas. [6] Por lo general, las ampollas se forman en los parches gruesos de la piel, lo que incrementa el riesgo de la infección bacteriana.
    • Luego de que las ampollas fúngicas revienten, las lesiones con un borde rojo y escamoso crecen hacia afuera y dejan un centro transparente. Esta es el aspecto clásico de la tiña que aparece sobre la piel.
    • Estás en mayor riesgo del pie de atleta si eres hombre, usas frecuentemente calcetines húmedos o zapatos ajustados, caminas descalzo en áreas públicas y tienes un sistema inmune débil. [7]
  5. Los hongos del pie de atleta se suelen difundir hasta infectar las uñas de los pies, que se vuelven descoloridas, gruesas e incluso quebradizas. [8] En etapas avanzadas (crónicas) de la infección, las uñas de los pies se vuelven quebradizas e incluso se pueden caer (una condición conocida como onicolisis).
    • Es difícil erradicar los hongos de los lechos ungueales debido a que penetran hasta el tejido.
    • El dolor ardoroso del pie y los cambios en las uñas del pie también son signos de la diabetes, así que asegúrate de que tus niveles de azúcar estén dentro del rango normal.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Confirmar el pie de atleta

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  1. No tiene sentido tratar de adivinar la enfermedad de tu pie, así que haz una cita con tu médico y dile tus observaciones y tus sospechas. En algunos casos, tu médico puede diagnosticar una infección fúngica con solo ver tu pie. Sin embargo, para confirmar el diagnóstico (y descartar otras condiciones), puede tomar una muestra de piel, añadir unas gotas de una solución de hidróxido de potasio y verla bajo un microscopio. La solución disuelve la piel, pero deja el brote del hongo intacto, haciendo posible observarlo. [9]
    • Asimismo, tu médico puede ver tu pie bajo la luz negra de una lámpara ultravioleta, la cual resalta la presencia de las infecciones micóticas. [10]
    • Tu médico también puede hacerte una tinción de Gram para determinar si existe una infección bacteriana subyacente. [11]
    • Además, tu médico puede hacer una prueba sanguínea para descartar la diabetes y otros tipos de infecciones (bacterianas y virales).
  2. Los especialistas médicos que tratan los problemas de la piel, se llaman dermatólogos. Es probable que un dermatólogo tenga mucha más experiencia que tu médico de cabecera tratando con condiciones de la piel, como las infecciones, las erupciones y otras aflicciones. Es más probable que un dermatólogo pueda hacer la biopsia de piel y la preparación de hidróxido de potasio bajo un microscopio en su consultorio, de manera que los resultados puedan estar disponibles en cuestión de minutos en vez de horas o días. [12]
    • Si no hay signos de hongos, entonces el dermatólogo tiene que considerar otras condiciones de la piel que puedan ocasionar un aspecto similar (como la psoriasis, la dermatitis de contacto, el eczema, las infecciones bacterianas, la gota y la insuficiencia venosa).
    • La psoriasis se puede distinguir por las escamas plateadas que la caracterizan, las cuales generalmente se pueden encontrar en los pliegues de las articulaciones.
  3. Un podólogo es un especialista del pie que también puede confirmar un diagnóstico de pie de atleta y proveer un tratamiento. Un podólogo también es una buena fuente de información con respecto a qué clase de zapatos y de calcetines puedes usar para impedir la recurrencia de las infecciones micóticas.
    • Los materiales oclusivos de zapatos, como el vinilo, el caucho y el plástico, no permiten la ventilación necesaria, lo que hace que el pie permanezca caliente y húmedo, proveyendo a los hongos una excelente oportunidad para proliferar. [13] Cambia a zapatos con plantillas de cuero.
    • Usa medias de algodón para que absorban el agua de tus pies. Trata de evitar los calcetines hechos de nailon o de otros materiales sintéticos.
    • Procura cambiarte los calcetines todos los días. Lávalos en agua caliente con bicarbonato de sodio para matar cualquier hongo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Combatir el pie de atleta

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  1. Los talcos, las cremas y los ungüentos antimicóticos que no requieren prescripción pueden ayudarte a erradicar el pie de atleta. Los medicamentos tópicos eficaces contra la tinea pedis son azoles, alilaminas, ciclopirox, tolnaftato y amorolfina. [14] Sigue usando el medicamento por un par de semanas después de que la infección haya desaparecido a fin de prevenir su retorno, ya que pueden haber esporas enterradas en la piel.
    • Usa el talco para desinfectar tus zapatos y guarda la crema o el ungüento para tus pies (aplícalos por la mañana y a la hora de dormir).
    • Los productos químicos fungicidas y fungistáticos usados en el pie de atleta muchas veces no matan a los hongos que se encuentran en las capas más profundas y calientes de la piel, lo cual explica la razón por la que algunas veces no son efectivos. [15]
  2. En vez de comprar cremas de la farmacia, busca en tu alacena vinagre blanco (ácido acético). El vinagre diluido (con 75 % de agua) es lo suficientemente fuerte para inhibir el crecimiento de los hongos. [16] Remoja los pies en el vinagre diluido por 10 a 15 minutos, dos veces al día, hasta que la comezón y la sequedad desaparezcan.
    • También puede ser efectivo remojar tus pies en una solución secante de acetato de aluminio (la solución de Burow o la de Domeboro).
    • La lejía Clorox también puede ser efectiva para matar los hongos y la mayoría de los patógenos, pero puede irritar temporalmente tu piel y las terminaciones nerviosas. Además, trata de no inhalarla directamente, ya que puede causar mareos, dolor de cabeza o confusión.
    • Considera la posibilidad de usar una solución de sal de aluminio, como una solución con el 10 % de cloruro de aluminio o el acetato de aluminio. Estos actúan como antitranspirantes bloqueando las glándulas sudoríparas. La proporción normal es 1 parte de la solución mezclada con 20 partes de agua (a menos que un médico indique otra cosa). La solución debe aplicarse a tus pies por la noche.
  3. Los casos más avanzados o resistentes del pie de atleta pueden requerir un antimicótico oral (pastillas) como la terbinafina (Lamisil), el itraconazol (Sporanox) o el fluconazol (Diflucan). [17] Los medicamentos orales potentes están reservados para la gente que no responde a los talcos, a las cremas, a los aerosoles o a los ungüentos. Es probable que las pastillas deban tomarse por aproximadamente un mes.
    • Se pueden necesitar pruebas sanguíneas antes de que tomes estos medicamentos para verificar que tu hígado pueda tolerarlos.
    • El tratamiento para los hongos en las uñas puede ser más intensivo y requerir cursos más largos de medicamentos orales (tres a cuatro meses).
    • Tomar 50 mg de fluconazol una vez al día por 4 a 6 semanas es adecuado para limpiar la mayoría de las infecciones fúngicas.
    • Tomar 100 mg de itraconazol una vez al día por 15 días puede ser una mejor alternativa.
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Consejos

  • La mayoría de los hongos atacan comúnmente a los pies porque los zapatos crean comúnmente un entorno caliente, oscuro y húmedo, lo cual estimula su crecimiento.
  • Échate un talco antimicótico o un aerosol en las suelas de los zapatos al menos semanalmente para reducir la probabilidad de las infecciones recurrentes.
  • Evita caminar descalzo. Usa sandalias o chanclas al caminar en lugares públicos como en las piscinas y en los gimnasios.
  • Para impedir que la infección se difunda a tus manos y a otras partes de tu cuerpo, aplícate las cremas o ungüentos en los pies utilizando hisopos o algo similar.
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Advertencias

  • El pie de atleta es contagioso. Evita tocar a otras personas con partes de tu cuerpo que muestren síntomas.
  • Si tu pie está hinchado y caliente al tacto, y tiene rayas rojas (especialmente si tienes fiebre), visita a un médico inmediatamente, pues es probable que tengas una infección bacteriana.
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