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Una relación codependiente puede manifestarse de muchas maneras: quizás fomentes el alcoholismo de tu pareja o seas una persona complaciente que teme decir que no. La codependencia podría girar en torno a los fármacos o los estupefacientes, el abuso emocional, físico o sexual, el dolor crónico o una enfermedad mental. [1] Una relación codependiente se da cuando una persona da amor al brindar ayuda mientras que la otra siente amor al recibir dicha ayuda. [2] Si bien es cierto que este intercambio podría sentirse bien por un tiempo, no está hecho para durar; en algún momento, la persona será infeliz. La mejor solución para este tipo de relación suele ser ponerle un fin.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Terminar la relación

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  1. Quizás sientas como si no tuvieras opciones en esta relación. Sin embargo, sí tienes la libertad de amar a alguien porque lo decidas y no por medio de la dependencia. Tienes la libertad de dejar una relación destructiva o dañina. [3] Reconoce tu habilidad de elegir lo que quieres y lo que mejor te sirve.
    • La relación podría parecer como si le sirviera más a la otra persona que a ti. ¿Es tu responsabilidad ocuparte de ella? Piensa en las opciones que tienes y que ella también es capaz de tomar decisiones.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Lauren Urban, LCSW

    Psicoterapeuta licenciada
    Lauren Urban es psicoterapeuta en Brooklyn, Nueva York, con más de 13 años de experiencia en terapia trabajando con niños, familias, parejas y personas. Recibió su maestría en Trabajo Social en Hunter College en 2006, y trabaja con clientes para ayudarles a cambiar sus circunstancias y sus vidas.
    Lauren Urban, LCSW
    Psicoterapeuta licenciada

    Las relaciones codependientes conllevan ansiedad y depresión. Lauren Urban, psicoterapeuta, comenta: "Muchas personas en relaciones codependientes afirman sentir ansiedad y depresión. También se sienten invadidas, pero no están seguras de cómo salir de la relación . La razón por la que es codependiente y no solo dependiente es que hay una diferencia de poder específica en el interior. Ambas personas obtienen algo de la relación y satisfacen una necesidad poco saludable".

  2. Es común que las personas codependientes se concentren en el cuidado de la otra persona que descuidan sus propias necesidades y se desvinculan de sus propios deseos, anhelos y necesidades. [4] Si quieres terminar la relación, ten una actitud firme para afirmar su fin y ten en cuenta que esta decisión es lo que quieres y necesitas. Antes de tener la conversación, hazte recordar que tienes una actitud firme en cuanto a tu decisión y no tienes la disposición de renegociar la relación o darle “otra oportunidad”.
    • Lo más probable es que ya que le hayas dado “solo otra oportunidad” sin que haya muchos cambios.
    • Si terminas la relación codependiente pero esa persona sigue en tu vida (ya sea un padre o un hermano), mantén una actitud firme para afirmar tus límites.
    • Ten una actitud firme, incluso cuando te suplique para seguir contigo. Dile “Lo he pensado mucho y tengo seguridad en mi decisión. No tengo la disposición de dudar de ella”.
  3. Terminar una relación codependiente podría ser difícil por el simple hecho de marcharte de ella y podría requerir una discusión. La otra persona podría sentirse confundida si la dinámica de la relación cambia de repente y si ya no se satisface sus necesidades de la misma forma sin una explicación. Escoge un momento en el que no haya interrupciones y comienza la discusión.
    • Puedes decir “He notado que la manera en que interactuamos no es saludable. Estoy notando lo poco que me ocupo de mí. Me es importante mantener unos límites, lo que significa dar por terminada la relación que tengo contigo”.
  4. Es posible que la otra persona no tome bien tu decisión. Podría reaccionar con ira, cólera, aflicción, dolor o tristeza. Incluso si te amenaza, mantén la calma en tu conducta. No levantes la voz, ni grites o maldigas. Si grita, responde con una voz suave y delicada. Es probable que copie tu comportamiento. [5]
    • Si comienza a acusarte, dile “No quiero hablar de temas del pasado o tener una discusión contigo. Te estoy diciendo lo que siento y que te dejo”.
    • Para mayor información, revisa cómo calmar a una persona enojada .
  5. Depende de ti cuánto quieras discutir con esa persona. Quizás quieras decir “No puedo seguir con esta relación” o quizás quieras profundizar más y decir lo que no marcha bien para ti. Cuando hables de tus sentimientos, mantén el foco en ti y evita culpar a la otra persona. Habla en primera persona, en lugar de en segunda persona. [6]
    • Por ejemplo, Hablar en primera persona mantiene el foco en ti y no en culparla. En lugar de decir: “Tú ocupas toda mi atención y me desgastas”, di: “Me he puesto en esta posición y siempre siento cansancio. Esto no es bueno para mí”.
  6. Terminar algunas relaciones codependientes podría significar alejarse por completo, mientras que otras personas podrían terminar una relación de este tipo a favor de una que sí es saludable, como una relación familiar. Quizás sientas la plena responsabilidad de la acción de otras personas. De igual forma, quizás sientas que tienes que superar el porcentaje de tus responsabilidades. [7] Comienza a fijar límites en lo que tienes la disposición de hacer o no.
    • Por ejemplo, si tu hermano tiene una resaca y quiere que llames a su trabajo con una excusa, dile “No fue mi decisión beber anoche. Esta es una consecuencia con la que tienes que lidiar por tu cuenta”.
    • Si tienes que estudiar para una prueba y un amigo te llama para hablarte de sus problemas, dile “Me importas y quiero apoyarte, pero es importante que estudie para mi examen de mañana. ¿Por qué no hablamos mañana?”.
    • Si quieres fijar límites específicos, infórmale a la persona. Dile “Quizás tengamos que resolver algunos aspectos, pero no quiero verte cara a cara. Quiero limitar nuestra comunicación y que nos hablemos por mensajes de texto”.
    • Para mayor información, revisa cómo dejar de ser una persona complaciente .
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Confrontar los comportamientos codependientes

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  1. Si bien es cierto que quizás sientas que has invertido mucho esfuerzo en esta relación, incluidos los roles de cuidado, es probable que también hayas ganado algo de ella. Si no encontraste algún logro en ella, quizás la habrías terminado mucho más antes. Considera cómo te ha servido y por qué ya no te sirve.
    • Por ejemplo, quizás has sentido que tuviste un sentido de propósito cuando te ocupabas de alguien que era un alcohólico o que tenía una grave condición médica. Quizás ames la sensación de sentir “que alguien te necesita” o estar en control. [8]
  2. Las personas en relaciones codependientes suelen temer al abandono. Esta puede ser una razón por la que escogen un rol de ayuda en una relación: ocuparse de alguien y que alguien dependa de ellas significa que lo más probable es que no las abandonen. Si temes que las personas te dejen, ve un terapeuta. La terapia puede ayudarte a resolver los sentimientos de abandono, explorar las maneras de ocuparte de ti y confiar en las personas. [9]
    • Es común que los problemas de abandono comiencen en la infancia o con un acontecimiento traumático. Es beneficioso resolver estos problemas para librarte del miedo al abandono.
  3. Lo más probable es que encuentres al menos una parte de tu valor propio en el cuidar a alguien. En lugar de valerte de ayudar a otras personas para que te validen, aprende a validarte sin la necesidad de que lo hagan. [10] Quizás sientas como si necesitaras a otras personas para decirte cuán importante eres, pero puedes hacerlo por tu cuenta.
    • A medida que pienses terminar la relación codependiente, reflexiona acerca de dónde deriva tu sentido de valor propio. ¿Cómo te percibes? ¿Cuáles son tus pensamientos acerca de quién eres y lo que te mereces? ¿Otras personas parecen ser más capaces de conseguir el éxito o la felicidad que tú? [11]
    • Si no sabes cómo está tu autoestima, toma una prueba en línea. [12]
  4. Quizás te concentres tanto en satisfacer las necesidades de otra persona que descuides las tuyas. Si bien es cierto que podría parecer que ella depende de ti, reconoce qué está dentro de tu propia responsabilidad. Es probable que te hayas descuidado porque dedicaste tu tiempo, tu atención y tus recursos en ella. Quizás sientas que no sabes quién eres cuando no la estás cuidando o que toda tu identidad se basa en ocuparte de alguien. [13]
    • Comienza por recuperar el sentido de cuáles son tus necesidades. Por ejemplo, ¿necesitas tiempo a solas para descansar después de un día estresante? ¿Qué haces para lidiar con el estrés? ¿Has descuidado tus necesidades nutricionales o para ejercitarte? ¿Qué hay del sueño?
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Lidiar con la repercusión

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  1. Pasa menos tiempo con esa persona y no despejes tu horario para ocuparte de sus necesidades. Si vives con la persona con la que tienes una relación codependiente, múdate. Vivir juntos podría agravar la necesidad de ocuparte de ella. Mudarte puede crear una distancia física entre ambos, lo que puede ayudar a disminuir dicha necesidad. Pasa menos tiempo con ella para crear un espacio emocional y físico entre ambos.
    • De igual forma, puedes crear una distancia emocional de ella. Infórmale con delicadeza que no quieres responderle los mensajes de texto, los correos electrónicos o las llamadas telefónicas. Dile “Quiero que esta relación sea plena. No quiero que sea confusa y creo que ambos necesitamos tiempo para procesar las cosas. Por ello, no planeo responderte los mensajes de texto, las llamadas telefónicas o los correos electrónicos”.
  2. No reprimas tus sentimientos ni te repitas que están bien. En lugar de ello, procesa cómo te sientes y presta atención a tus sentimientos. Reflexiona acerca de la relación y luego de tu sentido de identidad. [14] Identifica y procesa cada emoción que surja y no ignores la forma en que te sientes.
    • Quizás decidas procesar tus sentimientos por medio de un diario , un amigo con quien hables o un terapeuta a quien veas.
  3. Es indudable que será difícil terminar la relación codependiente. Acepta que será difícil y que podría doler. No reprimas tu pena, lo que podría conducir a la depresión. En lugar de ello, acéptala y permítete sentirla. La pena puede incluir sentimientos de desconfianza, ira, miedo y tristeza. Otros síntomas son sentir cansancio, tensión, vacío, o tener cambios en el sueño o los hábitos de alimentación. [15]
    • Deja que la pena siga su curso. Despréndete de lo que pudo haber sido y acepta lo que es.
    • Observar tu cuerpo es una manera para analizar la pena. Cuanto más pienses , menos conexión tendrás con tu experiencia emocional. Cuando experimentes emociones, presta atención a cómo se siente en tu cuerpo. ¿Dónde lo sientes y qué tipo de sensación sientes? Deja que las sensaciones corporales y las emociones se muevan a través de ti.
  4. Puede ser difícil separarte de una relación codependiente. Cuenta con alguien con quien hablar acerca de ponerle un fin a la relación. Habla con un amigo o un familiar para lograr contar con un apoyo emocional. Un amigo confiable puede ayudarte a guiarte a tomar decisiones difíciles y luego a apoyarte a medida que las cumples. [16]
  5. Si te resulta difícil procesar el final de la relación por tu cuenta, un terapeuta podría ser útil. La terapia puede ayudarte a tratar tus pensamientos, actitudes, emociones y comportamientos, y descubrir lo que es beneficioso y lo que te lastima. De igual forma, puede ayudarte a incrementar tu autognosis y tus habilidades para hacer frente a las dificultades. [17]
    • El rol de un terapeuta es cuestionarte y apoyarte. Prepárate para crecer y ver aspectos difíciles de ti en una terapia.
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