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La espondilosis es un término que se refiere a la artritis o a la osteoartritis de la columna. Es una enfermedad degenerativa e implica la acumulación del desgaste de las articulaciones, de los ligamentos y de los discos de la columna a lo largo de la vida de una persona. [1] La espondilosis puede afectar al cuello (espondilosis cervical), a la espalda media y alta (espondilosis torácica) o a la espalda baja (espondilosis lumbar). La espondilosis cervical y lumbar son las formas más comunes. La espondilosis es muy común y se estima que el 80 % de las personas mayores de 40 tienen evidencia de espondilosis en un examen de rayos X. [2] Aprende cómo tratar la espondilosis para que puedas aliviar algo del dolor.

Método 1
Método 1 de 3:

Usar remedios caseros para aliviar el dolor de la espondilosis

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  1. La terapia fría reduce la hinchazón causando una disminución del diámetro de los vasos sanguíneos (vasoconstricción). También puede adormecer el dolor. La terapia fría se puede aplicar usando compresas frías, bolsas de hielo, trapos fríos o bolsas de verduras o de frutas congeladas. [3]
    • No uses bolsas de hielo u otros métodos de terapia fría en el área por más de 15 a 20 minutos a la vez.
    • Siempre coloca una toalla entre la piel y la fuente de frío.
    • Abstente de usar analgésicos de uso externo en simultáneo con la aplicación del frío.
    • No uses la terapia fría si tienes mala circulación.
  2. La terapia de calor aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos (vasodilatación), lo cual aumenta la circulación. También reduce los espasmos musculares y altera la sensación del dolor. La terapia de calor se puede aplicar usando almohadillas térmicas, botellas de agua caliente o remojando un paño en agua caliente y aplicándolo al área afectada. [4]
    • También puedes darte un baño o una ducha caliente.
    • No uses la terapia de calor por más de 15 a 20 minutos.
    • Pon un paño entre la piel y la fuente de calor.
    • No uses analgésicos de uso externo en simultáneo con la aplicación del calor.
    • Prueba la temperatura para evitar las quemaduras. Evita las bañeras de hidromasaje o los spas si tienes una presión arterial alta o alguna enfermedad cardíaca.
  3. Relajarse y guardar reposo en cama por algunos días puede ser beneficioso en algunos casos de dolor intenso debido a la espondilosis. Sin embargo, el reposo en cama se debe restringir a no más de uno a tres días, ya que algo más de tiempo puede prolongar la recuperación. [5]
    • El reposo en cama de larga duración también aumenta el riesgo de una trombosis venosa profunda (TVP) o un coágulo de sangre en las extremidades inferiores. Una TVP puede conducir a una embolia pulmonar o un coágulo en los pulmones, lo cual puede ser letal.
  4. Hacer ejercicios regularmente, aunque se modifiquen durante un episodio doloroso de espondilosis, puede acelerar la recuperación. Se recomienda continuar con las actividades normales o casi normales. Los ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar, son buenas opciones. El yoga también es una buena forma de ejercicio. Se ha observado que las personas que caminan diariamente son menos propensas a experimentar dolor en el cuello o en la espalda baja. [6]
    • Además de treinta minutos de ejercicio cardiovascular tres veces a la semana, debes hacer ejercicios de fortalecimiento de la zona lumbar, como los levantamientos de pelvis. Esto ayuda a fortalecer el núcleo para que soporte a la columna.
    • Siempre debes hablar con tu fisioterapeuta antes de empezar un nuevo ejercicio. Tú y tu fisioterapeuta pueden elaborar una rutina de ejercicios que se adecúe a tu condición específica.
  5. Los aparatos ortopédicos temporales pueden ayudar a prevenir el dolor de la espondilosis. Asegúrate de no usarlos más de una semana. Los aparatos ortopédicos permiten que los músculos descansen. No se recomiendan los aparatos ortopédicos de largo plazo, ya que pueden debilitar los músculos y conducir a más dolor en el cuello o en la espalda baja. [7]
    • Puedes obtener un cuello ortopédico suave en una farmacia o en un consultorio médico.
  6. Dormir con una almohada firme debajo del cuello o entre las piernas puede aliviar el dolor de la espondilosis, especialmente si el dolor se localiza en la espalda media y la baja. Las almohadas especiales han sido desarrolladas para la columna cervical o para el cuello, las cuales ofrecen soporte adicional que puede aliviar el dolor. La almohada cambia la dirección de tu columna, dándole soporte adicional y manteniéndola más derecha mientras descansas. [8]
    • Hay almohadas especiales diseñadas para esta función, pero si no puedes encontrar una, simplemente usa la almohada más amplia de tu cama.
  7. La modificación del estilo de vida puede ser beneficiosa para la columna a cualquier edad. Considera reducir el trabajo extenuante si tu trabajo requiere que te agaches excesivamente o que levantes cosas pesadas. Si tienes sobrepeso o eres obeso, perder peso puede reducir el estrés en la columna. Dejar de fumar puede mejorar la salud ósea, especialmente en la columna. [9]
    • También debes considerar tu postura. Si te encorvas mientras estás sentado o estás de pie, haz un esfuerzo para corregir tu postura y mantener tu espalda y tu cuello derechos.
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Método 2
Método 2 de 3:

Tratar la espondilosis médicamente

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  1. El dolor y los otros síntomas de la espondilosis, ya sea aguda o crónica, se pueden tratar con métodos caseros. Por lo general, el dolor causado por la espondilosis mejora después de algunos días. Una buena forma de tratar el dolor es usar analgésicos de venta libre. [10]
    • Algunos ejemplos de medicamentos de venta libre que ayudan con esta condición incluyen los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES), como la aspirina (Bayer o Ecotrin), el ibuprofeno (Motrin o Advil) y el naproxeno (Aleve). El acetaminofeno (Tylenol) es otro medicamento que también puede ser beneficioso como analgésico.
    • El acetaminofeno es una opción más segura para las personas con antecedentes de asma, presión arterial alta, enfermedades hepáticas, enfermedades cardíacas o úlceras estomacales.
  2. Los analgésicos de uso externo pueden complementar a los analgésicos orales o se pueden usar como una alternativa para estos. Se pueden administrar de muchas formas (por ejemplo, en cremas, en espumas, en geles, en roll on, en aerosoles y en barras). Los ingredientes más comunes que se encuentran en esta clase de medicamentos son: [11] [12]
    • Los contrairritantes. Algunos ejemplos de contrairritantes incluyen el alcanfor, el mentol y el salicilato de metilo (aceite de gaulteria). Crean una sensación de enfriamiento o calentamiento que distrae la mente de una persona del dolor. Las marcas populares incluyen Bengay, IcyHot y Tiger Balm.
    • La capsaicina. Se obtiene de los pimientos picantes y se ha demostrado que son muy efectivos para el alivio tópico del dolor. Causa un hormigueo o una sensación de ardor sobre la piel y puede tardar varios días antes de que alivie efectivamente el dolor. Las marcas populares incluyen Capzasin y Zostrix.
    • Los salicilatos. Los salicilatos proveen a la aspirina sus cualidades analgésicas. Se pueden absorber en la piel para el alivio local del dolor. Una marca popular de salicilato de uso externo es Aspercreme.
  3. Hay muchas variedades de analgésicos con dosis prescritas que tu doctor puede proveerte para tratar el dolor asociado con esta condición cuando los medicamentos de venta libre no bastan. Tu doctor puede prescribir AINES con dosis prescritas para reducir cualquier inflamación asociada con la espondilosis. [13]
    • Los AINES prescritos populares incluyen el diclofenaco (Voltaren), el meloxicam (Mobic), la nabumetona (Relafen), el etodolaco (Lodine) y la oxaprozina (Daypro). Los efectos secundarios comunes de los AINES pueden incluir el mareo, el dolor de cabeza, la náusea y los gases excesivos. Debes ser cauto si tomas AINES por más de una semana, ya que el uso prolongado aumenta el riesgo de las úlceras estomacales, el daño hepático y los ataques cardíacos. [14]
  4. Los relajantes musculares se pueden prescribir para tratar el espasmo muscular asociado a la espondilosis. Los relajantes musculares populares incluyen el carisoprodol (Soma), la ciclobenzaprina (Flexeril), el metocarbamol (Robaxin) y la metaxalona (Skelaxin). [15]
    • Los efectos secundarios comunes de los relajantes musculares pueden incluir la somnolencia, el mareo, la boca seca y la dificultad para orinar.
    • El uso de relajantes musculares se debe restringir a un periodo breve debido al alto riesgo de crear dependencia o adicción.
  5. Dependiendo del nivel del dolor, tu doctor puede optar por prescribir un analgésico narcótico. Los analgésicos narcóticos que se prescriben comúnmente incluyen la codeína, la hidrocodona y la oxicodona.
    • Los efectos secundarios comunes de esta clase de medicamento pueden incluir la somnolencia, el estreñimiento, la boca seca y la dificultad para orinar.
    • Los analgésicos narcóticos no se deben mezclar con alcohol u otros medicamentos que contengan acetaminofeno (Tylenol), ya que la combinación puede aumentar grandemente el riesgo de daño hepático.
    • El uso de analgésicos narcóticos se deben limitar a menos de dos semanas debido al mayor riesgo de tolerancia, de dependencia y de adicción. [16]
  6. Se ha descubierto que los medicamentos usados originalmente para tratar las convulsiones o la epilepsia son beneficiosos en el tratamiento del dolor crónico. Las dosis bajas de antidepresivos se han usado por años para tratar el dolor crónico del cuello y de la espalda. En la minoría de los casos, la espondilosis puede conducir al dolor crónico del cuello y de la espalda. [17]
    • Los medicamentos anticonvulsivos prescritos más comúnmente que se usan para tratar el dolor crónico son la gabapentina (Neurontin) y la pregabalina (Lyrica). No se ha determinado claramente la razón por la que estos medicamentos controlan el dolor. La somnolencia y el aumento de peso son efectos secundarios comunes de la gabapentina. Los efectos secundarios de la pregabalina pueden incluir la somnolencia, el mareo, la boca seca y el estreñimiento.
    • Los antidepresivos tricíclicos (ADT) comúnmente prescritos que son beneficiosos en el tratamiento del dolor crónico incluyen la amitriptilina (Elavil), la imipramina (Tofranil) y la nortriptilina (Pamelor). La duloxetina (Cymbalta) es un nuevo antidepresivo que se usa en el tratamiento del dolor crónico. Tanto los ADT como la duloxetina funcionan aumentando los niveles de los neurotransmisores cerebrales norepinefrina y serotonina, los cuales son fundamentales para bloquear la transmisión de las señales de dolor en el cerebro. Los efectos secundarios de estos antidepresivos pueden incluir la somnolencia, el aumento de peso, la boca seca, el estreñimiento y la dificultad para orinar.
  7. Una inyección epidural de esteroides es un procedimiento mínimamente invasivo que se puede usar para tratar el dolor causado por la espondilosis. La inyección es una combinación de un esteroide de acción prolongada (triamcinolona o betametasona) y un agente anestésico (lidocaína o bupivacaína). Los medicamentos se inyectan en el espacio epidural de la columna, el cual se encuentra entre la cubierta de protección de la médula espinal (duramadre) y la columna vertebral (vértebras). La duración del alivio del dolor de la inyección varía y puede durar semanas, meses y, algunas veces, años. [18]
    • Se recomienda no administrar más de tres inyecciones en un periodo de 12 meses, ya que exceder este límite puede debilitar la columna.
    • Las complicaciones potenciales de las inyecciones epidurales de esteroides incluyen la infección, el sangrado y el daño en los nervios.
    • Los tipos de médicos calificados para administrar estas inyecciones incluyen a los fisiatras, a los anestesiólogos, a los radiólogos, a los neurólogos y a los cirujanos.
  8. La mayoría de los pacientes que sufren de espondilosis no requieren de una cirugía de la columna. El tratamiento no quirúrgico es exitoso en al menos el 75 % de los casos, pero en algunos, la cirugía es necesaria. Si empiezas a experimentar deficiencias neurológicas, como la pérdida del control de los esfínteres, es muy probable que la cirugía sea la mejor opción. La pérdida de la sensibilidad o de la función en los brazos, en las piernas, en los pies y en los dedos puede ser otro signo de estas deficiencias. [19]
    • Bajo estas circunstancias, un nervio puede estar siendo apretado o la columna puede estar siendo comprimida. El daño subyacente al sistema nervioso puede empeorar si estas condiciones no se solucionan.
  9. La cirugía de descompresión espinal es un término general usado para describir distintos procedimientos quirúrgicos que pueden aliviar la presión de la columna. Tendrás que trabajar con tu doctor para determinar la técnica que más se adecúe a tus circunstancias. [20]
    • Durante una laminectomía, los arcos óseos del canal espinal (la lámina) son extraídos, de este modo se logra el aumento del tamaño del canal espinal.
    • Durante una laminoplastía, la lámina se deja en su lugar pero se libera a lo largo de uno de los lados de la médula espinal.
    • Una discectomía es una técnica que extrae una porción de un disco intervertebral que ha puesto presión previamente en una raíz nerviosa o en el canal espinal.
    • Con la foraminotomía y la foraminectomía, se agrandan las grietas por las que salen las raíces nerviosas del canal espinal por medio de la extracción del tejido.
    • Puedes someterte a la extracción de osteofitos, durante la cual se extraen físicamente los espolones óseos de las áreas en las que comprimen a los nervios.
    • Durante una corporectomía, un cirujano extraerá un cuerpo vertebral entero y sus discos.
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Método 3
Método 3 de 3:

Tratar la espondilosis usando otros métodos

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  1. Un médico puede prescribir la terapia física para el dolor del cuello y de la espalda prolongados derivados de la espondilosis. La terapia física puede combinar tratamientos pasivos, como el uso de hielo y calor, el ultrasonido y la estimulación eléctrica, además de los ejercicios terapéuticos para estirar y fortalecer los músculos abdominales, del cuello y de la espalda. [21] [22]
    • Por lo general, la terapia física se prescribe para el dolor crónico que ha durado por muchas semanas sin responder a otros tratamientos.
    • También se puede introducir la terapia de masajes en tu rutina de terapia física. Un masajista profesional trabajará en los músculos de tu espalda para aliviarlos y relajarlos después de que los hayas ejercitado.
    • El objetivo de la terapia física es prevenir el dolor recurrente.
  2. La manipulación de la columna vertebral realizada por un quiropráctico también puede aliviar el dolor de la espondilosis, especialmente durante el primer mes del dolor. Funciona mediante la realineación de las vértebras, las cuales pueden haberse desalineado por la debilidad en la columna producida por la espondilosis. En general, es un procedimiento seguro. [23]
    • Por lo general, los efectos secundarios más comunes son menores e incluyen la fatiga y el dolor muscular temporal. Las complicaciones extremadamente raras de la manipulación de la columna vertebral pueden incluir la debilidad, la pérdida de la sensibilidad de las piernas o de los brazos y los problemas intestinales o de la vejiga.
  3. La acupuntura es un tratamiento popular para el dolor prolongado del cuello y de la espalda. La acupuntura para la espondilosis involucra la inserción de agujas muy delgadas, aproximadamente del tamaño de un cabello humano, en el cuello o en la espalda. Las agujas se pueden girar, estimular eléctricamente o calentar para potenciar los resultados del tratamiento. [24] [25]
    • Se piensa que la acupuntura equilibra el chi del cuerpo, el cual fluye en los meridianos. Una explicación alternativa puede ser que la acupuntura causa la liberación de elementos químicos que reducen el dolor y la inflamación.
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