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En este artículo descubrirás que cualquier profesor puede ser inspirador. La inspiración es la acción o capacidad de cambiar el intelecto o las emociones. [1]

  1. Probablemente sea una de las mejores cualidades que un profesor pueda tener. El ser empático se trata de tener un vínculo con tus alumnos. Llora con ellos y ríe con ellos. Procura estar en su onda. Conoce sus emociones y comprende sus sentimientos. Los jóvenes tienden a estresarse fácilmente y a veces se encuentran bajo mucha presión, pero lo único que verás será enojo, agresión, mala actitud o impaciencia. Cuando veas eso, necesitarás ser compasivo y entender que algo malo les está sucediendo. Busca las personas que realmente son en su interior y cuando las encuentres, se abrirán a ti.
  2. Los profesores también son seres humanos; no obstante, el estrés de trabajar con jóvenes, en especial con aquellos que tienen problemas actitudinales o de comportamiento, puede ser enorme. Ahí es cuando necesitarás ser fuerte para seguir sonriendo cuando las cosas se ponen difíciles, para ver el lado bueno, para encontrar lo positivo en cada situación negativa y para estar tranquilo. ¿Por qué? Porque tu actitud es contagiosa. Tienes la opción de llevar luz o sombra a tu salón de clases.
  3. Todo buen profesor es un buen orador. Si tus alumnos prestan atención y se interesan cuando te diriges a ellos, estás haciendo un excelente trabajo. ¿Cuándo fue la última vez que les hablaste y escuchaste caer un alfiler? El “Hablarles” involucra pasión, emoción, buen contacto visual, lenguaje corporal animado, modulación de la voz y sentimiento. Habla con convicción. Cree en lo que dices. Sumerge a tus alumnos en un maravilloso viaje todos los días.
  4. Respeta a cada ser humano que se encuentra en tu aula. Háblales como si ellos fueran tus amigos más íntimos. Nadie en este mundo es más importante que alguien. Un buen profesor inspirador es aquel que respeta a todos, sin importar su actitud, color, religión, credo o país. Ya que cada uno de tus alumnos tiene un lugar en esta tierra, también puedes ayudarlos a causar un impacto positivo en ella. Tienes el poder de cambiar sus vidas. La ley de la reciprocidad (cosechar lo que se siembra) asegura que el respeto que brindas te será otorgado cien veces más.
  5. Conoce a tus alumnos por dentro y por fuera. No premies o castigues a todos tus alumnos, porque todos ellos son individuos distintos. Habla con tus alumnos e involúcrate en sus vidas. Cada persona aprende de forma diferente, por tanto haz uso de diferentes estilos y estrategias de enseñanza dentro del aula. Considera llevar a cabo proyectos y presentaciones en clase. Lo más importante, deja que tus alumnos usen su creatividad, no los limites ni los juzgues. No los critiques antes de que entren o salgan del aula. Busca el verdadero motivo detrás de las acciones, en lugar de molestarte .
  6. El día en que el profesor se de cuenta que se le ha otorgado el gran don de cambiar vidas, será el día en el que surja un profesor inspirador. Tienes la opción de creer que eres un profesor mediocre que enseña un curso aburrido a chicos aburridos; o, creer que eres un ser humano que ayuda a otros a darse cuenta de todo su potencial, de manera que vayan por el mundo marcando la diferencia. Tus pensamientos crean tu mundo.
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Consejos

  • Sé servicial
  • Sé comprensivo
  • Sé afectuoso
  • Sé divertido
  • Sé paciente
  • Sé respetuoso
  • Sé amable
  • Sé justo, pero disciplina a tus alumnos, porque eso hará que te respeten y que tus enseñanzas sean de mayor inspiración.
  • Sé diferente
  • Sé accesible
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Advertencias

  • No seas un pusilánime cuando enseñes. Les caerás bien a tu alumnos, pero al acabar el curso olvidarán lo que les dijiste.
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