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Congelar col rizada es excelente para preservarla para después, además podrás estar seguro de tener verduras frescas y saludables cuando no sea la época de tenerlas. El truco para congelarla es lavarla y blanquearla primero, ya que así se conservará el sabor por más tiempo. No solo eso, pero si la congelas en porciones individuales, estará lista para que la saques del congelador cada vez que la necesites.

Método 1
Método 1 de 3:

Lavar y blanquear la col rizada

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  1. Para congelar la col rizada, primero hay que lavarla, blanquearla y pasarla por agua muy fría para ayudar a preservar su sabor mientras está congelada. Para hacerlo, necesitarás la cantidad que tengas pensado congelar y unos cuantos utensilios de cocina simples, que incluyen los siguientes:
    • cuchillo
    • olla grande
    • tazón grande
    • colador o escurridor
    • 4 secadores de cocina limpios
    • tenazas de cocina
    • espumadera
  2. Lava las hojas con agua del grifo para quitar la tierra, los insectos y demás impurezas. [1] Pon las hojas sobre un secador limpio para quitar el exceso de agua. Corta los extremos de los tallos y luego corta los tallos en trozos de 3 cm (1 pulgada). Resérvalos. Puedes dejar las hojas enteras, cortarlas en tiras o a la mitad para preservarlas.
    • Los tallos de la col rizada son nutritivos, pero pueden hacer que la col quede dura. Puedes quitarlos antes de congelarla, si así lo deseas.
    • Para quitarlos, corta el extremo inferior de cada tallo (donde no tenga hoja) y luego pela las hojas desde la vena central que va por el centro de la col.
    • Lavar la col antes de congelarla hará que sea más práctico para cuando la necesites.
  3. El blanqueado es un proceso de dos partes que consiste en hervir la col durante unos minutos y luego sumergirla en agua con hielo. Para preparar el agua para el proceso, necesitarás hacer lo siguiente: [2]
    • Llena una olla grande con agua y ponla a hervir a fuego medio alto.
    • Llena un tazón grande con partes iguales de hielo y agua fría.
    • Ten un colador o escurridor a la mano para que puedas escurrir el agua de las hojas.
  4. Cuando el agua rompa el hervor, añade los trozos de tallo y hiérvelos durante 3 minutos. Debido a que los tallos son más gruesos y duros, necesitan hervirse más que las hojas. [3]
    • Hervir los tallos y las hojas por separado te garantizará no pasarte de cocción con las hojas ni dejar los tallos crudos.
    • Si has tirado los tallos a la basura o los has usado para otra receta, ve directo al paso de blanquear las hojas.
  5. Usando tenazas de cocina, introduce las hojas de col rizada en el agua hirviendo. Llena la olla lo más que puedas, pero sin atiborrarla con las hojas. Hierve todo durante 2,5 minutos. [4]
    • Haz el proceso en tandas si tienes más de una olla de col rizada. Asegúrate de que el agua vuelve a hervir antes de echar más hojas.
    • Blanquear las verduras de esta manera matará las enzimas y las bacterias que pueden destruir el color, el sabor y los nutrientes. Matar estas enzimas, por lo tanto, te permitirá almacenar la col rizada por más tiempo. [5]
  6. Usa una espumadera para sacar la col rizada del agua hirviendo. Sumérgela de inmediato en agua con hielo para cortar el proceso de cocción. Déjala en el baño de hielo durante 2,5 minutos (el mismo tiempo de cocción). [6]
    • Si vas a trabajar por tandas, añade más hielo después de cada tanda para que la col se enfríe.
    • Sumergir las hojas en el agua con hielo preservará su color verde vivo y evitará que se pasen de cocción.
  7. Saca las hojas del baño de hielo con una espumadera. Pásalas al colador y deja escurrir el exceso de agua. Agita el colador regularmente para ayudar a que el agua caiga. [7]
    • Pon 2 secadores de cocina limpios sobre un área de trabajo plano. Cuando casi toda el agua haya escurrido, dispón las hojas sobre los secadores.
    • Usa los otros 2 secadores para secar la col rizada lo más que puedas.
    • Pon la col a un lado para que termine de secar naturalmente. Entre más seco esté cuando lo congeles, se formarán menos cristales de hielo y podrá resistir más tiempo a la quemadura por congelación.
    • Secar la col es importante si tienes pensado congelar hojas enteras, pero no lo es si vas a hacer puré de col rizada para congelar.
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Método 2
Método 2 de 3:

Congelar hojas enteras

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  1. Puedes hacerlo según tus preferencias personales o los tipos de recetas que tengas pensado hacer. Por ejemplo, si tienes pensado usarla para tus batidos y solo necesitas 1 taza de col por cada porción, divide la col en porciones de 1 taza (70 g).
    • En este paso, también podrás picarla en trozos más pequeños si sabes que vas a usar las hojas así para cuando las descongeles.
  2. Pon las porciones de col en bolsas de congelador resistentes con cierre. Quita la mayor cantidad posible de aire y luego séllalas casi del todo. Para quitar el resto de aire, introduce una pajilla en la abertura y succiona el aire. Luego, quita la pajilla y sella rápidamente la bolsa en su totalidad. [8]
    • El aire y el agua son dos de los mayores culpables de la quemadura por congelación. Al congelar la col y quitar todo el aire de la bolsa quedará protegida de la quemadura por congelación.
    • También puedes usar un sellador al vacío de cocina si tienes uno. Este será excelente para quitar el aire.
  3. Con un marcador, escribe en cada bolsa la cantidad de col rizada que contengan y la fecha en que las hayas puesto a congelar. [9] Así sabrás cuánto tiempo llevan congeladas, para cuándo tendrás que consumirlas y qué tamaño de porción contiene cada bolsa.
    • Etiquetarlas es importante, porque, si bien ahora sabes cuánta col hay en cada bolsa, ¡podrías olvidarlo de aquí a 10 meses cuando las uses!
  4. Pon la col rizada embolsada y etiquetada en el congelador para almacenarla. Con el blanqueado, el baño con hielo y el almacenamiento correcto, se conservará por un máximo de 12 meses. [10]
    • Para usar la col rizada, saca las porciones que necesites del congelador y úsalas de inmediato en tus recetas o déjalas descongelar durante 1 hora antes de picarla.
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Método 3
Método 3 de 3:

Congelar puré de col rizada

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  1. Corta la col en cuartos y echa unos cuantos manojos a la licuadora. Mide 1 taza (250 ml) de agua y vierte un poco sobre la col. Enciende la licuadora y presiona el botón “Pulsar” unas cuantas veces para romper la col. Añade unos cuantos manojos más de col y otro chorro de agua. Repite estos pasos hasta hacer puré con toda la col que tengas. Usa como máximo 1 taza de agua si es necesario. [11]
    • Puedes licuar la col cruda o una vez blanqueada y sumergida en agua fría, pero asegúrate de que esté limpia.
    • El puré de col rizada es excelente para agregarlo a sopas, batidos y demás platillos donde no quieras sentir el sabor.
    • Este método no es el adecuado para ensaladas, para los chips de col rizada y demás recetas que requieran de hojas de col enteras.
  2. Para que el puré de col rizada sea más fácil de usar, distribúyelo en cubeteras de hielo, moldes de muffin o de minimuffin . [12] Pon los moldes en el congelador y deja que el puré se congele, lo cual tomará unas 3 horas.
    • Para congelar el puré de col en porciones específicas, usa una taza medidora para verterlo en el molde.
  3. Cuando el puré esté bien congelado, desmóldalo de las cubeteras de hielo o los moldes para muffin y pon los cubos en una bolsa de congelador de plástico con cierre. Así, podrás volverlos a usar y hará que el puré sea más fácil de almacenar. [13]
    • Para prevenir la quemadura por congelación, quita la mayor cantidad posible de aire de la bolsa antes de sellarla.
    • Pon la bolsa en el congelador para conservar la col rizada por unos meses como máximo.
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