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Utilizando un proceso conocido como “curado”, puedes secar cebollas para almacenarlas a largo plazo; también puedes secarlas usando un horno o deshidratador para usarlas como condimento o como un bocadillo. Ambos procesos son relativamente simples, pero cada uno implica seguir una serie de pasos ligeramente distintos.

Método 1
Método 1 de 3:

Método 1: Curar cebollas para almacenarlas durante el invierno

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  1. Las cebollas suaves no se curan bien, así que si quieres secar o curar cebollas para almacenarlas durante el invierno, las picantes son una mejor opción. [1]
    • Como regla general, las cebollas de sabor suave suelen ser grandes y tienen una cáscara similar al papel que es muy fácil de pelar. Por dentro son jugosas y los anillos son bastante gruesos.
    • Las cebollas picantes son más pequeñas y tienden a tener una cáscara más ceñida. Por dentro, los anillos son bastante más delgados y al cortarlas es probable que te lloren los ojos.
    • Las cebollas suaves, secas o curadas, se conservarán solo por un mes o dos, máximo. Por el contrario, si se almacenan en condiciones ideales, las picantes puede durar todo un invierno.
    • Los compuestos sulfúricos que hacen que tus ojos lloren cuando cortas una cebolla de sabor intenso y picante son los mismos que desaceleran el proceso de descomposición.
    • Las variedades populares de estas cebollas incluyen la Candy, la Copra, la Roja de Weathersfield y la Ebenezer.
  2. Corta cualquier hoja reseca con unas tijeras y limpia las raíces suavemente para retirar cualquier grumo de tierra.
    • Este paso solo es relevante si vas a cosechar las cebollas de tu jardín. Si vas a comprarlas en una tienda es probable que ya hayan eliminado las hojas y los restos de tierra.
    • Toma en cuenta que las cebollas deben cosecharse solamente después de que las hojas de la planta han comenzado a debilitarse y han perdido rigidez; este es un indicador de que el crecimiento se ha detenido. Para almacenarlas durante el invierno, solo se deben curar cebollas que estén totalmente maduras.
    • Toma en cuenta que para obtener mejores resultados debes secar o curar las cebollas inmediatamente después de cosecharlas.
  3. Colócalas en cobertizo o en una despensa cuya temperatura oscile entre los 15 y 27 °C (60-80 °F), distribuyéndolas en una sola capa. [2]
    • En esta primera etapa del proceso, deja que las cebollas se curen durante una semana.
    • Si el clima en el exterior es seco y tibio, y no hay animales que puedan alcanzar las cebollas, puedes dejarlas en el jardín durante los primeros días. Sin embargo, es probable que luego necesites trasladarlas a un garaje, cobertizo o porche techado.
    • Ten cuidado al mover las cebollas. Pueden magullarse si se golpean entre sí. También es recomendable evitar tocarlas durante esta etapa del secado.
    • No expongas las cebollas directamente a la luz del sol; hacerlo puede provocar que se sequen desigualmente.
  4. Puedes terminar de curarlas extendidas sobre una superficie, pero también es posible hacerlo tejiendo la parte superior hasta formar una trenza.
    • Para trenzar las cebollas recorta todas las hojas, excepto las tres más nuevas. Ata o trenza esas hojas a las de las demás cebollas que vas a curar y cuélgalas verticalmente para terminar de secarlas.
    • Toma en cuenta que esta es una cuestión de preferencias personales o de adecuarse a la falta de espacio, ya que según las investigaciones no se observan mayores diferencias en los resultados.
    • En total, deja que las cebollas se curen de esta forma por un total de 4 a 6 semanas.
  5. Mientras se están curando, debes recortarla dos o tres veces mientras el tallo se encoje. Cuando las cebollas se hayan curado por completo, elimina el resto del tallo. Las raíces también deben cortarse.
    • Recorta la parte superior dos o tres veces durante el proceso de curado.
    • Después de que las cebollas hayan terminado de secar/curarse, elimina el tallo por completo.
    • Después de la primera semana o dos de secado, debes recortar las raíces de la cebolla con una tijera, reduciéndolas a 6 mm (¼ de pulgada).
  6. [3] Durante el invierno, por ejemplo, puedes almacenarlas en tu sótano.
    • Coloca las cebollas en bolsas de red, una canasta grande o una caja de cartón plana agujereada. Solo coloca tres cebollas más o menos en un espacio pequeño de modo que haya suficiente circulación de aire.
    • A una temperatura de 0 °C (32 °F), las cebollas picantes pueden conservarse de 6 a 9 meses y las cebollas suaves entre 2 semanas y un mes.
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Método 2
Método 2 de 3:

Método 2: Secar cebollas en el horno

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  1. [4] Prepara dos o más bandejas forrándolas con papel de horno. [5]
    • En promedio, necesitarás una o dos bandejas de horno de tamaño estándar por cada cebolla que quieras secar usando este método. Si sólo vas a deshidratar una cebolla, prepara dos. Si vas a deshidratar dos, prepara tres o cuatro bandejas, y así consecutivamente. Es preferible darles demasiado espacio a muy poco.
    • No permitas que la temperatura supere los 70°C (140°F) durante el proceso de secado. Si esto sucede, puede que quemes o tuestes las cebollas en vez de secarlas.
    • Las bandejas que uses deben ser aproximadamente 5 cm (2 pulgadas) más estrechas que el interior de tu horno, para que haya suficiente circulación de aire.
  2. Es necesario eliminar la raíz, la parte superior y la cáscara, y las cebollas deben picarse o cortarse en rodajas de 6.5 a 3 mm ( ¼ a 1/8 de pulgada).
    • La forma más fácil de cortar cebollas para este propósito es usar una mandolina. Si no tienes este utensilio, también puedes rebanar las cebollas lo más delgado posible usando tu cuchillo de cocina más afilado.
  3. Traslada las rebanadas a las bandejas preparadas y extiéndelas en una sola capa.
    • Si apilas las cebollas en la bandeja, tardarán más tiempo en secarse y es probable que el secado sea desigual. Si accidentalmente almacenas algunas rebanadas que no han secado por completo, tendrás problemas más adelante.
  4. Colócalas en el horno y déjalas secar por 6 a 10 horas, rotando las bandejas cuando sea necesario para minimizar las posibilidades de que se quemen.
    • Si es posible, mantén el horno abierto aproximadamente 10 cm (4 pulgadas) para prevenir que el interior del horno se caliente demasiado. En este caso, es recomendable situar un ventilador frente a la apertura para hacer que el aire circule más efectivamente.
    • Mantén aproximadamente 7.5 cm (3 pulgadas) de espacio entre las bandejas y entre la bandeja superior y la parte más alta del horno. Es importante que haya circulación de aire.
    • Vigila las cebollas cuidadosamente cuando se estén acercando al final del proceso de secado, ya que podrían chamuscarse si permanecen demasiado tiempo en el horno. Si eso sucede, se arruinará el sabor y se perderán los nutrientes.
  5. Las cebollas, al terminar el proceso, estarán lo suficientemente quebradizas como para desmenuzarlas con tus manos. De esta manera puedes obtener hojuelas de cebolla.
    • Para hacer hojuelas, desmenuza las cebollas con tus manos. Para hacer polvo de cebolla, colócalas en una bolsa plástica y aplástalas con un rodillo o palo de amasar.
    • También puedes dejar las rebanadas enteras, pero toma en cuenta que son frágiles y delicadas y pueden romperse fácilmente si no se manipulan con cuidado.
  6. Coloca las hojuelas en un recipiente hermético y colócalo en un aparador, despensa o un área similar.
    • Si se envasan al vacío, las cebollas secas pueden conservarse hasta por 12 meses. En condiciones menos herméticas, las cebollas pueden durar de 3 a 9 meses.
    • Ten cuidado con la humedad. Si notas que hay humedad dentro del recipiente durante los primeros días de almacenamiento, saca las cebollas y sécalas más; también debes secar bien el recipiente antes de volver a colocarlas dentro. La humedad puede hacer que las cebollas se echen a perder más rápido.
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Método 3
Método 3 de 3:

Método 3: Usar un deshidratador

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  1. Las cebollas deben pelarse y cortarse en rodajas de 3 mm (1/8 de pulgada) de grosor.
    • Elimina el extremo de la raíz y retira la cáscara.
    • Si tienes una mandolina (rebanador), úsala para rebanar las cebollas, utilizando el ajuste más pequeño o el segundo más pequeño. De lo contrario, usa tu cuchillo de cocina más afilado para cortarla tan delgado como sea posible.
  2. Acomódalas en una sola capa sobre cada bandeja y coloca las bandejas de forma que el aire pueda circular con libertad.
    • Las rebanadas o rodajas de cebolla no deben quedar sobrepuestas o tocarse. Colócalas medianamente separadas para maximizar la circulación de aire.
    • Dentro del deshidratador, las bandejas deben colocarse lejos unas de otras. Mantén al menos una distancia de 5 a 8 cm (2 a 3 pulgadas) entre ellas para maximizara la circulación de aire.
  3. Si tu deshidratador tiene un termostato, colócalo a 63 °C (145 °C) hasta que las rodajas se sequen.
    • Si tienes un deshidratador antiguo o barato, que no tiene un termostato, tendrás que monitorear el tiempo de secado cuidadosamente. Es posible que necesites aumentar o reducir la cantidad de tiempo en una hora, más o menos; puedes utilizar un termómetro de cocina para calcular cuánto variar el tiempo de secado.
  4. Almacena el frasco en un lugar fresco y seco. Utilízalas para cocinar o simplemente cómelas solas.
    • Si conservas las cebollas secas al vacío, pueden durar hasta 12 meses. En condiciones menos herméticas, pueden conservarse entre 3 y 9 meses.
    • Ten cuidado con la humedad. Si notas que hay humedad dentro del recipiente durante los primeros días de almacenamiento, saca las cebollas y sécalas más, y seca bien el recipiente antes de volver a colocarlas dentro. La humedad puede hacer que las cebollas se malogren más rápido.
    • También puedes desmenuzar las cebollas en hojuelas o polvo para utilizarlas en preparaciones culinarias.
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Cosas que necesitarás

Curar cebollas para almacenarlas durante el invierno

  • Cuchillo o tijeras
  • Bolsa de malla, canasta grande o caja plana de cartón

Secar cebollas en el horno

  • Bandejas de horno
  • Papel de horno
  • Cuchillo afilado o mandolina
  • Recipiente hermético

Usar un deshidratador

  • Deshidratador
  • Cuchillo afilado o mandolina
  • Recipiente hermético

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