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En ocasiones, la muerte puede considerarse un tema tabú. A pesar de ser inevitable, muchas personas viven como si nunca nadie fuese a morir. Ante la muerte de un ser querido o ante la proximidad de la propia muerte, las personas se desesperan y sufren un gran impacto. No obstante, la muerte es lo único seguro en la vida y, como ser humano, es importante que aceptes esta realidad.

Método 1
Método 1 de 3:

Lamentar la muerte de un ser querido

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  1. Aceptar la muerte puede llevar algún tiempo, incluso en aquellos casos en los que se sabe que una persona morirá pronto. No existe una cantidad "normal" o establecida de tiempo para estar triste. Esta es una experiencia muy personal. [1] Permite que las sensaciones fluyan a través de ti, pero no te aferres a ellas.
    • Muchas personas creen que no deben llorar, enojarse o demostrar cualquier tipo de emoción ante la muerte de alguien. Sin embargo, la tristeza es un sentimiento natural y sano al lidiar con este tipo de situaciones. Si quieres mantener tus emociones en privado, tómate un tiempo y espacio a solas para procesar tus sentimientos.
    • Cuando estés solo, haz lo que sea necesario para liberar las emociones y el estrés. Grita, llora, escribe o reflexiona. Grita desde la cima de una montaña o golpea un saco de boxeo con los puños hasta que ya no sientas nada más. Algunas personas encuentran alivio al escribir sus emociones en un diario. Esta puede ser una excelente herramienta, en el caso de que no quieras compartir tus emociones con los demás.
  2. Quizás necesites algo de tiempo para hacer el duelo y procesar la situación sin tener que estar lidiando con las complicaciones diarias. Si necesitas unos días libres, habla con tu jefe para explicarle la situación y dile que necesitas tomarte un tiempo para recuperarte de la pérdida. Hay muchas posibilidades de que te comprenda. [2]
    • En el caso de que no puedas tomarte unos días, aprovecha al máximo tu tiempo fuera del trabajo. Si tienes hijos, contrata a una niñera para que los cuide y para que puedan hacer el duelo bajo la supervisión de un adulto. De esta manera, tendrás un tiempo a solas para procesar la situación.
    • Tras la muerte de un ser querido, tomarse unos días fuera del trabajo es una decisión normal y saludable. Lo que no es apropiado es renunciar al empleo y aislarse del mundo. No es necesario que olvides a la persona que ha fallecido, pero tampoco debes obsesionarte con su muerte para siempre.
  3. La muerte de un ser querido no implica que los recuerdos desaparezcan. Piensa en los momentos felices y divertidos que han compartido, en las cosas que te gustaban de él y en los motivos por los cuales valorabas sus cualidades. [3]
    • Puedes hacer un álbum de fotos y mirarlo cuando lo extrañes. Es posible que esto te despierte sensaciones desagradables, pero también te ayudará a recordar los maravillosos momentos compartidos.
    • Si la persona que ha fallecido era muy especial para ti, cuéntales a tus familiares, amigos o hijos cómo es que esta persona impactó positivamente en tu vida. Incluso podrías inspirar a los demás a ser amables, considerados y apasionados como la persona que has perdido.
  4. Quizás te sientas mejor al hablar con alguien que pueda escucharte sin juzgarte. Puede ser un familiar, amigo cercano de confianza o un terapeuta certificado. Una buena idea es hablar con alguien que no esté involucrado en la situación. [4]
    • Cuando te sientas muy mal, intenta liberar estas emociones. Quizás todo lo que necesites sea una persona que te escuche, sin necesidad de que te hable demasiado.
    • Escoge a una persona de confianza que sepas que no le contará a los demás lo que decidas contarle. Debe ser alguien que respete la confidencialidad. Al atravesar una experiencia traumática, te mereces tener tu propia privacidad. Si consideras que no hay nadie con quien puedas hablar con confianza, pide una cita con un terapeuta, un consejero o un pastor.
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Método 2
Método 2 de 3:

Seguir adelante con tu vida

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  1. Vive el presente y no te aferres al pasado. Cuando un ser querido muere, es necesario tomarse un tiempo para el duelo. Sin embargo, no debes pausar tu vida de manera permanente. Sigue luchando por tus sueños y enfócate en tus objetivos. Si hay algo que la muerte puede enseñar es que hay que valorar más la vida. Vive con pasión, alegría y determinación, como si cada día fuese el último. [5]
    • No sientas que seguir adelante significa que tienes que olvidar a un ser querido. De hecho, es probable que nunca superes completamente tu dolor. No obstante, con el tiempo, puedes aprender a canalizar dicho dolor hacia un aprecio por los ciclos de la vida y por los cambios que eso conlleva.
  2. Para estar en paz contigo mismo, enfócate en los momentos buenos, sin pensar en lo que podría haber sido. Acepta tus errores. Todos los seres humanos cometen errores. En ocasiones, lo único que se puede hacer es sentirse realmente arrepentido. Nada más. [6]
    • Piensa de manera racional. ¿Realmente ha sido tu culpa o sucedió algo que te impidió hacerlo? ¿Hay algo que puedas hacer hoy día para solucionarlo o ya ha pasado mucha agua bajo el puente?
    • Si aún te sientes culpable, habla con alguien conocido de la persona que ha fallecido. Seguramente, esta persona te consuele y reafirme que nada de lo que ha sucedido ha sido tu culpa.
  3. Si estás triste, posiblemente los demás también lo estén. Acompáñense entre sí, hablen de la persona que ha fallecido, mantengan su recuerdo vivo y apóyense mutuamente para superar este momento tan difícil. No alejes a las personas de ti, aunque tengas la necesidad de estar solo. Tras este episodio traumático, necesitarás que los demás te apoyen más que nunca. [7]
  4. Tira o guarda todo lo que pertenecía a esta persona o mascota: fotografías, tarjetas, papeles, notas, cartas, colchón, sábanas, prendas, calzados y accesorios. Si lo deseas, puedes renovar o pintar la habitación en la que solía dormir. Para poder seguir adelante, lo mejor será no estar rodeado de recuerdos. [8]
    • También puedes guardar sus cosas en el ático, sótano, garaje o en la unidad de almacén. Lo importante es que quites cuanto antes todo lo que pueda recordarte a esta persona o mascota.
    • Conserva algunos objetos de valor sentimental. Conservar sus joyas, taza o libro favorito te permitirá recordar a la persona fallecida. Por otro lado, dejar toda su ropa en el armario solo te hará aferrarte al pasado.
  5. Si te sientes deprimido, estancado o abrumado por tus sentimientos, pide una cita con un profesional de la salud mental. Busca un terapeuta de buena reputación en tu zona y págale una consulta. Es fundamental que puedas hablar con alguien. En ocasiones, conversar con tus amigos no será suficiente. Un profesional certificado te ayudará a lidiar con tus emociones para retomar el rumbo. [9]
    • Quizás la idea de visitar a un "psicólogo" te genere un poco de rechazo. Sin embargo, no debes sentir vergüenza por buscar ayuda profesional cuando no sepas cómo proceder. De todas formas, no es necesario que los demás sepan que pedirás una cita con un terapeuta si no lo deseas.
    • Antes de asistir a la consulta, lee reseñas y opiniones acerca del profesional. Busca en Internet perfiles de psicólogos en tu zona y asegúrate de evaluar sus especialidades, certificaciones y aranceles profesionales.
    • Si quieres hablar con alguien, pero no estás seguro de que la terapia individual sea adecuada para ti, considera la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo para las personas que han perdido recientemente a un ser querido.
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Método 3
Método 3 de 3:

Comprender las cinco etapas del duelo

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  1. En el año 1969, la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross publicó un libro llamado "Sobre la muerte y los moribundos" basado en su trabajo con pacientes terminales. Ella desarrolló un modelo al cual llamó las cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Todas las personas hacen el duelo de manera distinta y estas categorías no necesariamente se desarrollan en un orden establecido. Sin embargo, este modelo podría brindarte una perspectiva de tu propio proceso. [10]
  2. La primera reacción ante la muerte de un ser querido es negar la situación. Racionalizar las emociones abrumadoras es una reacción normal. De hecho, la negación es un mecanismo de defensa para aliviar el impacto inmediato. Esta es la primera etapa del dolor y el desconcierto. [11]
  3. A medida que desaparezcan los efectos de la negación, es posible que la dolorosa realidad comience a apoderarse de ti. Si no estás listo para lidiar con estos sentimientos, posiblemente desvíes inconscientemente tu atención hacia los demás (amigos, familiares, extraños e incluso objetos inanimados). Intenta conservar la perspectiva y reconocer esta evasión. Si bien no puedes cambiar tus sentimientos, puedes decidir que no te controlen. [12]
  4. Ante la vulnerabilidad y la impotencia, muchas personas intentan recuperar el control. En el caso de los pacientes terminales, generalmente toman medidas extremas para aferrarse a la vida. Durante el duelo, las personas suelen lamentarse y pensar "Si tan solo la hubiera acompañado", "Si hubiera llegado antes al hospital", etc., etc., etc. [13]
  5. Luego de la etapa de negociación, ya no podrás evitar la realidad. Quizás comiences a preocuparte por los gastos del entierro o tengas una sensación profunda de arrepentimiento, vacío, tristeza y soledad. Es posible que no tengas ánimos para tomar ninguna decisión en tu vida. Esta es una reacción normal y es parte del proceso de recuperación. No te apresures; tómate el tiempo que sea necesario.
  6. La etapa final del duelo comenzará cuando tomes la decisión de seguir adelante. Esta etapa está caracterizada por la aceptación y la calma. Acepta que tu ser querido ya no está y que debes seguir adelante con tu vida. Acepta el presente como una nueva realidad y afronta las consecuencias permanentes de los hechos. [14]
    • La aceptación no se producirá de la noche a la mañana. Esto no significa que estés feliz, sino que has podido superar la negación, la ira, la negociación y la depresión. Al igual que un bosque que se ha incendiado y comienza a recuperarse lentamente, a germinar y a florecer, tu vida también florecerá con nuevas esperanzas. Date tiempo.
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Consejos

  • El hecho de estar preparado o no para la muerte no hará que las cosas sean más fáciles. Aunque estés triste, no te responsabilices por su muerte ni te sientas culpable. Para mantener un buen estado de salud mental, llora y libera las emociones. Si bien será un proceso duro y doloroso, asegúrate de dar pasos de bebé todos los días e intenta distraerte. Igualmente, es importante que te tomes el tiempo necesario para hacer el duelo.
  • Sentirse listo para seguir adelante puede ser algo difícil, pero recuerda que el tiempo cura las heridas. Ten la seguridad de que algún día volverás a ser feliz .
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