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La dependencia emocional y el amor suelen parecerse, al menos en el exterior. Es normal que te involucres emocionalmente con tus seres queridos, pero si sientes que no podrías ser feliz si no estás con tu pareja, con un familiar o con un amigo, has cruzado el límite hacia la dependencia emocional. Esto no es saludable para ti ni para tus relaciones, pero no tienes que ser dependiente para siempre. Reconoce y elimina tus hábitos antiguos, aprende a satisfacer tus propias necesidades emocionales y construye una vida satisfactoria y segura para recuperar la independencia emocional.

Método 1
Método 1 de 3:

Romper el patrón de la dependencia

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  1. Casi siempre, los sentimientos de necesidad o dependencia se deben al temor. Piensa cómo te sentirías si la persona se fuera. Pregúntate qué es exactamente lo que te asusta de esa situación hipotética. [1]
    • Por ejemplo, si dependes emocionalmente de una persona con quien estás saliendo, quizás tengas un temor subyacente a no sentirte amado.
  2. Busca un momento en el que nadie te interrumpa y siéntate en silencio. Fíjate hacia dónde se dirige tu mente y qué ansias tienes. Es posible que identifiques algunos patrones de pensamiento o algunos hábitos de los que no estabas al tanto. [2]
    • No te distraigas con el teléfono o con la limpieza de la habitación mientras hagas este ejercicio. Dedica tu atención completa a la introspección, aunque te parezca incómodo.
  3. Piensa quién eres en realidad cuando no quieres complacer a nadie más. Identifica tus valores primordiales, lo que quieres lograr y tu idiosincrasia. Esfuérzate por crear un sentido de ti mismo que no dependa de la aprobación externa. [3]
    • Si no tienes un sentido fuerte de la identidad, aléjate de tu área de comodidad y explora algunas cosas nuevas. Busca algunas actividades, personas e ideas que resuenen contigo.
  4. Si dependes mucho de otras personas, quizás termines tratando de controlarlas o frustrándote porque no puedes hacerlo. Acepta el hecho de que los demás tienen el derecho a tener sus propios pensamientos, sentimientos y decisiones, y comprende que no siempre serás parte de ellos. Canaliza tu energía para controlar tus propias decisiones y pensamientos. [4]
    • Por ejemplo, si sientes celos cuando un amigo quiere pasar tiempo con otras personas, no trates de hacerlo sentir culpable. Respira profundo, recuerda que todos pueden tener muchos amigos y piensa en lo que harás durante tu tiempo libre.
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    Pide ayuda para romper el patrón. Si sientes que estás atrapado en un círculo de dependencia emocional y no puedes salir por tus propios medios, busca ayuda. Habla con un amigo o un familiar de confianza o recibe ayuda de un consejero o psicoterapeuta.
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Método 2
Método 2 de 3:

Restaurar la salud emocional

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  1. Acepta que lidiar con tus sentimientos es tu trabajo y de nadie más. Comprende que, aunque tus emociones sean fuertes, no definen quién eres ni controlan lo que haces. [5]
    • Por ejemplo, no debes esperar que los demás dejen de hacer algo cuando estés de mal humor o hayas tenido un día difícil. En lugar de eso, busca algunas formas saludables para enfrentar tus sentimientos negativos sin que los demás los "arreglen" por ti.
    • Si es posible, trata de tranquilizarte y estabilizarte un momento antes de hablar con un amigo.
  2. Cuando te sientas triste, busca algunas formas saludables de tranquilizarte. Trata de darte un discurso motivacional, sal a caminar o escribe en un diario. [6]
    • Ten cuidado de no sustituir un tipo de dependencia por otro. Por ejemplo, si sufres de ansiedad, no es una buena idea empezar a consumir alcohol para tranquilizarte.
    • Si recurres al alcohol o a otras sustancias por motivos emocionales, consulta con un médico o especialista en la salud mental para que te ayude.
  3. Sube tu autoestima . Si te sientes bien contigo mismo, serás menos propenso a depender de los demás para recibir atención o aprobación. Evalúa lo que te gusta de ti mismo y recuerda con frecuencia tus características buenas. Desafíate para probar cosas nuevas y busca algunas formas de ayudar a otras personas para aumentar tu autoestima. [7]
    • El diálogo interno es un componente excelente de la autoestima. En lugar de criticarte, habla contigo mismo de una forma alentadora y amigable. Di algunas cosas como "Puedo hacerlo. Soy capaz. Yo me encargo de mi destino. Sin importar lo que pase, haré mi mejor esfuerzo".
  4. Busca lo bueno de cada persona y mantén expectativas razonables. No te enfades si te decepcionan de vez en cuando. Recuerda que todos tenemos nuestras propias fortalezas y debilidades. [8]
    • Nadie es perfecto. Por ejemplo, si un amigo olvida los planes, dale el beneficio de la duda, sobre todo si ocurre una sola vez. De lo contrario, parecerá que esperaras que todos sean perfectos mientras tú tienes derecho a cometer errores.
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Método 3
Método 3 de 3:

Vivir de forma segura

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  1. Pregúntate qué clase de vida quieres tener y crea un plan para alcanzarla. Dales prioridad a tus metas y valores en lugar de intentar complacer a los demás. [9]
    • No confundas la satisfacción con recibir atención de la persona de quien dependes emocionalmente. Analiza lo que te haría feliz, aunque la persona no fuera parte de tu vida.
    • Crea y persigue tus propias metas, en lugar de intentar llenar las expectativas de los demás.
  2. Planifica tu horario según tus necesidades y deseos. Incluye un tiempo para cuidar de ti mismo y hacer algunas actividades que disfrutes, como visitar a tus amigos o ir al cine. No dejes que los planes de los demás controlen tu vida. [10]
    • Por ejemplo, si tu pareja va a visitar a su familia, no te deprimas por estar solo. Busca algunas actividades divertidas o productivas para hacer durante tu tiempo libre.
  3. Pasa tiempo con muchas personas distintas para evitar depender demasiado de alguna persona. Mantén el contacto con tu familia y reúnete con tus amigos frecuentemente. Si tu círculo social es pequeño, puedes conocer gente nueva en el trabajo, en las clases o en los clubes sociales. [11]
  4. Cuando ayudas a los demás, te sientes digno de confianza y no dependiente. Ofréceles tu ayuda a tus familiares y amigos cuando necesiten apoyo adicional o busca las oportunidades de voluntariado en tu localidad. [12]
    • Ayuda a los demás de forma desinteresada. Si esperas recibir algo a cambio, significa que aún tienes una actitud dependiente.
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    Enfócate en tus propias metas. Si sientes que te enfocas mucho en los demás, retrocede y enfócate en tus propias metas por un momento. Podría ser algo muy sencillo como terminar una tarea doméstica (como pintar tu habitación) o dar los pasos necesarios para alcanzar una meta importante en la vida (como solicitar el reingreso a la escuela).
  6. La dependencia no es saludable, pero el aislamiento emocional tampoco lo es. Cuando dejes atrás tus hábitos antiguos, busca nuevas relaciones con personas saludables emocionalmente y cultívalas con respeto mutuo, sinceridad y empatía, no con necesidad. [13]
    • Por ejemplo, piensa un poco en algunas soluciones para tus problemas personales antes de recurrir a otras personas para pedir consejos. De esta forma, aprenderás a solucionar problemas, sin olvidar que los demás también podrían ofrecerte consejos prácticos.
    • Si te sientes completamente atrapado, busca la ayuda de un psicoterapeuta.
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