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La diabetes es una enfermedad crónica relacionada con la ausencia de producción de insulina en el páncreas o una reducción en la sensibilidad a sus efectos por parte de las células. Las células necesitan insulina para asimilar la glucosa. Si la diabetes no se trata, el nivel continuamente alto de glucosa en la sangre ocasionará daños a los órganos y los nervios, sobre todo los nervios periféricos pequeños que llegan hasta los ojos, las manos y los pies. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU., entre el 60 y el 70 % de los diabéticos padece algún tipo de daños a los nervios (neuropatía). [1] Con frecuencia, la primera de estas partes del cuerpo en mostrar síntomas relacionados con la diabetes son los pies. Por tanto, te será útil aprender cuáles son estos síntomas y revisar regularmente para ver si los detectas de forma que puedas prevenir la discapacidad y los daños irreversibles.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Buscar cambios en la sensibilidad en los pies

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  1. La pérdida de sensibilidad y el entumecimiento en los pies son unos de los primeros síntomas, y también unos de los más comunes, de la neuropatía periférica que suelen detectar los diabéticos. [2] La neuropatía puede empezar en los dedos de los pies y luego propagarse al resto del pie, después hacia arriba por la pierna distribuyéndose de una forma parecida a una media. Por lo general, ambos pies suelen ser afectados, aunque es posible que el problema sea más notorio primero en uno que en el otro.
    • Otro problema que se relaciona con el entumecimiento es una reducción en la capacidad para sentir el dolor ocasionado por las temperaturas extremas (ya sea muy calientes o muy frías). Esto ocasiona que los diabéticos corran un mayor riesgo de quemarse al tomar un baño caliente o de sufrir congelamiento durante el invierno.
    • El entumecimiento crónico podría evitar que un diabético sepa que se ha cortado el pie o que este está ampollado o ha sufrido cualquier otro tipo de lesión. Este fenómeno ocurre con frecuencia entre los diabéticos y puede dar como resultado la infección del pie. En algunos casos, la neuropatía es tan grave que el pie permanece infectado durante un largo periodo de tiempo sin que el paciente se dé cuenta de ello, ocasionando que la infección se propague hasta un nivel profundo dentro del tejido e incluso pueda llegar a afectar el hueso, lo cual podría hacer que sea necesario un largo curso de antibióticos intravenosos y podría poner en riesgo la vida del paciente.
    • El entumecimiento y otros síntomas de la neuropatía periférica suelen empeorar por la noche, cuando el paciente está en la cama.
  2. Las sensaciones incómodas, como el hormigueo, el cosquilleo o el dolor ardiente, constituyen otros síntomas comunes. [3] Estas sensaciones podrían asemejarse a lo que sientes cuando tu pie se "duerme" y luego la sangre empieza a circular hacia él de nuevo. Estas sensaciones incómodas se conocen como parestesia y oscilan entre leves y graves. Por lo general, no afectan a ambos pies en la misma medida.
    • Las sensaciones de hormigueo y ardor suelen empezar en la planta de los pies, aunque también pueden desplazarse hacia arriba por las piernas.
    • En ocasiones, estas sensaciones extrañas pueden asemejarse a una infección micótica (como el pie de atleta) o a una picadura de insecto. Sin embargo, el pie de un diabético no suele ocasionar tanta comezón.
    • La neuropatía periférica se desarrolla en los pies debido a la gran cantidad de azúcar (glucosa) en la sangre, la cual tiene un efecto tóxico y destructivo sobre las fibras pequeñas de los nervios.
  3. El incremento en la sensibilidad al tacto es otro cambio en las sensaciones percibidas por el pie y ocurre en una minoría de los diabéticos. [4] En este caso, el resultado más común (es decir, el entumecimiento y la reducción en la sensibilidad en los pies) es reemplazado en algunos diabéticos por una sensibilidad excesiva o hipersensibilidad al tacto. Por ejemplo, a los diabéticos que padezcan este problema podría resultarles agonizante incluso el peso de una sábana sobre sus pies.
    • Las complicaciones de este tipo en los pies pueden asemejarse a un ataque de gota o a la artritis inflamatoria grave o ser diagnosticadas como tales.
    • A menudo, se describe al dolor asociado a este incremento en la sensibilidad como un dolor de naturaleza eléctrica o un dolor ardiente.
  4. La progresión de la neuropatía periférica ocasiona que esta empiece a afectar los músculos de los pies. Los calambres o dolores agudos en los pies, sobre todo en las plantas, son uno de los primeros síntomas de una afección muscular en un diabético. [5] Los calambres y dolores pueden llegar a ser tan graves como para ocasionar que un diabético no pueda caminar y podrían empeorar particularmente por la noche, cuando esté en la cama.
    • Cuando ocurre un calambre muscular regular, puedes ver al músculo en sí contraerse o crisparse. Sin embargo, los calambres en los pies propios de los diabéticos no siempre pueden detectarse a simple vista.
    • Además, los calambres y dolores en los pies que experimentan los diabéticos no mejorarán ni desaparecerán después de una caminata, como ocurre con los calambres regulares.
    • A veces, los calambres y dolores en los pies relacionados con la diabetes pueden asemejarse a una fractura por sobrecarga o al síndrome de las piernas inquietas y diagnosticarse como tales.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Buscar otros cambios en los pies

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  1. Conforme el alto nivel de glucosa se vaya introduciendo en los nervios, el agua le seguirá el paso y también se introducirá en los nervios mediante la ósmosis. Esto ocasiona que los nervios se inflamen y, debido a esto, pierdan su suministro de sangre, por lo que mueren un poco. Si un nervio suministraba a un músculo y luego muere, el músculo dejará de recibir estímulos de este nervio. Cuando esto ocurre, el músculo se atrofia (es decir, se marchita) y, como consecuencia, tus pies podrían tener una apariencia más pequeña (consumida) y tu andar (tu forma de caminar) podría verse afectado por la debilidad en los pies, ocasionando que te tambalees y estés un poco inestable. No es inusual ver a personas que hayan padecido diabetes por mucho tiempo usar bastones para caminar o sillas de ruedas.
    • Además de la debilidad en los pies y los tobillos, también se dañan los nervios que le proporcionan a tu cerebro retroalimentación para la coordinación y el equilibrio. Esto ocasiona que a los diabéticos les resulte muy difícil caminar rápidamente.
    • Los daños a los nervios y la debilidad en los músculos de los tobillos o de los tendones también ocasiona una reducción en los reflejos. Por tanto, si golpeteas el tendón de Aquiles de un diabético, solo obtendrás como máximo una reacción débil (una sacudida del pie).
  2. Es probable que la debilidad en los músculos de los pies y el cambio en tu andar ocasionen que camines de manera anormal, lo cual ejercerá una presión adicional sobre los dedos de los pies. Esto, junto con los cambios inusuales en el peso, puede ocasionar deformidades en los pies, como el dedo en martillo. [6] Este último se da cuando uno de los tres dedos en la parte central del pie se deforma a partir de la articulación distal. Esto hace que parezca doblado o se asemeje a un martillo. Aparte de este tipo de deformidades, el andar desigual y el desequilibrio pueden ocasionar que se ejerza una mayor presión de lo normal sobre determinadas partes del pie, lo cual dará como resultado úlceras por presión. Luego, estas pueden infectarse y ocasionar, a su vez, una gran cantidad de problemas.
    • A veces, el dedo en martillo se corrige solo con el paso del tiempo. Sin embargo, por lo general, se necesita cirugía para ello.
    • Otra deformidad común del dedo gordo del pie en los diabéticos es el juanete. Este ocurre cuando el dedo gordo del pie se empuja constantemente hacia los demás dedos.
    • Para reducir el riesgo de deformidades, es de especial importancia que los diabéticos usen zapatos que les brinden una gran cantidad de espacio a los dedos del pie. Las mujeres diabéticas particularmente deben abstenerse de usar zapatos de tacón.
  3. La complicación más seria con la que deben lidiar los diabéticos, aparte de las caídas y las rupturas de los huesos al caminar, son las lesiones en los pies. [7] Los diabéticos tienden a no sentir las lesiones menores, como las abrasiones, los cortes pequeños, las ampollas o las picaduras de insectos, debido a la ausencia de sensibilidad. Esto ocasiona que estas lesiones menores se infecten y, si no se las trata a tiempo, pueden conducir a la pérdida de los dedos de los pies o del pie en su totalidad.
    • Entre los síntomas visuales de una infección se encuentran la inflamación significativa, la descoloración (los matices rojos o azulados) y la secreción de pus blanquecino u otros fluidos de la herida.
    • Apenas la herida empiece a rezumar pus y sangre, la infección por lo general empezará a tener mal olor.
    • Las personas con diabetes crónica también tienen una menor capacidad para sanar debido a que sus sistemas inmunológicos se debilitan. Por tanto, las heridas menores persisten durante mucho más tiempo, incrementando la posibilidad de que se infecten.
    • Se necesita atención médica inmediata si una lesión menor se convierte en una llaga abierta de apariencia seria (como un afta grande).
    • Es recomendable que los diabéticos revisen las plantas de sus pies alrededor de una vez por semana y que, en todos sus chequeos médicos, el doctor inspeccione muy de cerca sus pies.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Buscar otros síntomas de neuropatía

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  1. La neuropatía periférica suele empezar en la parte inferior de las extremidades (particularmente de los pies) pero, a la larga, también afecta los nervios periféricos pequeños que inervan los dedos, las manos y los brazos. [8] Por esta razón, debes prestar mucha atención a tus manos en caso de que detectes los síntomas y complicaciones potenciales de la diabetes mencionados anteriormente.
    • La progresión de las complicaciones en la parte superior de las extremidades forma un patrón parecido a un guante (empezando por las manos y luego desplazándose hacia arriba por los brazos), de forma similar al patrón de media de la distribución de los síntomas en los pies.
    • Los síntomas relacionados con la diabetes en las manos podrían asemejarse al síndrome del túnel carpiano o a la enfermedad de Raynaud (en donde las arterias se estrechan más de lo normal debido a la exposición a las bajas temperaturas) o diagnosticarse como tales.
    • Debido a que los pies suelen estar cubiertos por calcetines y zapatos, es mucho más fácil revisar y estar pendiente de las manos regularmente en comparación con los pies.
  2. El sistema autonómico abarca los nervios que controlan de forma automática la frecuencia cardiaca, la vejiga, los pulmones, el estómago, los intestinos, los genitales y los ojos. La diabetes (hiperglucemia) puede afectar estos nervios y ocasionarles diversas complicaciones, como un incremento en la frecuencia cardiaca, hipotensión, retención o incontinencia urinaria, estreñimiento, hinchazón, pérdida del apetito, dificultad para tragar, disfunción eréctil y sequedad vaginal. [9]
    • Un síntoma de la neuropatía autonómica es la sudoración descontrolada (o la ausencia total de sudor) en los pies y otras partes del cuerpo.
    • Cuando la neuropatía autonómica se propaga, a la larga ocasiona insuficiencia en los órganos, como enfermedades cardiovasculares o insuficiencia renal.
  3. La neuropatía tanto periférica como autonómica, así como también la destrucción de los vasos sanguíneos pequeños a causa de la toxicidad de la glucosa, tienen un impacto negativo sobre los ojos. [10] La ceguera suele ser uno de los peores miedos de los diabéticos, aparte de la preocupación por la infección y la posible amputación de los pies o las piernas. Entre las complicaciones relacionadas con la diabetes en los ojos se encuentran la dificultad para adaptarse a condiciones de poca iluminación, la visión borrosa, los ojos llorosos y la reducción gradual de la agudeza visual, lo cual ocasiona la ceguera.
    • La causa más común de la pérdida de visión en los diabéticos es la retinopatía diabética, la cual afecta los vasos sanguíneos en la retina del ojo.
    • De hecho, los diabéticos adultos tienen una probabilidad entre 2 y 5 veces mayor de desarrollar cataratas que las personas que no sean diabéticas. [11]
    • Las enfermedades oculares debido a la diabetes también incrementan el riesgo de desarrollar cataratas (la nubosidad en la lente) y glaucoma (el incremento en la presión y el daño al nervio óptico).
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Consejos

  • Si tienes diabetes, aunque la controles mediante medicamentos, debes revisarte los pies a diario para ver si has desarrollado complicaciones relacionadas con esta enfermedad.
  • Si detectas alguno de los síntomas mencionados en este artículo, debes programar una cita con tu doctor familiar o con un especialista en diabetes para que te revise.
  • Córtate las uñas regularmente (entre cada 1 o 2 semanas). Si temes lastimarte los dedos de los pies, puedes visitar a un podólogo.
  • Siempre usa zapatos y calcetines o, si estás en casa, usa pantuflas. No camines descalzo ni uses zapatos muy ajustados, ya que esto hará que corras un mayor riesgo de desarrollar ampollas.
  • Si padeces diabetes, quizás te hayas dado cuenta de que tus pies tienden a sudar más y tienen una apariencia lustrosa. Si es así, puedes cambiarte de calcetines con mayor frecuencia para que estos no se queden mojados.
  • Lávate los pies todos los días con agua tibia (pero no caliente) jabonosa, enjuágalos bien y sécalos con toques aislados pero sin frotarlos. También asegúrate que la zona entre los dedos de los pies quede bien seca.
  • También puedes sumergir los pies con frecuencia en un baño de sales, ya que esto desinfecta la piel y reduce el riesgo de contraer infecciones bacterianas.
  • Si tus pies están secos, pueden agrietarse y desarrollar úlceras por presión. Por tanto, mantenlos humectados lubricando las zonas secas con loción o vaselina. Sin embargo, nunca debes aplicarte estos productos entre los dedos de los pies.
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Advertencias

  • Si notas que alguna parte de tus pies tiene un color negro o verde, debes comunicarte con tu doctor de inmediato, ya que esto podría indicar gangrena (la muerte de los tejidos).
  • Si te aplicas loción entre los dedos de los pies, esto propiciará el desarrollo de hongos .
  • Consulta de inmediato con tu doctor si tienes una llaga en el pie o una herida que no sane.
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