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Dar clases de gimnasia es el trabajo perfecto para los aficionados al ejercicio que quieran ayudar a otros a estar más activos. Ensayar la clase y practicar tu estilo de liderazgo le ayudará a la clase a ser lo más fluida posible. Como instructor, la forma en la que se imparte la clase depende de ti; tú debes establecer el tono y la intensidad, así que la manera en la que te presentes es importante. Tomarte tiempo con anticipación y tomar clases de instructor de gimnasia te ayudará a ser el mejor dando clases.

Método 1
Método 1 de 4:

Armarse de experiencia

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  1. La mayoría de los gimnasios prefiere contratar a instructores con credenciales reconocidas. Entrena para obtener una certificación registrada para reforzar tus habilidades de instrucción y aumentar tu profesionalismo. [1]
    • Algunos instructores de gimnasia también se certifican en RCP o primeros auxilios en caso de emergencias durante su clase.
    • En algunos países, todas las certificaciones requieren saber primeros auxilios básicos y RCP como prerrequisito antes de que puedas prepararte como instructor.
  2. Aplica para una lista de trabajos públicos o contacta a los gimnasios directamente para ver si alguno necesita nuevos instructores. Si no, habla con ellos sobre oportunidades de voluntariado. Algunos gimnasios buscan instructores que den clases gratis o a cambio de una membresía.
  3. Pídele a un instructor de gimnasia más experimentado que asista a una de tus clases. Pídele que tome notas sobre lo que haces bien y en qué puedes mejorar para las clases futuras.
    • Lo mejor es tener un mentor formal que tenga una certificación que le permita darte una devolución formal y escrita sobre tu desempeño. Estos cobran por sus servicios, pero sabrás que obtendrás consejos buenos y apropiados.
    • Algunas áreas no requieren mentores formales que tengan una certificación, así que revisa las leyes de tu área.
  4. El estilo de enseñanza de cada uno es diferente, y puedes aprender nuevas formas de motivación de los clientes o de organización de las clases. Prueba algunas clases en el gimnasio y toma nota luego de lo que te gustó, lo que no te gustó y cómo puedes adaptar tus clases basadas en tu experiencia. [2]
  5. Regístrate en una convención conocida de instructores de gimnasia para establecer relación con otros instructores, y presencia talleres de enseñanza útiles. Conocer a más instructores de gimnasia puede expandir tu red y lista de recursos para dar las clases. [3]
    • Lee el cronograma de la convención con anticipación para saber dónde serán las clases más relevantes para tus intereses.
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Método 2
Método 2 de 4:

Ensayar las clases

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  1. La mayoría de los gimnasios establecen los horarios de clase con anticipación y necesitan instructores que respeten ese horario, por lo general es una hora u hora y media. Planifica una cantidad fija de ejercicios para hacer durante la clase y cronometra cuánto te lleva hacer la rutina. Ajusta tu cronograma como se necesite para que concuerde con el marco de tiempo. [4]
    • Ten en cuenta que necesitarás tiempo para ayudar a tus alumnos o para corregir su forma.
  2. Haz ejercicios para bombear la sangre, estiramientos dinámicos y ejercicios de rango de movimiento antes y después de los ejercicios principales de la clase para ayudar a evitar que los clientes se distensionen los músculos o se agoten. Haz un cronograma de al menos 5 a 10 minutos de entrada en calor y estiramientos para lograr una rutina de ejercicios equilibrada. [5]
  3. Las canciones con ritmos repetitivos y rápidos serán una mejor motivación para los clientes que un solo de guitarra suave. Haz una lista de reproducción de canciones que duren la rutina completa y distraigan a la clase de cómo se sienten.
    • Si no sabes qué incluir, trata de buscar un sitio de transmisión de música como Pandora, Spotify o YouTube.
    • Muchas clases tienen listas de reproducción establecidas que puedes descargar gratis. Busca empresas, como Power music, que compilen listas de reproducción para clases de gimnasia con ritmos específicos por minuto que avancen durante una rutina completa.
  4. Si es posible, pon un poco de música y enciende el micrófono entre 5 a 10 minutos antes de la clase comience. Esto ayudará a que el ambiente de la clase se sienta cómodo y acogedor desde el principio. [6]
    • Si algún cliente regular llega temprano, pídele que te ayude a ordenar todo para que se sienta parte.
  5. Antes de que comience la clase, inicia la lista de reproducción en la computadora o en el teléfono para asegurarte de que funcione bien. Siempre lleva un dispositivo de respaldo (como un CD) en caso de que la primera opción no funcione. [7]
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Método 3
Método 3 de 4:

Conectarte con tus clientes

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  1. Antes de comenzar cada clase, pasa entre 5 y 10 minutos hablando con los clientes y conociendo nuevas caras. Imponerte como amigable y accesible aumentará la probabilidad de que las personas vuelvan a tus clases. [8]
    • Puedes, por ejemplo, preguntarle a toda la clase cómo estuvo su día o si tienen planes para el fin de semana.
    • Cumple el objetivo cada clase de recordar una cosa que un miembro de la clase te diga y pregúntale de nuevo sobre eso la próxima vez que lo veas.
  2. Dile a la clase tu nombre y una oración o dos sobre tu experiencia para que puedan sentirse conectados contigo. Luego de presentarte, pregúntale a la clase si tienen lesiones, embarazos o problemas de salud para que puedas vigilar a esos clientes. [9]
    • Puedes decir, por ejemplo, "Hola, me llamo Taylor y soy profesor de yoga desde hace tres meses aquí. Antes de comenzar con la clase, ¿hay alguien que esté embarazada o que tenga problemas de salud de los que deba estar al tanto?"
  3. Algunos clientes prefieren un instructor firme como un sargento, mientras que otros prefieren un enfoque más atento y amable. La mayoría estará en alguna parte del rango de opciones. Presta atención a la clase como conjunto y a nivel individual para que puedas ajustar tus estímulos a lo que prefieran. [10]
    • A medida que conozcas a los clientes regulares, podrás recordar a qué responden bien.
  4. Si ves que una persona o un grupo de personas que se esté quedando atrás, ve a estimularlas. Presta atención y responde a su reacción; si quieren que los presionen, ayúdalos, pero si no les gusta la atención adicional, déjalos ejercitar a su propio ritmo.
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Método 4
Método 4 de 4:

Aumentar la motivación de la clase

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  1. Cultiva una actitud positiva de enseñanza. Ser positivo ayudará a tus clientes a realizar ejercicios duros. Sé alentador al hablarles, con frases como, "¡Lo estás haciendo genial!" o "¡Sigue avanzando!". Recuerda sonreírle a la clase para mostrarles que estás feliz de estar ahí con ellos.
    • Si te ves cansado o triste, la clase puede percibir esto como un desprecio hacia ellos o hacia la rutina.
    • No te tomes a la rutina muy seriamente. Un buen sentido del humor puede ayudar mucho a levantar el espíritu de la clase.
  2. Si le gritas a la clase todo el tiempo, tu voz se volverá ronca y la clase puede sentirse intimidada. Pero hablar suavemente por mucho tiempo puede causar que la clase pierda el interés. Cambia el tono de voz si ves que estás gritando mucho o murmurando, para mantener el compromiso de la clase. [11]
  3. Mantenerte callado durante la ejercitación puede confundir a la clase sobre lo que están haciendo. Brinda instrucciones claras a la clase sobre el ejercicio que estén haciendo, cuántas repeticiones tienen que hacer y qué músculos endurecerá ese ejercicio. [12]
    • Si estás haciendo sentadillas con la clase, por ejemplo, puedes decir, "¡Estos son buenos para los glúteos! ¡3 más y terminamos!"
    • Un conocimiento básico de anatomía humana puede informarte sobre los músculos que se están trabajando durante los ejercicios para que puedas informarle a la clase.
  4. Si cuentas hacia adelante (como, "1, 2, 3..."), la clase no sabrá cuándo terminará la serie y perderá motivación. Contar hacia atrás (como "10, 9, 8...") puede brindarle a la clase una terminación fija para que puedan marcar su ritmo y eviten agotarse rápidamente. [13]
    • Puedes decir, por ejemplo, "Bien, ¡ahora haremos saltos de tijera! 10, 9, 8..."
    • Ten un reloj a simple vista para que todos sepan cuánto queda para que finalice la clase. Un tiempo de finalización claro puede aumentar la energía de la clase en las repeticiones difíciles.
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Consejos

  • Muchos gimnasios cubrirán tu seguro, pero a veces se espera que tengas tu propia póliza. Chequea con el gimnasio para averiguar si necesitas seguro antes de dar las clases.
  • En el mundo de las clases de gimnasia en grupo, no hay lugar para los días por enfermedad o las veces en las que no tienes ganas de ejercitarte. Ten en mente que, aunque enseñar clases de gimnasia puede ser gratificante, no necesariamente será divertido siempre.
  • Por lo general, dar clases de gimnasia es un trabajo pequeño más que un trabajo a tiempo completo. Si estás buscando una fuente de ingresos, busca otro trabajo para hacer junto con las clases. [14]
  • Parte de ser un instructor de gimnasia requiere ser saludable. Cuida tu cuerpo para tener la energía suficiente para impartir las clases.
  • Al igual que todos los trabajos que implican enseñar, ser un instructor de gimnasia a veces puede sentirse desagradecido. Recuerda que aunque incluso tus clientes no siempre te lo digan, estás ayudando a personas a ponerse en forma y construir estilos de vida saludables. [15]
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