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Puedes usar las semillas de sésamo tostadas en muchas recetas, rociarlas sobre todo tipo de platillos y agregarlas a tus alimentos para añadir sabor y un toque crujiente. Tostar las semillas crudas es sencillo y rápido, siempre y cuando las cuides para que no se quemen.

Método 1
Método 1 de 3:

Tostado rápido

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  1. Si no detectas polvo o pequeñas piedras en las semillas de sésamo, puedes ponerlas directamente en una olla o sartén. Calienta a fuego medio o bajo, revolviendo ocasionalmente, por entre dos y tres minutos o hasta que las semillas adquieran un color café, brillen y salten o estallen ocasionalmente. [1]
    • No añadas aceite a la sartén.
    • Si deseas lograr un mayor sabor a nuez, prueba directamente con el método de tostado más prolongado y profundo.
  2. Alternativamente, puedes precalentar el horno a 175 ºC (350 ºF) y extender las semillas sobre una fuente de hornear sin aceitar. Hornea hasta que estén levemente doradas, sacude suavemente la fuente cada pocos minutos a fin de que el calor se reparta más uniformemente. [2] Por lo general, este proceso se lleva entre ocho y quince minutos, dependiendo del grosor de la capa de semillas de sésamo.
    • Usa una fuente de horno profunda, a fin de evitar que las semillas se vuelquen.
    • Las semillas de sésamo se pueden quemar con rapidez si la temperatura sube mucho. Permanece en la cocina y no olvides revisarlas frecuentemente.
  3. Una vez que las semillas estén tostadas con cualquiera de ambos métodos, pásalas a una fuente fría y déjalas enfriar hasta que estén a temperatura ambiente. Considera que se enfriarán más rápido sobre una superficie de metal que sobre una de plástico o vidrio.
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Método 2
Método 2 de 3:

Tostado profundo

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  1. Las semillas de sésamo con cáscara tienen una cubierta opaca y dura de un color que puede variar desde el blanco grisáceo al negro. Las semillas peladas son siempre muy blancas, casi traslúcidas y brillosas. [3] Puedes tostar cualquiera de ambos tipos de semillas, pero las que no están peladas son más crocantes y tienen un sabor ligeramente diferente. Además, considera que las semillas con cáscara contienen más calcio pero también que podrían ser más difíciles de digerir, a no ser que planees molerlas, por lo que su valor nutricional es comparable. [4]
    • Mientras que puedes remojar las semillas sin pelar durante la noche y luego quitarles la cáscara a mano, el proceso es dificultoso y rara vez se hace en casa. Podrás conseguir ambas variedades en una tienda de alimentos asiáticos y a menudo también en las tiendas de productos occidentales.
  2. Enjuaga las semillas en un colador de malla fina debajo del chorro de agua hasta que esta salga limpia. Si las semillas proceden directamente de la granja o el agua se ensucia mucho, tal vez quieras sumergirlas en un recipiente con agua, revolverlas por un par de minutos y dejarlas remojar. Retira el polvo que suba a la superficie y las piedras que se asienten en el fondo. [5]
    • El enjuague no afectará negativamente el poder nutrimental de las semillas. Algunos hasta prefieren remojarlas toda la noche para germinarlas, proceso que podría mejorar la facilidad para digerir ciertos nutrientes. [6] Sin embargo, estas semillas germinadas generalmente se comen crudas, no tostadas.
  3. Pasa las semillas enjuagadas a una sartén seca u olla y coloca a fuego alto. Revuelve ocasionalmente con una cuchara de madera, pero vigila las semillas constantemente, ya que se pueden quemar con rapidez si la temperatura sube demasiado. Por lo general, este paso se lleva unos diez minutos. Una vez que estén secas, notarás que las semillas se sienten y suenan diferentes cuando las revuelves y que no queda nada de humedad en el fondo de la sartén. [7]
  4. Continúa revolviendo ocasionalmente durante los siguientes siete u ocho minutos. Cuando las semillas estén totalmente tostadas tendrán un color café claro, brillarán y comenzarán a saltar o a estallar en la sartén. [8]
    • Toma unas pocas semillas con la cuchara y apriétalas con tus dedos. Sabrás que ya están tostadas cuando se hagan polvo al aplastarlas con los dedos y, además, porque tendrán un sabor más intenso que las crudas.
  5. Extiende las semillas tostadas sobre una fuente metálica para hornear y deja que se enfríen hasta alcanzar la temperatura ambiente. Guarda todas las semillas que no uses inmediatamente dentro de un envase hermético en el refrigerador o congelador.
    • Las semillas se conservarán frescas en el refrigerador por más de un año, pero con el tiempo perderán parte de su sabor. [9] Antes de usarlas, vuelve a tostar las semillas en seco por un par de minutos a fin de que recuperen parte de su sabor.
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Método 3
Método 3 de 3:

Uso de las semillas tostadas

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  1. Las semillas de sésamo son un ingrediente básico en la cocina en todo el mundo, desde Corea hasta el Líbano. Rocía las semillas tostadas sobre prácticamente cualquier platillo de verduras, ensalada, arroz o postre.
    • Opcionalmente, muele las semillas en un procesador de alimentos, licuadora o mortero si prefieres un polvo menos crocante, o si deseas agregarlas a un licuado.
    • Puedes preparar tus propios aderezos con las semillas de sésamo añadiéndoles sal o pimienta.
  2. Prepara pasta de ajonjolí . El único ingrediente extra que necesitarás es aceite de oliva. El aceite de oliva es una elección tradicional que añade su propia nota de sabor, pero también puedes usar aceite de sésamo o de canola para obtener un sabor a ajonjolí más intenso. [10] Simplemente pon las semillas tostadas en un procesador de alimentos y añade una cucharada de aceite a la vez, hasta que obtengas una pasta de consistencia suave pero firme. [11]
    • Da el paso siguiente y convierte la pasta de sésamo en humus .
  3. Las semillas de sésamo tostadas le aportan un gran sabor a las galletas y las puedes agregar con toda tranquilidad a las recetas sin gluten. En muchas partes del mundo, las semillas de sésamo tostadas se cocinan con mantequilla o miel para preparar caramelos cubiertos.
  4. Rocía unas pocas sobre cada tortita de falafel, agrega una cucharada pocos minutos antes de que el salteado esté listo o añade al aderezo de la ensalada.
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Consejos

  • Hasta las semillas de ajonjolí tostadas comerciales (bokkeun-khae o bokkeum-khae en las tiendas coreanas) se beneficiarán si las tuestas un par de minutos para refrescar su sabor a nuez. [12] Este procedimiento es especialmente útil si absorbieron humedad dentro del envase.
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Advertencias

  • Cuando tuestes semillas de sésamo secas, evita elevar demasiado la temperatura o se quemarán.
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Cosas que necesitarás

  • Sartén
  • Envase hermético
  • Embudo (opcional, para facilitar el llenado del envase)

Acerca de este wikiHow

Resumen del artículo X

Si quieres tostar semillas de sésamo, lávalas con un colador de malla fina en el grifo. Echa las semillas en una sartén seca y caliéntalas a fuego alto hasta que estén secas, lo cual tomará unos 10 minutos. Revuelve las semillas de vez en cuando con una cuchara de palo y vigílalas bien, porque se pueden quemar fácilmente. Baja el fuego a uno medio y sigue tostándolas otros 6 a 7 minutos más, revolviendo ocasionalmente. Cuando estén bien tostadas, tendrán un color dorado claro y brillante. Las semillas se conservarán bien en el refrigerador o congelador por un máximo de 1 año. Si quieres aprender a usar las semillas de sésamo tostadas en recetas variadas, ¡sigue leyendo!

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