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Un jardín de flores silvestres es un excelente elemento para añadir a cualquier propiedad. Estas flores, además de verse hermosas, son de relativamente bajo mantenimiento y necesitan de un menor cuidado que un césped promedio. Si quieres plantar tu propio jardín de flores silvestres, selecciona un terreno en tu propiedad que reciba la mayor cantidad de luz solar. Prepara la zona labrando la tierra para quitar el césped o la mala hierba y luego esparce las semillas y riégalas todos los días hasta que las flores empiecen a germinar.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Seleccionar el terreno y las flores adecuados

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  1. Las flores silvestres necesitan una gran cantidad de luz solar para florecer. Para empezar, inspecciona tu propiedad y busca el lugar más soleado. Planifica ubicar allí el jardín. [1]
    • Es posible que determinadas especies de flores silvestres tengan distintas necesidades en cuanto a la luz solar. Siempre debes revisar las instrucciones en el paquete de las semillas o consultar con un empleado del vivero.
  2. Por lo general, las flores silvestres crecen bien en la mayoría de los tipos de tierra, incluso con deficiencias, aunque es posible que algunas deficiencias inhiban el crecimiento. Después de encontrar un lugar soleado, realiza un análisis de la tierra de la zona. Compra un kit casero de prueba en un vivero o centro de jardinería y luego mezcla un poco de tierra con agua destilada y colócala en el kit. El resultado indicará si la tierra tiene una deficiencia de algún nutriente. [2]
    • Es posible que cada kit de prueba para la tierra tenga distintos procedimientos. Siempre debes seguir las instrucciones del producto que uses.
    • Si hay deficiencias de nutrientes en este lugar, de todos modos puedes plantar allí. Tan solo planifica abonar la zona antes de plantar las semillas.
  3. Por lo general, las semillas de flores silvestres vienen en paquetes ya hechos que mezclan varios tipos de flores. Los paquetes suelen incluir flores que se desarrollan bien en zonas geográficas o climas específicos. Busca un paquete que corresponda al lugar en donde vivas. [3]
    • Si no encuentras la mezcla de semillas que quieras en un vivero local, busca distintas mezclas en línea.
    • Asimismo, puedes mezclar tu propio paquete de semillas si lo prefieres. Compra entre 3 y 5 tipos distintos de semillas que sean adecuados para el lugar en donde vivas y mézclalos para obtener tu propia mezcla singular.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Preparar la tierra

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  1. Las heladas pueden matar una tanda de semillas antes de que germinen. Por ende, no debes comenzar a plantar hasta que pase por completo el riesgo de heladas. Revisa el pronóstico local del tiempo para asegurarte de que no esté previsto que haya más heladas. Luego, empieza con el proceso de siembra. [4]
  2. Con esto quitas las plantas en la zona que podrían inhibir el crecimiento de las flores silvestres. Usa un cultivador para moler hasta la tierra. Pásalo sobre toda la zona en donde quieras plantar. [5]
    • Si había césped alto en la zona, usa la cortadora de césped en la configuración más baja antes de pasar el cultivador.
    • Usa un rastrillo aireador si no tienes un cultivador a gas. Presiona con fuerza para arrancar el césped y la mala hierba. Quizás debas pasar un aireador manual sobre la zona varias veces.
  3. Usa un rastrillo de jardín de plástico o de metal y amontona todos los residuos que queden después de airear. Luego, colócalos en una bolsa o cubo y quítalos de la zona. [6]
    • Si hay un lugar para composta en tu propiedad, coloca allí estos residuos para reciclarlos.
    • Vuelve a airear si encuentras que aún hay césped y mala hierba pegados a la tierra al rastrillar. Esto puede hacer que empiece a crecer mala hierba que podría sobrepasar a las flores.
  4. Por lo general, no se recomienda abonar la tierra antes de plantar flores silvestres, ya que podría estimular el crecimiento de mala hierba. Sin embargo, si la prueba de la tierra mostró que a esta le faltaban nutrientes, será necesario que los repongas. Si solo falta un nutriente, elige un abono que contenga ese nutriente específico. Si hay deficiencias de todos los nutrientes principales de la tierra, emplea un abono generalizado 1-3-2, lo que significa que contiene 1 parte de nitrógeno, 3 partes de fósforo y 2 partes de potasio. [7]
    • Para aplicarlo de forma general, esparce entre 900 g y 1,4 kg (2 a 3 libras) de abono por cada 9 metros cuadrados (100 pies cuadrados) de jardín. Haz ajustes a la aplicación si el producto tiene indicaciones distintas. [8]
    • Si el abono tiene un rango de la cantidad que se deba aplicar, elige el extremo más bajo de esa recomendación. Por ejemplo, si el rango sugerido es de entre 1,4 y 2,3 kg (3 a 5 libras), opta por 1,4 kg. [9]
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Plantar las semillas

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  1. Suma el área total de jardín que estés planificando y, con esta proporción, determina la cantidad de semillas que debas usar. Mide esta cantidad y colócala en un esparcidor o cubeta, según el equipo que tengas. [10]
    • En el caso de las zonas más grandes, siembra a un ritmo de 4,5 kg (10 libras) por cada 0,4 hectáreas (1 acre).
    • Para calcular el área, mide la longitud y el ancho del jardín y luego multiplica estas dos cifras para obtener el área total. Haz que las medidas permanezcan coherentes. Si mediste en metros por un lado, no uses centímetros en el otro.
    • Esta es una recomendación general para la cantidad de semillas que debas esparcir. Consulta la recomendación del producto o con un empleado del vivero para saber si debes usar otra densidad.
  2. La arena ayuda a absorber la humedad y asegura que las semillas se distribuyan con uniformidad. Vierte la arena en el esparcidor y mézclala con las manos. Asegúrate de que las semillas y la arena se mezclen de manera uniforme. [11]
    • Asimismo, puedes mezclar los ingredientes en una cubeta y esparcir las semillas a mano. Usa la misma cantidad de arena que usarías si fueras a usar un esparcidor.
  3. Puedes ya sea caminar con un esparcidor o lanzar las semillas a mano. Trabaja siguiendo un patrón uniforme de forma que esparzas una capa pareja de semillas por el jardín. [12]
    • Esparce hasta que se te acaben las semillas. Si llegas al final del jardín y aún te quedan semillas, repite el procedimiento hasta que se te acaben.
  4. Con un rastrillo de jardín de plástico o de metal, mueve los 2,5 cm (1 pulgada) superiores de tierra. Esto asegura que haya un buen contacto entre la tierra y las semillas para estimular el crecimiento. [13]
  5. Las semillas de flores silvestres necesitan humedad para germinar. Humedece la tierra todos los días hasta que las semillas germinen. Cuando veas que empiezan a salir brotes de la tierra, las semillas habrán germinado con éxito. Para este punto, las flores silvestres no necesitan tanto mantenimiento. [14]
    • Evita ahogar las semillas. Aplica apenas el agua suficiente como para que la tierra permanezca húmeda.
    • No debes regar en los días que llueva.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Mantener el jardín

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  1. Mientras las semillas no germinen, los pájaros podrían comérselas. Puedes proteger las semillas de varias formas hasta que las flores empiecen a crecer. [15]
    • Entre los métodos populares poco sofisticados se encuentran colocar un espantapájaros, colgar cinta adhesiva reflectante alrededor del jardín y cubrir las semillas con redes.
    • Si quieres un enfoque más tecnológico, los aspersores con activación por movimiento espantarán a los pájaros.
    • Si los pájaros llegan a las semillas, esparce un poco más para reemplazarlas.
  2. En general, las flores silvestres pueden crecer junto a la mala hierba, pero es posible que algunos tipos más invasivos de mala hierba sobrepasen a las flores. Monitorea el jardín y quita la mala hierba que veas para que el jardín permanezca saludable. [16]
    • Si usas un herbicida, siempre debes asegurarte de que sea seguro usarlo con las flores.
  3. Para el otoño, la mayor parte de las flores silvestres dejarán de florecer. En este momento, pasa la cortadora de césped a su máxima configuración sobre las flores. Si las semillas eran estacionales, labra la tierra para prepararla para volver a plantar la siguiente temporada. [17]
    • Aunque hayas plantado flores perennes, córtalas a entre 10 y 15 cm (4 a 6 pulgadas) para ayudar a que empiecen a hibernar y regresen el año siguiente.
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Consejos

  • En ocasiones, la mala hierba y las flores silvestres tienen un aspecto similar. Para poder distinguir las flores de la mala hierba, los profesionales recomiendan que plantes cada tipo de semilla en una maceta aparte y dejes que crezca. Con esto tendrás una guía de referencia de las flores que deban estar en tu jardín y las que sean intrusas. Esto te ayudará a no arrancar una flor por accidente al momento de quitar la mala hierba.
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Cosas que necesitarás

  • semillas de flores silvestres
  • cultivador
  • rastrillo
  • esparcidor
  • agua
  • arena

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